370. …ÁRBOLES COMO MANOS… , de Caminos
Hacia solamente dos días que habían llegado en este pueblo y sus padres, después de haberla recomendado seguir las señales de colores marcados sobre rocas o árboles, la habían dado permiso para pasear en el contorno.
Mil ideas fluidas repletas de alegría bailaban en su cabeza tal millar de mosquitos encima de un charco. Andaba cabeza erguida hacia las cimas de los árboles que parecían manos dibujando sobre el cielo pergamino caligrafías y dibujos y llamándola para descubrir un mundo encantado. El follaje era tal mantilla de encaje recortado sobre una vidriera y el sol multiplicado en pecas rojizas estaba sembrado en el sotobosque.
Pronto la pareció oír su nombre repetido por el eco, y múltiples pajarillos de colores empezaron a revolotear alrededor suyo en marea rumorosa entre piares desgarradores o arrullos prometedores.
…Pero poco a poco se olvido de seguir las señales, se dio cuenta a tiempo, e inicio la vuelta más atenta en reencontrar su camino y la alivio reconocer la avenida de plátanos que se daban la mano encima de su cabeza y estos cipreses que rezaban en las esquinas del gran muro de piedra.