388. DULCE NARANJO, de Pinos
En el Edén la actividad era incesante. Todas las especies se esmeraban por perfeccionar los atributos que les habían sido concedidos. De ello dependía su destino en la posterior reubicación por todo el orbe.
Todos no. Había un desgarbado arbolillo de aspecto adolescente que permanecía ajeno al movimiento general. No mostraba flores, frutos, ni aromas, ni se esforzaba por acrecentar su copa.
La serpiente, que rondaba por los lindes del bosque buscando la forma de introducirse, reparó en él.
Precisamente ese, desmañado y anónimo, sería el refugio ideal para esconderse y llevar adelante sus planes de seducción.
Arrastrándose artera, llegó hasta el pie del árbol e intentó reptar hasta su copa .El arbolito lo advirtió y quiso alertar sobre el peligro.
Como no podía gritar intentó otros trucos. Expandió sus jugos hasta que cientos de florcitas blancas reventaron en sus ramas y su aroma penetrante perfumó hasta el confín, asomaron espinas lacerantes en sus ramas y finalmente, bellas esferas doradas iluminaron su copa.
Todos los habitantes del Edén corrieron a presenciar el milagro y la Mala, en rápida huida desapareció aterrada.
Dicen, que si bien en ese intento fue vencida, tiempo después consiguió una buena alianza con un manzano.
Todos no. Había un desgarbado arbolillo de aspecto adolescente que permanecía ajeno al movimiento general. No mostraba flores, frutos, ni aromas, ni se esforzaba por acrecentar su copa.
La serpiente, que rondaba por los lindes del bosque buscando la forma de introducirse, reparó en él.
Precisamente ese, desmañado y anónimo, sería el refugio ideal para esconderse y llevar adelante sus planes de seducción.
Arrastrándose artera, llegó hasta el pie del árbol e intentó reptar hasta su copa .El arbolito lo advirtió y quiso alertar sobre el peligro.
Como no podía gritar intentó otros trucos. Expandió sus jugos hasta que cientos de florcitas blancas reventaron en sus ramas y su aroma penetrante perfumó hasta el confín, asomaron espinas lacerantes en sus ramas y finalmente, bellas esferas doradas iluminaron su copa.
Todos los habitantes del Edén corrieron a presenciar el milagro y la Mala, en rápida huida desapareció aterrada.
Dicen, que si bien en ese intento fue vencida, tiempo después consiguió una buena alianza con un manzano.
«Quién la sigue la consigue»,moraleja para una buena historia.