401. MIEDO TRANSMITIDO, de Vertiente

El menor debía encontrar la manera de vencer el miedo. Caminaba su caballo, cada sonido era aterrador; su respiración se cortaba. Cerraba los ojos para no ver la irrealidad.
Día a día se fue relajando, se permitía disfrutar de los gestos de la naturaleza. La irrealidad fue su aliada en el arreo.
Creando relación con la mujer, la desafía, sin verla; casi con el deseo de conocerla. Ella nunca respondió, comprobó que era tan solo una fantasía.
Jacinto ha podido afirmar que su curiosidad ha servido para salvar una dificultad, perder el temor a lo desconocido.