41. La cena de los hipócritas
Por fin ha llegado la Nochevieja. Es la única cena del año en la que nos reunimos todos: la abuela, que no quita ojo a los carabineros que presiden la mesa; el abuelo, que batalla con su dentadura postiza para hincarle el diente al pavo; la niña, cuánto la echo de menos cada día. Se está haciendo mayor, pero para mí siempre será mi pequeña; y mi exmujer, esta Navidad la veo más guapa que nunca. Creo que se ha operado el pecho.
Cenamos, tomamos las uvas y brindamos con champán.
Acaba el simulacro.
Silencios.
Es la hora del aguinaldo y las despedidas.
A Eugenia y Anselmo les ofrezco lo acordado: una cesta de pastillas.
—¡Anselmo, le he puesto ración doble de viagra, disfrútelas!
—Eugenia, no olvide darle las gracias a la gobernanta y dígale que ya me pasaré por el asilo a saldar cuentas.
—Para ti, preciosa, este sobre. Aquí tienes lo suficiente para acabar tus estudios de Arte Dramático.
Ahora miro a mi exmujer y pienso que aún no ha acabado la fiesta. Toca dar la campanada.
—Tome quinientos euros más y pase a la habitación del fondo a la derecha.
Oye, que gran final, cuenta mucho. Y cuanta verdad lo de las máscaras, muy bien representada la amarga realidad de muchas vidas. Muy bien. Mucha suerte.
Abracísimos.
Gracias, Barlon, me alegra mucho que te haya gustado el final. Abracísimos, demiurgo de las letras.
Perfecto, Ana, tu interpretación es lo que quise reflejar. Gracias por tu lectura; abrazos y te deseo igualmente que pases una buena Navidad.
Nunca había pensado que los aguinaldos se pueden ajustar como un guante a la realidad, revelándola de paso. Curiosa la relación con la exmujer, al final todo se puede olvidar por dinero, al menos durante un ratito. El título a mí me parece un homenaje a esa lograda y cómica obra de teatro, después película: «La cena de los idiotas».
Un abrazo, Lorenzo.
Suerte
Hola, Ángel, sí el título va en homenaje a La cena de los idiotas. Pero veo por los comentarios que no se ha entendido muy bien la difícil trama que he urdido. En realidad, ni ella es la exmujer, ni ellos los abuelos, ni niña es la niña: es todo una pantomima que se monta cada año, porque esstá más solo que la una. Gracias por tu comentario y lectura una vez más.
Un estilo a aquella peli de Fernando León, Familia, con Juan Luis Galiardo de protagonista. Pero ambientada, o eso me ha parecido, en una residencia de ancianos o en alguna especie de hostal.
Imagino que a más de uno que deteste esta época del año le gustaría ser sustituido en la mesa por algún actor o clon.
Saludos y Suerte.
Hola, Esperanza, qué bien verte por aquí en mi relato. Tendré que ver esa película a ver las semejanzas, gracias por la referencia. En cuanto a la ambientación, pensé en la casa del protagonista, las referencias al asilo, vienen de los ancianos que compra a base de pastillas y de untar a la gobernanta para que les deje ir a pasar la nochevieja a su casa. Abrazos.
Hola, Loren.
Es un micro con dos partes diferenciadísimas (según yo). La primera plantea una cena con los abuelos, la niña (que ya es mayorcita), la ex (que se ha convertido en un pibonazo… quizá ya lo era, pero él no se había fijado el muy capu***). Y la segunda es la despedida, los aguinaldos y la añoranza. Se ve que este tipo lo arregla todo tirando de billetera o regalando viagras (según yo, claro).
El micro está genial porque en pequeños trazos dibujas una familia rota que solo se reúne ese día para cenar.
Pero, yo me quedo con una duda. Entiendo que la campanada final es para su esposa, ¿no? Entonces, por qué le habla de usted: «Tome quinientos euros más y pase a la habitación del fondo a la derecha».
A no ser que se lo diga a otra…
Da igual, me encanta, Loren.
Te deseo toda la suerte del mundo.
Besísimos.
Hola, Towanda, precisamente la dificultad del relato tiene que resolverse con ese «tome». El protagonista tendrá pasta, pero está un poco zumbado. Es capaz de concertar una cena con ancianos, estudiantes de Arte Dramático, y una puta, que no es su exmujer, y creerse su propia mentira. Vemos que el resto de comensales tampoco tienen una familia muy cercana que los dejan solos en esa fiesta. Al final, todo lo resuelve el aguinaldo y si es pasta mejor. Lo que está claro es que me ha salido regular el relato porque casi nadie encaja las piezas a la primera. Gracias por tu análisis, amiga.
Jolines, no he acertado mucho, la verdad. Ahora el tipo me parece un poquito menos capul** e incluso me da penita…
¡Gracias por tu comentario tan clarificador!
Besos, Loren.
Genial
Gracias.
Bueno será hipócrita pero el lo ve mejor siendo tan generosos jaja.
Menuda pinta. Abrazos y suerte
Gracias, Manuel, jeje pero este mes ni con suerte vaya desastre. Yo me uno a esas cenas con tanta pasta de por medio. 😉 ¿No necesitarás alguien de postín para la cena de Nochevieja? Avísame si eso…
Pues si, estas fiestas sirven para poner de manifiesto las carencias de la gente. En la mayoría de los casos, todo es hipocresía y falsedad.
Me imagino que en la última frase lo que quieres decir es que su ex solamente le quería por el interés.¡Qué egoísta!, ja,ja.
Buen relato, Suerte. Un saludo
Hola, María, creo que debería haber dejado más claro en la segunda parte que ellos no son lo que parecen. Despista que él la siga llamando exmujer, pero es lo que tienen los locos o los hipócritas que se creen sus propias mentiras. Aunque tienes razón, la prostituta solo lo quiere por el interés. Un abrazo y gracias por pasarte de nuevo por aquí.
A mi también me da pena el protagonista..Muy bueno
A mí todos los personajes de la historia. Gracias, cari.
Una vez descubierto lo que quieres decir, es buenísimo, claro… La niña que estudia arte dramático… Lo que no tenía claro era la mujer si era ex realmente o sólo una acompañante… De todas formas, saludos y enhorabuena!!
Hola, Charo, gracias por tu comentario; creo que debería añadir al final algo así como «e insúlteme como lo hacía mi ex», para dejarlo más claro, pero como no sé si las bases permiten retocar el relato lo dejaré así. Ya he escrito, como hice en un mes anterior, una versión más larga sobre esta historia y me han valido mucho estos comentarios para mejorarlo y dejar más clara la pantomima. Abrazos, me voy a leer tu relato, vecina de arriba.
Me voy de puente y la que lias, Lorenzo. Qué bueno. Tienes que ver la película que te dice Esperanza. Me ha parecido espectacular cómo rematas al final el mosqueo que produce lo que se va leyendo.
Besos para el rey Midas.
Hola, mi Cleopatra, a sus pies. Mientras estaba de puente he seguido los pasos de su Twitter y me he quedado de piedra admirando sus letras; roguemos al señor, roguemos al señor; he intentado buscar esa película en internet, pero se ve que lo que el viento se llevó fueron las pelis de internet; en pie, Patri es la mejor; Patri, es la mejor; pueden tomar asiento; gracias; sigo pues: sí te decía que la he intentado liar, pero me parece que he liado un poco a los lectores con tanta farsa; daos la paz, joer, esto de escribir en una ceremonia en honor tuyo es difícil, pueden ir en paz; ala pues eso que al final todos contentos, unos con los bolsillos llenos, otros con el
Estómago y uno con pantomima hasta el año próximo. Abrazos, sin pecado concebida.
Pues si has seguido mis letras no me extraña encontraarte en este estado… Anda, una duchita y a dormir, Marco Antonio.
A mí no me parece que esté liado. Se hace raro y la explicación está en la última frase. Como el principio de esa peli.
Creo que el título y la palabra «Usted», da las pistas necesarias para que en una segunda lectura se entienda la mentira que este pobre hombre se monta en la cena de Noche Vieja para no parecer más solitario de lo que está.
Ahora eso sí a la «exmujer»putilla se la beneficia, por lo que muy tonto no es…jejeje…
Un beso Lorenzo.
Jaja, no la verdad que desgraciado es un rato, pero de tonto no tiene un pelo. Gracias por pasarte, MBelén.
Lorenzo, leido con atencion se llega a la idea principal, su soledad le lleva a inventarse esta familia, seguramente esto le ayudará a seguir para adelante. Suerte y felices fiestas
Gracias, Calamanda, felices fiestas te deseo a ti también.
Lorenzo, al principio, por el título, creía que sería una cena familiar, donde la hipocresía, a veces, también está presente, pero el relato da sutiles pistas que la frase final certifica, la de una familia comprada. Menudo ramillete de solitarios, ¡pérfido dinero!, el que lo tiene, el que lo quiere, el que compra y los que venden sentimientos. Te aseguro que no soy un hipócrita si te digo que me ha parecido genial. Abrazos.
Gracias, Salvador, ya sabes que tampoco lo soy cuando te digo que tus relatos me gustan muchísimo y que te agradezco tantos tus palabras como tus visitas. Un abrazo.
¡Juaaan! ya llega la Navidad saca la absenta, el bourbon, el champán y lo que tengas a mano que nos vamos de letrachera a leernos unos relatos mientras suenan las campanadas, pero nada de hipócritas a cada trago un microrrelato para que la peña pase el rato. Y brindamos por nuestras familias que están llenas de alegría y por la suerte de tenerlos en vida.
¡Viva por Juan, el demiurgo, y su linaje!
Hola campeonísimo. Confieso que lo leí el otro día y no pillé muy bien la cosa, los carabineros me despistaron y en vez d pensar en marisco, pensé que el tipo estaba en la cárcel o de permiso penitenciario o algo así. Me gusta mucho como reparte los aguinaldos, creo que es una genialidad y, leyéndote, he descubierto que todo se lo imagina. Bueno, pues así, con las piezas en su sitio puedo decir que me gusta 😉 Un beso de langosta.
Eva, es que soy muy desordenado jaja y siempre me dejo alguna pieza mal puesta en el puzzle. Gracias por releer el relato, pero qué honor que una de mis favoritas para ganar la edición de 2014 me diga «me gusta».
Un beso de centollo
Para este mes te has puesto en el alambre, a lo cual ya nos tienes acostumbrados. Has metido en 200 palabras una historia de falsas apariencias en la que nada es lo que parece y en la que dejas pistas (como ese voseo) para que el lector una las piezas. Admiro tu valentia y tu desparpajo a la hora de escribir. En un panorama abarrotado de buenas ideas y en el que todo lo ficcionable ya está ficcionado tomarse el esfuerzo de darle una vuelta más a la tortilla es de reconocerle el mérito. Acotar ese tipo de entramado, presentar tantos personajes, brindar la posibilidad de interpretación… esa bendita manía tuya por aportar y enriquecer las historias siempre con algo pecualiar me hace creer firmemente lo mucho que amas las letras y lo lejos que éstas pueden llegar de tu mano. Mucha suerte 🙂
Juan Antonio, vengo de leer el post de Susana de los tópicos y justo tú empiezas con una original metáfora tu comentario: «te has puesto en el alambre» Olé, voy a tener que empezar también a hacer análisis de tus comentarios, te salen musas hasta por las orejas. Y lo secundo, es cierto que es bastante arriesgado, pero otro consejo de Susana que me viene bien para responderte (lo parafraseo): «escribimos para divertirnos. Así que adelante» (que no nos asuste el monstruo de debajo de la cama). Me encanta cómo has definido el relato con lo de las piezas y las 200 palabras: es todo un rompecabezas. Bastante fantasioso quizás, pero en esto de la psicología hay gente de todo tipo (ahora que estoy haciendo el curso me doy cuenta de ello… estamos locos, locos, locos). Un abrazo amigo y que sigas cosechando muchos éxitos en 2015, ay pero qué digo si aún te queda por recoger del 2014.
Al releerlo me he enterado mejor. La clave estaba en la palabra 2simulacro».
Un grito de soledad, es lo que veo.
Un placer que hayas vuelto a releer el relato, muchas gracias. Es de los relatos escritos para obligar a releer. Un abrazo, M Carmen.
Hola Lorenzo. En la primera lectura me choca el tome, ¿tome? A una exesposa no se la dice eso, no?
Segunda lectura más despacito. Reparo en el acaba el simulacro y silencios. Dos partes. La de mentira que antes parecía verdad y la de verdad que ¡parece mentira!
Muy bueno. Como lectora de micros, hay relatos que te hacen pensar hasta entenderlos. (Reconozco que hay ocasiones en los que no lo logro, pero no desisto)
Besos
Hola, Isabel, gracias por haberte tomado el tiempo en releerlo detenidamente y haberle sacado el jugo. Me ha encantado tu comentario: «Dos partes. La de mentira que antes parecía verdad y la de verdad que ¡parece mentira!». Gracias no se podía definir mejor el relato.
Suerte con el micro Lorenzo. En la última campanada descubres la farsa. Aunque la hipocresía se vislumbra en el silencio cuando el simulacro acaba.
Feliz Nochebuena para ti.
Gracias, Piluca, sería una auténtica campanada que tuviera suerte jejeje te deseo lo mismo, pero sobre todo un 2015 de lujo.
Final sorprendente. Un micro fresco y divertido. Un abrazo, Lorenzo
Gracias, Concha, celebraré con sidra que te haya parecido divertido el relato.
Comfieso que no lo he entendido a la primera. Me tuve que valer de los comentarios. Es mucho nivel para mí. 🙂
Jaja, Edita, qué va, lo que le pasa quizás es que no ha alcanzado el nivel necesario el relato para ser entendido como toca. Felices fiesta, maja.
No recordaba el título de la película pero veo que en los comentarios ya ha salido («Familia» de Fernando León de Aranoa). El título, aparte de un homenaje a «La cena de los idiotas» creo que era un pista para entender el entramado de ficciones.
Suerte y Feliz 2015