456. BUENAS NOCHES PADRE, de Orilla 2
Esa mañana de mayo, el aviador no quería fumigar los campos sembrados, ni dañar las hiedras o el bosque. Prefería quedarse en tierra y acompañar a su esposa al médico, para comprobar un posible embarazo. Pero como capitán de flota, tuvo que viajar en contra de su voluntad.
Ana, corrió a su casa por el húmedo sendero, con el sobre blanco apretujado a su pecho, daba vueltas con pasos de vals, mientras leía la palabra mágica: “positivo”. Sí, positivo que sería madre. Sabía que al esconderse el sol, su marido llegaba y esa noche le contaría. De pronto el timbre sonó, mientras un búho aleteaba en su ventana y su mano tembló al abrir la puerta.
Los ojos de sus amigos no necesitaban palabras. Su amor había muerto, había explotado al chocar con un bello alerce, sin darle tiempo de conocer a su hijo.
Soy el adolescente que mira al cielo y dice: ¡Buenas noches padre!
Me a gustado mucho,la verdad.