46. Fusión (Aurora Rapún Mombiela)
En una playa escondida y poco frecuentada por el ser humano, se encuentra el lugar más bonito del mundo. Las piedras blancas absorben el sol y contrastan con el azul absoluto del cielo, las olas rompen en la orilla con el sonido de la inmensidad. Me tumbo directamente sobre los cantos rodados calientes, no necesito toalla, los brazos extendidos, los pies rozando el agua. Cierro los ojos, inspiro el aroma salado que transporta la brisa y me olvido de todo. No sé cuánto tiempo llevo así, disfrutando, pero percibo que me empiezan a crecer algas entre los dedos de los pies, trepan por los tobillos y se entrelazan en las pantorrillas. Sorprendentemente, siento la necesidad de comerme al pequeño cangrejo que ha trepado hasta mi ombligo y de beberme la ola que me ha cubierto entera. Poco a poco me voy convirtiendo en espuma y al final, con un ligero vaivén, me fundo con la belleza de la madre naturaleza.
Creemos ser entes autónomos, llegamos a pensar que todo gira alrededor de nosotros, por eso a menudo se nos olvida que no solo procedemos de la naturaleza, sino que también somos parte integrante de la misma. De ella venimos y en ella terminaremos. Siempre está ahí, ajena a esas existencias complejas que nos empeñamos en tener. Mientras espera paciente para acogernos de nuevo lanza mensajes en forma de puestas de sol, olores u oleaje.
Esta relación íntima es la que hace que en el mar o en el campo sintamos una paz especial, un equilibrio difícil de expresar, como le sucede a tu protagonista. Es posible crear belleza en un cuadro, o en un poema, pero nada iguala al origen y el fin de todo. Tu protagonista así lo ha sentido y lo asume sin resistencia, sería inútil, ella siempre vence, es mejor, como ella hace, disfrutar con esa fusión. Este relato descriptivo también se disfruta, Aurora.
Suerte y un abrazo
Qué maravilla, Ángel. A veces vale la pena enviar un relato solo para leer tus comentarios. Siempre análisis profundos y certeros. Muchas gracias. Un fuerte abrazo.
Tiene un punto entre el estado de bien estar y la magia. Suerte Aurora 😉
Muchas gracias, Ángel José. Sí es verdad que la protagonista está feliz disfrutando del mar. La magia está en la misma naturaleza. Un abrazo.