46. Procesador Fotográfico de Comportamiento Temporal
El Departamento de Justicia Experimental del Ministerio del Interior aplica la ley siguiendo el método diseñado desde que empezó a utilizar el controvertido Procesador Fotográfico de Comportamiento Temporal, conocido como TBPP (Temporal Behavior Photo Processor) por sus siglas en inglés. El procedimiento, muy criticado por su formulación paradójica, se basa en dos principios: el hecho irrefutable de que lo que tiene que ocurrir en el futuro va a suceder de manera ineludible, sin que ninguna circunstancia pueda modificarlo; y el propio TBPP, que puede registrar, analizar e interpretar trillones de conexiones neuronales de cualquier asesino convicto, de forma simulada, aunque extraordinariamente precisa, a partir de la digitalización de miles de fotografías tomadas de su rostro. El TBPP es capaz de descubrir, con una fiabilidad del 100 %, según numerosos estudios encargados a universidades independientes y las estadísticas anuales del experimento, si el sujeto sometido a observación habrá vuelto a asesinar en el futuro. Si la respuesta es negativa, es decir, que con toda certeza dicho sujeto no será responsable nunca más de una muerte violenta premeditada, la justicia dictamina su ejecución inmediata. Sin embargo, cuando esta es afirmativa, al asesino pendiente se le permite, de manera inevitable, que siga viviendo.
Jugar con el tiempo, pasado presente y futuro, equivale a intentar ser Dios, ir más allá de lo que puede abarcar en teoría una de sus criaturas, por aventajada y a su imagen y semejanza que pueda ser.
Con nuestro pensamiento lógico de hoy, creo que la mayoría estaríamos de acuerdo en que si llega a conocerse que, en el futuro, un asesino no vuelve a matar, se podría considerar la posibilidad de dejarle libre, y lo contrario, no permitirle continuar si se tiene constancia previa de su reincidencia. Sin embargo, en el porvenir que planteas, dominado por certezas científicas, el que algo que sucederá en el futuro nunca pueda cambiarse, hace que a un asesino se le permita seguir siéndolo, mientras que se le castigue con la pena máxima por lo que ya ha hecho si no va a hacer nada más.
Jugar a ser Dios no es fácil, porque, casi con toda seguridad, ser Dios tampoco debe de ser sencillo, puede que hasta Él también esté sometido a límites que le sobrepasan, a otro nivel, pero en el fondo lo mismo que cualquier criatura mortal. De ahí aquello de «los caminos del Señor son inescrutables».
Un relato para la reflexión y, sobre todo, con el esfuerzo muy meritorio de ser diferente, tanto, que has creado todo un mundo nuevo y evolucionado a partir del que conocemos.
Un abrazo y suerte, Rafa
La justicia, al igual que los caminos del Señor, como bien señalas, Ángel, es inescrutable.
Gracias como siempre por tus inestimables colaboraciones y el tiempo que nos dedicas. Un abrazo.
Un buen procedimiento judicial sin duda. De haber optado por el contrario, aunque aparentemente más lógico, la infalibilidad del TBPP sería cuestionada con cada caso. De esta forma, cada reincidencia criminal conlleva la satisfacción y tranquilidad de que ya estaba prevista.
Magnífico, tocayo.
Un abrazo.
Ya ves, querido tocayo, la justicia tiene razones que nuestra lógica desconoce. Vete tú a pleitear con ella… si te atreves.
Gracias por leer y comentar. Un abrazo.
Es un honor contar con tus impresiones, Juan, y una feliz casualidad afortunada disfrutar de nuestra mutua vecindad enteciana en tu paso fotográfico durante esta convocatoria.
Un abrazo.