47. …NO MOLESTEN (Edita)
La abuela está rara. Ya no invita a comer a sus hijos y nietos todos los domingos, ni los visita diariamente. Tampoco espera a los pequeños a la salida del colegio con besos sonoros y golosinas a escondidas. Ahora son ellos los que tienen que llamarla por teléfono.
—¿Mamá, qué tal estás?
—Muy bien, cariño.
Le extraña que no se queje como siempre.
—¿Tienes la radio puesta? Oigo una canción de fondo…
—¡Qué va! Es Sinatra en la ducha. Está pasando unos días conmigo. Maaaaiii güeeeeeiii —tararea remedando la voz—.
—¡¿Pero qué dices?!
Cuelga y contacta inmediatamente con sus hermanos a través del grupo de whatsapp: su madre desvaría, tienen que hacer algo. Los móviles arden; muchos mensajes se solapan; el diálogo a cuatro manos, imposible. Al fin, la hermana mayor logra poner orden con el emoticono adecuado, y los convoca a una reunión urgente en la casa materna.
Según van llegando, les sorprende encontrar la vivienda cerrada a cal y canto. Cada uno comprueba que su copia de la llave no funciona. Se miran desconcertados. En la puerta, pegado con esparadrapo, un típico cartel de habitación hotelera parece burlarse: POR FAVOR, …
Jajaja, genial el relato de título a fin. Me ha encantado.
¡Qué bien! Muchas gracias.
Muy bueno, suena a lavado de cabeza. Me encanta el humor de la protagonista.
Un abrazo y suerte.
Me encanta que te guste. Muchas gracias.
O esa anciana convive realmente con su ídolo, o está con alguien que se le parece, o también, ella vive en una fantasía tan ricamente. En cualquiera de los tres casos parece feliz, qué más se puede pedir. Está bien que la familia se preocupe, pero una vez constatado su envidiable estado, deberían dejar que viviese sus días a su manera, sin interponerse
Un abrazo, Edita. suerte
Que así sea. 🙂 Muchas gracias.
Nunca es tarde para pasar un rato a solas con un sueño.Y que digan, y que piensen…Pero, sobre todo, que no molesten.
Muy simpático y me encanta el título que se ensambla con el final.Mucha suerte.
Me gusta que hayas pillado la intención del título. Muchas gracias.
A mi me ha inquietado un poco, me uno al bando de los hijos preocupados por su madre, no quiero ni pensar que la mía hiciera algo parecido.
Un beso
Ja ja ja. Es una abuelita de cuento. Muchas gracias.
Comienzas por el final y cierras con el título, lo que no es extraño con esta abuela que lo ha puesto todo patas arriba.
Ganas me dan de cantar con ella.
Un saludo
¡Qué bien lo dices! Muchas gracias.
Es un buen ejemplo de vida. La ilusión por lo que soñamos, queremos y vivimos, es lo que nos mueve cada día. La imaginación, el ingenio se agudizan si hay ilusiones. Esa mamá reivindicó su espacio, qué bien. Ya dedicó tiempo a sus hijos cuando más la necesitaron, me parece genial que ahora quiera vivir la vida «A su manera». Gracias por sacarnos una sonrisa. Un abrazo y suerte.
Gracias por sonreír e interpretarlo tan bien a tú manera. 🙂
Me encanta el comienzo, esos puntos suspensivos, soy fan de ellos, dejan volar la imaginación siempre, Y el cerrar el relato con ellos crea ese bucle en la historia tan original. Un comienzo que es final y un final que nos lleva a una historia de un sueño que quizás ha esperado demasiado en cumplirlo. Me encanta que tu protagonista se salga de ese típico papel de las abuelas y viva la vida que le reste así a su manera.
Muy buen relato, disfrutas leyéndolo y además una sonrisa se escapa al hacerlo.
Un beso Edita.
Has conseguido emocionarme con tu comentario, no te imaginas cuánto te lo agradezco.
Las abuelitas también fantasean.. y de qué manera…
Una simpática propuesta, Edita.
Suerte.
Muchas gracias, Mª Jesús.
Por lo visto, a la abuelita le ha tocado un amigo invisible de lo más acertado. Menudas Navidades les esperan.
Simpático relato, Edita.
Saludos cordiales.
🙂 Qué bien has apuntado. Muchas gracias.
Una abuela muy simpática, igual que el relato. Nos has conducido muy bien a ese cartelón que conecta con el título. Mucha suerte 🙂
Suerte es la que necesito, sí 🙂 Muchas gracias.
Claro que si, todas las abuelitas deberían colgar el cartel de no molestar de vez en cuando (y algunas no abuelitas también).
Genial la idea de acabar volviendo al título.
🙂 Muchas gracias.
Título y final se unifican para mostrarnos divertida e irónicamente a una protagonista que en el ocaso de su vida, que no el final, ha decidido burlarse de una vida programada. Muy bueno, Edita. Abrazos y feliz Navidad.
Muchas gracias, amigo visible. 😉