48. TRIBUTO
Cuando el último rayo de luz de la tarde se desvanece, la noche invade cada rincón del pueblo. Para entonces, sus habitantes no han tardado en refugiarse dentro de las casas, con las ventanas cerradas, las chimeneas apagadas y los portones atrancados. Tan solo la tenue llama de los candiles rompe la oscuridad iluminando sus caras temerosas. Permanecen quietos, salvo por algunos escalofríos, a la espera. Fuera, la noche viene acompañada del ulular del viento y otros ruidos, como silbidos lejanos, que poco a poco dejan claro el sonido de ladridos que se acercan a toda prisa. De un tiempo a esta parte atormentan a estas almas desvalidas, recorren las callejuelas y golpean a su paso las aldabas que encuentran. En cuestión de minutos, que parecen eternos, retorna el silencio, pero nadie se atreve a moverse. Y no lo harán hasta el amanecer, para tras comprobar las huellas de los canes en el camino, descubrir que un nuevo recuento en la plaza deja constancia de quien falta esta vez.
Con este micro rompo mi silencio en ENTC, hacía mucho que no participaba. Espero ser constante.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
A partir de ahora cada vez que me encuentre unos perros por la noche no sabré si echar a correr o esconderme en las tinieblas. Eso está bien que hayas vuelto, abrazos de rebienvenida.
Gracias Lorenzo por comentar y por tu rebienvenida.
No te fíes de los perros ni de las señales que traen y menos de noche…
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Qué bueno. Tu relato lo veo como una alegoría en la que nos muestras la forma de actuar de demasiadas personas. Se esconden en lo más profundo de sus guaridas en lugar de tratar de unirse para plantarle cara a esos miedos recurrentes. Además, lo matizas con una prosa espléndida en su sonoridad. Enhorabuena. Suerte y saludos, David.
Gracias Jesús por comentar y verlo así. Con comentarios así da gusto.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
La jauría acude cada noche a tomarse su tributo. Los hombres, insolidarios y cobardes, prefieren ocultarse a plantar cara a la amenaza, en la creencia de que siempre serán otras las víctimas, de que esa estadística no va a afectarles si agachan la cabeza, se esconden en las sombras y miran para otro lado, algo que vemos con demasiado frecuencia cada día.
Es un gusto leerte siempre, también por aquí, David.
Un abrazo y suerte
Gracias Ángel por comentar.
Insisto en que vuestros comentarios engrandecen el microrrelato.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, has escrito un gran relato. Está muy bien esa ambientación de cobardía, de reclusión en las casas, considerándolas el mejor escondite. Ya me parece escuchar los ladridos de perros hambrientos y siento escalofríos, también. Enhorabuena.
Un abrazo.
Gracias María José por comentar.
Si he conseguido que casi oigáis los ladridos me doy por satisfecho.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Consigues un ambiente inquietante, David, con una historia muy bien contada y con un final a la altura de un fantástico relato de terror. El alma se encoje ante lo desconocido, y aún más cuando lo inexplicado aparece arropado por la noche.
Repito. Fantástico relato, David. Enhorabuena.
Gracias Antonio por comentar, intenté elaborar con esos ingredientes que dices y salirme de la clásica historia de perros como mejor amigo del hombre. Si lo conseguí, muy satisfecho.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Hola, David.
El género de terror en estado puro. Qué bien nos has ido envolviendo en la atmósfera que se precipita en ese final macabramente espléndido.
El texto goza de una gran musicalidad, acústica, como me gusta también denominar a esa cualidad en un relato y, sobre la más evidente, admite otras lecturas más profundas en sintonía con los comportamientos humanos que generan esos miedos invencibles. En la interrelación entre víctimas y verdugos, extrapolable, al gusto de cada cual, a diversos ámbitos de la sociedad. Cuando la noche se hace grande sobre el mundo y actúan sus oscuras criaturas… Felicidades. Un abrazote.
Gracias Martin por comentar, me abrumáis con estos comentarios. Y yo encantado claro.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Muy bien lograda y mantenida la intriga hasta el broche final.
Gracias Edita por comentar, si así ha sido la intriga satisfecho yo jeje
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Me encanta la ambientación, la tensión y el poso de desasosiego que deja. Enhorabuena
Gracias Arantza por comentar y claro por sentirlo así.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Dar miedo me parece muy complicado… pero vaya si lo has conseguido. Me ha gustado mucho cómo creas esa atmósfera y nos vas sembrando el camino de inquietud. Suerte !!
Gracias Juan Antonio por comentar.
La suerte es comentarios como el tuyo,lo demás soy consciente que en este rincón hay gente como tú que escribe de maravilla.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Ya te lo han dicho, pero te lo repito. Fabuloso como has creado ese ambiente de tensión y miedo. Muy muy inquietante. Precioso relato. Enhorabuena.
Gracias Laly por comentar. Qué bien que te haya gustado y te haya parecido inquietante.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Tu micro me situó en el medioevo, DAVID, época oscura donde la reacción solía ser ésa: cerrar puertas y ventanas y esconderse de lo desconocido, fuera perro, espectro o bruja.
Aquí en el título «Tributo» es, sin dudas, sinónimo de «incauto».
Un micro muy terrible, pero muy bueno.
Cariños,
Mariángeles
Gracias Mariángeles por comentar y por tú análisis.
Tributo, incauto, temor…¿cobardía?
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
Un tributo cobrado al desamparo. Cada ser se refugia en su universo particular, sin darse cuenta de que en el conjunto y en la unión está la fuerza. Muy bueno, David. Un placer volver a oír tu grito de guerra. Abrazos y suerte.
Gracias Salvador por comentar.
Contento de que se escuche mi grito de guerra, literariamente hablando.., HOKA HEY!
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
David, has conseguido una atmosfera trepidante y la ambientacion adecuada. Suerte y saludos. feliz 2017
Gracias Calamanda por comentar y feliz año para ti también.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin
En el recuento de esta noche no faltas tú, y eso nos ha permitido gozar de un texto increíblemente bien planteado. Un retrato social muy acertado, me atrevería a decir, con el miedo y la indiferencia como grandes aliados de los perros (¿quienes serán?)
Feliz regreso.
Gracias Anna Lopez por comentar y por contar conmigo en este recuento.
El miedo sobre todo que nos lleva a encerrarnos para así creernos protegidos.
Un saludo indio
Mitakuye oyasin