49. BIOGRAFÍA DE UN PARAGUAS (Esperanza Temprano)
Siempre he caminado con paraguas, desde niño. Así ha sido más fácil soportar los chaparrones. Gracias a él conseguí atravesar intensos aguaceros, como la última vez que vi a mi padre con la maleta en la puerta de casa diciendo “no puedo quedarme, hay otra, lo siento, Marieta” o como esa palabra maldita que resonó como un trueno y me arrebató a mi madre un año después: “metástasis”. También escondió mis lágrimas en el patio de aquel orfanato cuando Paez me recordó que era un secreto entre él y yo sus visitas nocturnas a mi cama. Mi paraguas está mal herido por los vendavales y tormentas pasadas, pero ahí sigue, a mi lado, como la sombra de aquel niño que fui, que quiere huir de lo vivido pero que no puede dejar de mirarme.
Esperanza, bella historia personalizada desde ese foco tan original. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. Un abrazo
Un enfoque muy original para llevar al lector a la esencia de una vida, de una historia, la del protagonista contada desde… su paraguas. Me gusta!!
Un abrazoooo, Esperanza.
Gracias por tu comentario Amparo. Hace mucho tiempo que no coincidimos, a ver si nos vemos.
Un abrazo, guapa
Drama magistralmente contado, como siempre. Qué placer leerte siempre! Un beso Esperanza
Muchas gracias Mar, y viniendo de ti, un magnifico halago.
Muchos besos,
Los paraguas están hechos para soportar lo peor y, a pesar de esa estructura de varillas que parece enclenque, lo consiguen, hasta que la tela se rasga, o el mecanismo no tiene componenda. Igual que los paraguas, las personas aguantan lo que les echen en eso que llaman vida, hasta que al mecanismo que les sustenta le llega la caducidad después de tantos temporales.
Muy original esta biografía de un objeto cotidiano, en una clara metáfora con la de su dueño.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Gracias Ángel, me alegra que te haya parecido original el enfoque, porque cada vez es más difícil sorprender al lector.
Un abrazo grande,
Genial y triste manera de hacer partícipe a un objeto querido y cotidiano como un paraguas, de una vida rota. Me ha gustado mucho a pesar de ser una historia que no debería existir casi ni en los relatos.
Un abrazo.
Gracias Asunción, sí, la verdad es que hay historias que ojala no tuviéramos que contar nunca.
Un abrazo,
Qué dura vida la de tu protagonista, Esperanza. Ese paraguas que ha vivido tanto junto a su dueño y que, a pesar de los envites, ahí sigue, mal herido pero constante. Qué tristeza tan honda y qué buenas tus letras.
Un placer leerte, suerte y un saludo.
Gracias Yashira. Ay, lo que puede llegar a contar un paraguas.
Besos,
Ese paraguas protector no puede salvarle de todo, pero al menos puede contar su historia. Un enfoque original, más centrado en el paraguas que en la sombra pintada en la pared. Te felicito por ello.
Suerte y abreazos
Dura biografía Esperanza. Un relato que llena la pies de dolor y tan visual que se clava. Suerte.
Besicos muchos.