50. La otra Elena (towanda)
Tres cabellos, su cepillo de dientes y algún objeto especial de la difunta. Para evocar sus recuerdos. La empresa aseguraba satisfacción absoluta .
Estaba ansioso por abrirlo, pero aguardé que Candela regresara del colegio. Desenvuelto el fardo, quedé paralizado. Era idéntica. Quizás, el pelo más largo o los ojos, aunque copias exactas, me parecieron distintos. Alegres. Candela se aferró a su pierna sin dejar de llamarle ‘mamá’. Esa noche permanecí mudo, examinándola fascinado. Acostó a la pequeña y se dirigió a la alcoba. Nervioso, fingí dormir. Ella me besó.
Al amanecer, quiso salir a nadar. La otra Elena dejó de hacerlo hacía años. Dije sí a nadar; a bailar desnudos sobre la hierba; a volar cometas; a manosearnos bajo la mesa; a comer palomitas; a hacerle y deshacerle el amor… A todo.
Semanas después, la encontré asomada al balcón. Tenía medio cuerpo fuera y acariciaba aquella manta infantil. Mirando como el otro otoño… Temí que todo se repitiera. Que los viejos demonios hubieran emponzoñado ese objeto especial que yo mismo elegí… Grité. Desesperado. Exánime. Presa del terror. Como entonces.
Se giró despacio. Estremecida. Dijo haber sentido un impulso extraño por volar, pero, oyéndome temblar, supo que ese recuerdo no le pertenecía.
Hola, Towanda. Para trasladarnos tu historia, utilizas, con maestría, palabras y frases «comprensibles» (en su normalidad), pero que envueltas en su halo de misterio, parecieran convertirse en otras más «elevadas», demostrando, de este modo, que no hacen falta términos rebuscados para presentar un relato sugerente, aunque, en ocasiones, todos lo hagamos. Bueno, no me enrollo más. Solo me queda decirte que me ha gustado mucho. Y que dejo para otros su interpretación (si es que hiciese falta); yo, lo he leído cuatro veces y casi veo algo diferente tras cada lectura. Un beso.
Hola, Jesús.
Creo que no hace falta rebuscar palabras para contar una historia, máxime cuando no suelo utilizarlas en el día a día (Juan Pérez ya es maestro en ese arte y siempre se aprende alguna con él).
Me alegra mucho que hayas sacado lecturas diferentes del micro en cada lectura, así que te mando un abrazo enorme.
Gracias!
Me ha gustado mucho tu historia. La nueva Elena, gracias a Dios, tiene ganas de disfrutar y saborear cada instante. Lo principal es que quiere ser vital y positiva. Y lo lleva a efecto. Ni siquiera los recuerdos contaminan su energía. Sobre todo porque, finalmente, son ajenos a esta filosofía de vida suya.
Precioso, Towanda. Un texto cercano. A la vez, muy profundo.
Nube de besitos para ti.
Hola, María José.
La nueva Elena es una versión mejorada (creo) de la otra Elena y, como bien dices, ni siquiera esos recuerdos evocados son capaces de contaminarla. También, quizá, hay una pequeña llama de amor surgiendo…
Gracias, guapa.
Un abrazo de nube de golosina.
Hola, Towanda, maestra, amiga.
Madrid bien vale una siesta, sí señora, hace usted muy bien de volverse asidua de tan salutífera costumbre. Y el tema de la duplicidad lo manejas con una habilidad pasmosa. Sostienes muy bien la tensión narrativa con ese objeto especial de la difunta, aquella manta infantil. Haces la foto tuya a tu manera: la mejor. Haciendo nadar el fabuloso territorio de los recuerdos. Y el de la imaginación. Y el final es sumamente escalofriante. Destacar algo en la peripecia es ocioso, toda ella es una obra maestra, jugando con el ahora y el ayer de Elena, la otra Elena, Candela, la niña, y el protagonista, que es el narrador. Me encanta tu prosa corta, como a hachazos cenitales, que nunca parece asertiva.
Ha sido un placer leerte por aquí y por Abogados, donde no faltas un solo mes, algo, amiga, al alcance de muy poquitos.
Hola, Eduardo.
Confieso mi ‘siestomanía’ y la reivindico siempre que puedo. Coincido contigo en que es una costumbre saludabilísima.
Me alegra mucho tu comentario porque has visto muy bien a los personajes que quería mostrar, haciendo hincapié en el tema de los recuerdos y en el doble (tema que me fascina, por cierto).
Un abrazo y muchísimas gracias.
Se me había olvidado darte un beso muy sentido, muy entrañable. Tú sí que eres diferente.
Otro beso para ti.
Y añadir esto, si no reviento: Elena es mitad mujer, mitad sirena y casi voladora. Has jugado muy bien con las dos mitades de la foto.
Si como lector así lo ves es que así debe ser.
GRacias, otra vez.
Un individuo, en un futuro que dibujas tan bien que parece algo del presente, posible y natural, encarga una réplica casi exacta de una niña, que podría ser su hija. Su relación se vuelve estrecha, demasiado para una menor y un adulto, con consanguinidad por medio. La niña es distinta a la que ya no está, menos alegre, dueña de una tristeza que posiblemente la condujo a la muerte al querer evadirse por un balcón de un padre que le obligaba a hacer lo que no quería. Los ecos de aquel sentir vuelven a aflorar en la nueva Elena.
No estoy seguro de acertar, en todo caso, espero que no moleste mi pequeña interpretación. A mí ya sabes que me encanta tu manera de escrbir.
Un abrazo grande y suerte, Towi
Hola, Ángel.
Me encanta tu lectura del micro y la agradezco muchísimo, como siempre.
Un hombre en un futuro cercanísimo encargando una réplica de una mujer difunta. Unas muestras de ADN y un objeto que hubiese sido especial para ella. Cierto. Hasta ahí estamos de acuerdo.
En cuanto al resto, (en este micro) mi lectura y la tuya viajan por historias distintas, pero creíbles. Pura magia interpretativa.
Es un placer leer tu opinión que solo confirma lo que dijo alguien alguna vez acerca de los textos, que se adueña de ellos el lector y por eso es importante el papel desempeñado por este en un acto comunicativo.
Gracias siempre, Ángel.
Pd: Cómo me va a molestar tu opinión, si lo que quiero es saber tu dirección para mandarte una caja de bombones.
Un abrazo grandísimo.
Luego de leer los comentarios no me animo a expresar mi parecer, solo que descubro cada vez que te leo un universo donde encuentro las palabras justas que me llevan por tu historia.
Me encantó! Un abrazo y suerte.
Hola, Moli.
Pues muchas gracias por comentar. Te animo a expresar tu parecer. Sería genial leerte y saber si has sacado una tercera o cuarta lectura del texto. Sería la bomba.
Un abrazo grandísimo.
No es que solo me haya encantado: me ha subyugado, atrapado, enredado… Una historia futurista llena de imaginación y frases tremendamente eficaces.
(Si puedes, revisa esta palabra, creo que se te ha colado una letra: emponzoñando).
Hola, Edita.
Vente pá cá, que te invito a una torrija… Por tus palabras tan amables y por corregirme esa letra intrusa.
Un abrazo muy fuerte y felices vacaciones (si las tuvieses).
Graaaacias!!!
Genial, Towanda, me ha chiflado. Me quedo con lo de hacer y deshacer el amor, jeje. Enhorabuena
Hola, Alberto.
Jajaja, ‘hacer y deshacer el amor’ debe ser la bomba.
Gracias, y estos abrazos que te mando vía pantalla.
Esa manta infantil que la otra Elena acaricia… ¿no sería de la otra Candela?
Un relato fascinante, hipnótico y con un final que deja entrever una amargura aterradora. Me ha encantado, Towanda.
Hola, Alicia.
Esa manta infantil, creo, según me cuenta el protagonista, es de Candela (la Candela de ahora), pero tu comentario me abre nuevas posibilidades… ¿Por qué no pudo haber otra Candela? Genial.
Muchísimas gracias y este carro de besabrazos.
Hola Towanda.
Estoy viendo por aquí interpretaciones varias de tu relato y creo que eso significa que has compuesto una obra de valor. Para mí la historia tiene tema claro: el amor, aunque el argumento gira alrededor de la no aceptación de una pérdida. El esposo queda viudo y aprovecha una nueva tecnología de clonación para revertir esta desgracia. El remedio da resultado y la nueva Elena llega a llenar por completo el vacío de la primera, supliendo incluso el papel de madre, sin embargo, el miedo a los viejos fantasmas retorna, sugiriendo así lo que sucedió con la primera Elena, que podría ser un suicidio (lanzándose al vacío desde el balcón) por culpa de alguna depresión o enfermedad metal. Un buen relato, sin lugar a dudas, con frases maravillosas como la de «hacer y deshacer el amor».
Me queda agradecer tu generoso comentario a mi relato, decir que ha sido un placer, además de una experiencia enriquecedora y una responsabilidad formar parte del jurado contigo y con todos los demás, desearte muy buena suerte y enviarte un cariñoso saludo.
Hola, Barceló.
Tu interpretación y lo que yo quería contar coinciden.
El tema es la no aceptación de una ausencia y el deseo de suplirla con tecnología puntera. En ocasiones, lo vemos con frecuencia en las películas, el resultado no se asemeja a lo esperado, pero aquí sí, llegando incluso a superar a la otra Elena en lo jolgoriosa y vital.
Muchísimas gracias por comentar. Ha sido un placer debatir como jurados el mes pasado, aunque se nos quedaron muchos buenos micros en el tintero.
En fin, muchísima suerte para ti también y nos seguimos leyendo.
Abrazos a granel.
Se puede clonar el cuerpo, pero las emociones acumuladas en la vida son enteramente nuestras. La nueva Elena tiene que apartar los fantasmas del pasado y empezar a llenar su mochila de recuerdos y vida y, tal vez, así podrá ser ella misma. El protagonista tiene que aprender de nuevo lo que es el amor. Genial, Towanda. Abrazos y suerte
Hola, Salvador.
Se pueden clonar cuerpos, de hecho ya se hizo con Dolly y creo que se ha venido repitiendo con frecuencia, pero imagina que al clonado (humano en este caso) se le suministrara un objeto cargado de recuerdos, emociones, vivencias… Algo que amara por encima de todo. Tendríamos una copia exacta, idéntica: la misma persona, pero viva.
Creo que la nueva Elena debe aprender a amar a su manera, sin fantasmas ni directrices.
Un abrazo grandísimo y muchas gracias por tus palabras.
A mí me ha encantado el micro, Towanda, por varias razones: el tema del doble con aire futurista, el del amor y la pérdida, el de los recuerdos que lastran el presente y la maravillosa vitalidad de la nueva Elena.
Si además está tan bien escrito, como es el caso, su lectura es un auténtico placer.
Suerte y abrazos.
Hola, Carmen.
La verdad es todos esos temas que señalas son muy jugosos, sobre todo tengo debilidad por el del doble. Quién sabe si no tendré por ahí alguna gemela?
Gracias por comentar tan bonito.
Un abrazo gigantesco y muchísima suerte, también, para ti.
Magnífico relato de muchas interpretaciones. Me quedó con lo que voló y voló para el otro lado.
Un beso grande de primavera canaria.
Hola, María.
La verdad es que salieron muchas interpretaciones y, con la tuya, una más.
Muchísimas gracias por acercarte con ese beso de primavera canaria.
Mañana me lo pongo para ir a trabajar, para que todas me envidien.
Un abrazo gigantomórfico vía wifi.
Vaya, que me ha gustado mucho. Y creo que a él no se le va a ir el miedo del cuerpo.
Besetes
Hola, Javier.
Me alegro si te gustó.
Se le irá el miedo, ya verás como sí. El amor lo puede todo.
Un besabrazo.
No vas muy desencaminada, dicen que en un futuro podrá hacerse, y aunque «La empresa aseguraba satisfacción absoluta», mejor no divulgues su nombre, les lloverían demasiadas propuestas.
Un relato muy hermoso, Towanda, y me alegro que la nueva Elena no sea tan temeraria y tan catastrófica como la antigua. Un placer, como siempre, meterme en tus historias.
Un abrazote.
Hola, Rosy.
En el futuro podrán hacerse muchas cosas, aunque yo no lo veré. Esto de la clonación me da un poco de miedo. Me gusta el tema a nivel de cuento, pero nada más. Te imaginas a ti y a mi clonadas en San Vicente de la Barquera dándolo todo… jajaja.
Gracias, guapa.
Te mando esta cesta de besos cargados de calor.
Pd: Llega el invierno. Menudo frío está haciendo. No me entretengo mucho que voy a poner el belén y me bajo al súper a comprar turrón.
En esta convocatoria no había leído ningún relato, pero me he encontrado con tuyo y, para qué negarlo, me he tirado en plancha. Ya sabes cómo admiro tus letras. Me ha encantado la situación futurista que planteas. La clonación de los seres queridos que ya no están, el volver a sentir el amor y el miedo a que todo se vuelva a torcer, como la primera vez. Vamos, que me ha encantado todo. Un relato de diez, enhorabuena.
Hola, Asun.
Muchísimas gracias, guapa.
El futuro ya lo tenemos a la vuelta de la esquina, así que es mejor prepararse para lo que pueda venir.
Te deseo suerte también para ti y tu bonita historia de este mes.
Ah, que lo paséis fenomenal en Sevilla…
Un besazo gigante y tómate una pringá a mi salud (que me chifla) o un salmorejo bien fresquito con su jamoncito (del güeno) y su huevito… Ñam, ñam.
Towanda, un relato con la visión de un futuro, donde se puede clonar al ser querido cuando se sufre un pérdida. La genética tiene sus misterios y el protagonista no deja de temer que la historia se repita, tal vez, porque se suicidó su mujer. Nunca podremos saber las consecuencias, hasta que suceden. Pero, cada una tiene sus vivencias y sus propios recuerdos.
Me ha parecido un relato muy original, lleno de esperanza. Enhorabuena y mucha suerte.
Besos apretados.
Hola, Pilar.
Así es. Creo que su mujer se suicidó y el protagonista teme que la historia se repita, que haya habido un fallo en el evocador de recuerdos y ese, tan malo, se hubiera aferrado a aquella mantita infantil.
Unos besos y muchísimas gracias por tan amable comentario.
Suertísima, también, para ti.
Es buenísimo Towi!!! Me alegro de que el jurado, ahora que no tengo demasiado tiempo para ir leyendo, rescate estas maravillas. Enhorabuena de la grande!!! y suerte en la repesca.
Bssssss!!
Zenkiu, Juanchete.
Un abrazísimo.