51- EL REGRESO (Manuel Menéndez)
Siempre estuvo a mi lado, desde muy pequeño. Le rezaba con mi madre al acostarme: “Ángel de la Guarda, dulce compañía…”. Yo le llamaba Adriel. Nunca le veía, pero sentía su presencia cuidándome, consolándome, guiándome. Hablaba con él; era quien mejor me comprendía. En el colegio, llamaron a mi madre para decirle que tenía un amigo imaginario. Ella solo me pidió discreción. El mundo nunca me entendería.
Con los años Adriel se fue difuminando. Mi madre culpaba a las malas compañías que empecé a frecuentar. Quizás tenía razón. También me fui alejando de ella, adentrándome por caminos cada vez más tenebrosos.
Han pasado muchos años. Hoy he regresado a casa para su entierro. Ha muerto sola y amargada, pero no puedo dar marcha atrás al tiempo. Percibo el rencor de la familia. Tras el funeral me abandonan. Recorro con tristeza lo que fue mi hogar. Me sobresalta un movimiento fugaz en el espejo. Me giro; no hay nadie, aunque noto su presencia. Más tarde veo su reflejo en el pomo de la puerta, en la vitrina. Su sombra se superpone a la mía en el pasillo. Adriel ha vuelto. Pero ahora tiene cuernos y su risa me hiela la sangre.
Los años mo perdonan: o salen canas o cuernos. Aunque seas un angelito, por lo que se ve.
Tenemos dentro el bien y el mal. Tendemos a pensar que la voz interior que parece que nos guía es la correcta, solo puede buscar nuestro bien y hasta el ajeno, porque nos creemos elegidos para una existencia noble, pero puede que sea todo lo contrario, que desde el principio sea el lado oscuro el que dejó su semilla y nos ha dominado.
Una vuelta de tuerca que lo cambia todo, resuelta con valentía
Un abrazo y suerte, Manuel
Muy bien interpretado Ángel. Esa ley del embudo cuando nos miramos al espejo nos hace creernos siempre los buenos de la película. Pero si fuera así no existiría el mal y sin embargo no hay más que mirar para verlo. Un abrazo!
Gracias por comentar Edita. Los años no perdonan, la vida menos aún.
Uff…En todas las familias hay buenos y malos, ángeles bondadosos y ángeles perversos pero a cualquiera de los que preguntemos, nos dirán que ellos están en el lado de los caritativos y piadosos; los otros son los injustos y maliciosos.
Un saludo
Isabel, quizás todos seamos ambas cosas a la vez, pero nunca seamos capaces de ver nuestro reflejo tenebroso. Gracias por comentar!
La vida va ensuciando el alma si escuchamos a nuestro Adriel. Yo estoy seguro que, aunque tú te vistas de negro, tu Ángel es muy blanco, Brother.
Una maravilla de relato. Por lo que cuenta y por cómo lo cuenta. De 10.
¡Abrazo grande!
Me gusta esa evolución del ángel de la guarda a juego con el personaje, que se va haciendo cada vez más black. ¡Muy bueno!