53. ILUSIONES AÑEJAS (Edita)
Toda la vida he soñado con un descapotable, pero hube de conformarme conduciendo cualquier utilitario de segunda o enésima mano, hasta que se caía a pedazos y lo podía reemplazar por otro similar. Al fin, voy a conseguirlo. Mis hijos ya no me necesitan; mi querida esposa, la pobre, se ha ido; y yo, para lo que me queda… Lo vi en un establecimiento dando el paseo diario. Regresé a toda prisa, asfixiado de emoción. Rebusqué por la casa mis ahorros escondidos y creo que he reunido lo suficiente para abonarlo al contado. Ahora mismo salgo a buscarlo. Cuando lo tenga en el garaje, antes de nada, lo pintaré de negro porque el azul brillante que luce me parece poco discreto para una persona de mi edad; además, si le arranco la llave de la cuerda, ganará elegancia. ¿Dónde habré metido la bolsa reutilizable del súper? Debo llevarla para traerlo, no vaya a ser que me lo pongan en una de plástico y la tenga que pagar.
Cualquier edad es buena para reavivar ilusiones.
Sencillamente, me gustó y me hizo sonreir.
Suerte, edita
Sonrisas mil.
Manuela balastegui
Mil gracias. 😉
De ilusión también se vive y, ya que conducir un descapotable está fuera de sus posibilidades, tu protagonista tiene buen conformar y se queda con uno en miniatura, para lo que ha reunir sus ahorros, que deben ser muy escasos, pues ya no le llega para la bolsa de plástico.
Algunos sueños se cumplen, otros permanecen siempre vedados; al menos, hay sucedáneos y quizá sea mejor así. Una vida con todos los objetivos cumplidos puede que quede vacía y anodina. Es en la lucha donde estriba el mérito, el pulso y la ilusión.
Un relato entrañable, que también encierra un drama: tras toda una vida de trabajo, tu protagonista no parece tener una economía demasiado holgada, pero él parece feliz pese a todo. Una actitud envidiable.
Un abrazo, Edita. Suerte y ya aprovecho: que tengas muy felices fiestas
Siempre tan generoso, tanto en cantidad como en calidad de palabras. Muchas gracias.
Salud y suerte.
Hay ilusiones que, por muy añejas que sean, nunca pierden su fuerza ni su vitalidad, y me alegra que el señor de esta historia, que tan austero ha sido en su vida, la haya podido cumplir, y de esa manera… En ese auto nunca se va a lastimar y lo va a poder disfrutar a todas horas y a cada minuto, tal como él se merece…
Un micro muy tierno para iniciar el 2019…
Te felicito, EDITA.
Mariángeles
Eso espero, que lo disfrute por muchos años. 😀 Muchas gracias