54. ÁNGEL
Le deseé que tuviera un buen turno al cruzarnos los dos en la recepción. Jeny estaba guapísima, más que nunca, muy sonriente y me guiñó el ojo.
La observaba en los monitores, cómo azotaba con el látigo al concejal. Después a horcajadas sobre el cura. Luego, jadeando de manera exagerada con un par de universitarios. Y a la sobremesa, despachaba sin ganas algún representante o comercial. La jornada fue tranquila, porque todas las chicas tenían clientes sobrios y pacíficos, así que no tuve que acudir al rescate de ninguna.
Al atardecer vino una cliente habitual del club, Marta, la psicóloga. Bajé el volumen de los altavoces cuando Jeny comenzó a estremecerse de placer.
Eso soy incapaz de soportarlo.
Caramba Pablo que me lo estoy leyendo muy temprano y aún así está resultando un efecto tántrico.
abrazos y suerte
Bueno, aunque sutil, sutil no es. Pero me alegro que sirva para algo el micro. Gracias.
¡Que uno tiene su sensibilidad, oye!
Original y bien contado.
Suerte Pablo.
Gracias Rafa. A ver si respondo algo por aquí, soy un desastre. Y sí, has dado en el clavo, el guardia, Ángel, es muy sensible.
Otra forma de ver ese hotel de carretera. Original relato, con final algo inesperado.
Un abrazo
Muchas gracias Blanca. Sí, más parece un club de carretera, pero buno, hoteles los hay también. Saludos.
La erótica del cerebro, jajaja! Qué bueno!
Felicidades, me ha encantado!
Gracias Cari, saludos.
Tu relato me gusta porque además no conocía cómo se ejercía la labor del proxeneta de hoy en día con cámaras de vigilancia incluidas (si es que todo avanza y el negocio del sexo no iba a ser menos). Me ha gustado leer un relato con esa frase de inicio, que tan bien le fue a algunos amigos nuestros de por aquí, tanto para usarla como de inicio como de final. Y bueno ya lo ha rematado el comentario de Manuel con el tantra jeje hay unos depertares que no fallan y, si sí, pues ya sabemos a leer micros eróticos XDD.
Hola Lorenzo.
Pues has clavado en tus comentarios lo que debe ser un proxeneta, es verdad. Yo pensaba más en un vigilante jurado, algo similar, pero claro, hablando de prostitución es más lógico decdir proxeneta. Gracias de verdad, un regalo tu comentario. Un abrazo.
No eres el único incapaz de soportar «eso». Son siglos de negación… Muy buen relato. Felicidades.
Hola María, gracias. Buno, que no soy yo, es el personaje, pero gravias por comentar. Sí, hay mucha negación del placer desde la antigüedad, es verdad. Un abrazo.
Pablo, ese particular mundo, que solo algunos conocen, nos lo muestras con estilo y claras imagenes. Suerte y saludos
Hola Calamanda. Pues sí, siempre me voy más a la imagen que a la sugerencia. Muchas gracias, saludos.
Angel buen relato, con un comienzo que recuerdo, en mi caso no pudo ser.
Me gusta la visión con la que describes cada situación, cada cliente, para terminar con otra que parece resultar desagradable al protagonista.
has hecho bien en retomar el relato, ha merecido la pena leerlo.
Un abrazo.
Hola Mª Belén. Me alegra un montón lo que comentas porque has analizado mejor que yo el relato. Un abrazo.
Pablo, interpreto que observar comportamientos y gozos reales de la mujer secretamente amada, hace que afloren en él ángel guardián sentimientos de dolor. Muy bueno. Abrazos.
Hola Salvador. Pues gracias también, creo que lo interpretas estupendamente. Me dejas sonriente. Un abrazo.
Me gusta ese Rec-iclado. Le has dado un enfoque muy particular al hotel, más que por el propio hotel, por la caracterización de los personajes. Mucha suerte 🙂
Hola Juana Antonio. Tienes razón porque lo del hotel es una excusa, casi, el marco, la escena. Muchas gracias, de verdad. Un abrazo.
Pusiste especial énfasis en los sentimientos del relator que describe sin tapujos la acción y sus celos.
Me gustó.
Un abrazo y suerte.
Pues perfecto lo que dices y te doy muchas gracias porque me gusta ir a lo directo. Un abrazo.
Pablo, a mí tu personaje no me pone, pero está Marta la psicóloga sí que me pone a 100 está es el ángel de su título que sabe dar placer y hacer feliz los demás. Muy bueno, amigo. Un fuerte abrazo, Sotirios.(Me publicaron un relato que se llama Valentina en un libro “Antología I concurso relato corto de terror” Lo colgué en mi blog sotiriosmoutsanas.blogspot.com me daría mucha ilusión que lo leyeras)
Hola Sotirios. Tu interpretación sobre el Angel creo que enriquece, de verdad, muchas garcias. Ya te comento en tu blog, un abrazo.
Hola Ana. Sí, al final tiene una patología lésbica, pero sobre todo una patología con que goce sin él, ya que con el resto finge. Muchas gracias, saludos y un beso.
Buen relato y buen análisis de sentiemientos: a todo lo que uno se puede acostumbrar, menos cuando le tocan el corazón. Una historia muy original. ¡Suerte y besos!