Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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57. Manías (Fuera de concurso)

No me gustan los pimientos rellenos, las lentejas ni las alcachofas. Sabores de otra época, cuando dormía en la misma habitación con mi abuela. Rezaba una avemaría antes de acostarse por su hijo, el que se tuvo que ir a trabajar lejos. Cuando este falleció, sin previo aviso, aprendí que las avemarías no servían. Tal vez los padrenuestros hubieran sido más efectivos, le dije mientras la consumía el duelo. Años después enfermó mi tía y siguió mi consejo, pero los padrenuestros tampoco sirvieron y me sentí un impostor. A ella se le quedó el luto en la cara, aunque siempre tenía una sonrisa para mí. El día que se fue, mi vida se volvió gris, como su mirada. Pensé durante un tiempo en marcharme de casa, en huir de los silencios, hasta que leí el fragmento de la magdalena de Proust. Desde entonces como lentejas, alcachofas y pimientos rellenos, sus platos favoritos. También imito sus rutinas. Al levantarme de la cama me calzo primero el pie derecho, me santiguo antes de salir de casa, repito sus dichos, sus sonoras palabrotas, bebo una copita de vino dulce a mediodía, fumo en pipa. Lo que nunca hago es rezar avemarías ni padrenuestros.

4 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Los sentidos evocan un pasado de sensaciones placenteras, vivencias gratificantes. Lo material se enriquece de algo más, de una espiritualidad que transporta. Tu protagonista prefiere lo tangible a los rezos, convencido de que para evocar, al menos, a él le resulta más efectivo.
    Siempre se agradecen tus historias, Pablo, porque se disfrutan.
    Un abrazo

  2. Precioso, Pablo. No sólo la historia sino también la manera de contarla, y ese poso agridulce que te deja en el paladar después de saborearla. No lo he podido evitar y la he tenido que leer dos veces seguidas, eso sí, sin rezar nada, no vaya a ser…
    Un besazo bien fuerte.

  3. Rosalía Guerrero

    Me encanta la forma en que tu protagonista decide recordar a su abuela. En vez de magdalenas, como Proust, lentejas, alcachofas y pimientos rellenos, además de otras rutinas. Excepto rezos, por supuesto.
    Un abrazo y suerte.

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