58. El centinela
Sobre nosotros nunca se abatió el hambre ni la guerra ni nos alcanzaron terremotos, inundaciones, sequías ni otras catástrofes naturales. Tampoco caíamos enfermos. La Muerte era incapaz de encontrarnos porque nuestro centinela se encargaba de anunciar su llegada, tocando la campana desde su torre vigía, para que pudiéramos escondernos. Pasado el peligro volvía a tañerla, salíamos de nuestros refugios y regresábamos a nuestra vida cotidiana.
Un día, la Muerte vistió sus mejores ropajes, y engalanada y maquillada como no lo había hecho antes intentó un nuevo acercamiento. Al centinela no consiguió engañarlo, pero tampoco fue capaz de librarse de su encanto ni de las promesas que implicaba su sumisión. Nunca había visto nada tan hermoso como la Muerte. Seducido y entregado se arrojó a sus brazos desde lo alto de la torre, y ella, tras yacer con él, pudo satisfacer su frustración contra nosotros con la saña que solo fermenta una venganza aplazada.
Aunque desde entonces sigue diezmándonos según su costumbre, a veces salimos en su busca para acabar con ella, pero sabemos que consigue huir cuando escuchamos el tañido de una campana. Ahora tiene al centinela de su lado. Aún así, no nos resignamos. Algún día vengaremos al traidor.
Como se nota que este relato lleva tu firma.
Me ha seducido, totalmente.
A tus pies, maestro.
Que amable, Yolanda. Soy yo quien se pone a tus pies.
Un abrazo grande.
Hola, Rafa.
Que la muerte pueda llegar a seducirte es algo terrible, porque su belleza no puede ser nunca comparable a la de la vida. Ese centinela quizás merece más compasión que venganza.
Un cálido saludo de «primaverno» (las estaciones se han hecho híbridas).
Hola, Ángel. Pues fíjate, yo creo que una de las formas de compadecer al centinela es precisamente esa venganza. Y me explico. Con este micro quería contar, muy libre y metafóricamente, la historia de un suicido y cómo lo sufren familiares, allegados y amigos. En el primer párrafo nadie tiene ningún problema (el suicida-centinela está, por así decirlo, integrado en la comunidad-familia). En el segundo, se «enamora» de la Muerte, aún sabiendo a lo que expone, pero queriendo hacerlo. Y al final, la comunidad quiere vengarse de la Muerte por seducirlo y porque ellos no han sido capaces de prever lo que sucedería, como sucede con muchos suicidas, a los que, por otra parte, algunas personas de su entorno ven como un «traidor», por abandonalos de esa manera, lo que no quiere decir que no estén de su lado. De ahí la venganza de mis protagonistas contra la Muerte, porque compadecen (o comprenden) al centinela, que en realidad no tiene culpa de lo que se ha visto obligado a hacer.
Bueno, que sea como sea, siempre vienen bien comentarios que alimenten los debates.
Muchas gracias por el tuyo y por el tiempo dedicado a la lectura.
Otro abrazo grande para ti.
Si a algo es sensible cualquier ser humano es a la belleza. Resulta lógico que ese centinela, que tan bien cumplía su función, acabase cayendo rendido ante alguien o algo como la Muerte, un personaje tan temible como fascinante, como también que se pusiera de su lado, envenenado para siempre por un encanto sin igual.
Un relato que deja muy buen sabor de boca, con el aroma de los cuentos clásicos y un personaje, el centinela, al que comprendemos al igual que deseamos su destrucción por tanta ingratitud ante los suyos, por esa debilidad que, intuimos, puede que nos afectase igual si estuviéramos en su caso, eso es en realidad lo que produce miedo.
Un abrazo y suerte, Rafa
Hola, flamante EdH. Veo que no descansas y sigues al pie del cañón aportando tu punto vista con la amabilidad que te caracteriza. Muchas gracias por seguir como siempre, con tus comentarios. Y mira, como has mencionado la atracción por ese personaje tan fascinante, te recomiendo una película que me encantó cuando la vi (hace ya… ni me acuerdo): «La muerte está de vacaciones», que estrenó en 1934. Hay un «remake» de hace algunos años, pero se aleja bastante del original.
Otro abrazo tan grande como el orgullo de ser EdH.
https://www.filmaffinity.com/es/evideos.php?movie_id=326338
Rezuma seducción tu relato. Qué bien escribes, Rafa.
Saludosss
Muchas gracias por tus palabras, Nuria. Me alegra que te haya seducido el relato.
Saludos y otro abrazo grande para ti.
¡Qué buena historia y qué bien contada! Y todavía gana más con tu respuesta al comentario de Ángel Barceló.
Aprovecho para felicitarte por tu relato de diciembre en la Microbiblioteca. Otro gran relato de los tuyos.
Un beso!
Carme.
Muchas dobles gracias por tu doble comentario, Carme. Es un placer verte por aquí. A ver si volvemos a coincidir algún otro día.
Un abrazo grande.