58. LA CHICA DE AYER
Cierro los ojos y dejo que la música me envuelva en su seda dulce y suave.
Un día cualquiera no sabes qué hora es,
Te acuestas a mi lado sin saber por qué.
Sus manos rodean mi cintura mientras los versos vuelan de sus labios a mi oído.
Me asomo a la ventana, eres la chica de ayer.
Jugando con las flores en mi jardín.
La cálida brisa de su aliento me acaricia la piel. Mi vello grita, electrizado.
La luz de la mañana entra en la habitación.
Tus cabellos dorados parecen el sol.
Alguien dice mi nombre y abro los ojos.
Canciones que consiguen que te pueda amar.
Abuela, ¿quieres que apague la radio? No, no.
Demasiado tarde para comprender.
¿Por qué lloras, abuela?
Mi cabeza da vueltas persiguiéndote.
Por nada.
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Qué tierno, esos recuerdos al hilo de una canción. Y si, además, resulta que no es tu recuerdo sino el de tu abuela, más tierno aún. Me encanta. Y muy bien elegida la canción, por cierto.
Un besazo, Rosalía.
Es que esa canción es una saudade total, trae a la chica que fuimos ayer.
Un abrazote, Ana.
Un título de una canción mítica muy apropiado para este personaje, porque una abuela de hoy también ha sido chica ayer, con sus ilusiones y vivencias de juventud, gratas hoy en el recuerdo, pero dolorosas por su pérdida.
Un relato muy bien armado, con paralelismos entre historia musicada y realidad.
Un abrazo y suerte, Rosalía
El poder de la música en acción. Un relato muy original y poético. La máquina del tiempo no existe, pero hay recuerdos que nos secuestran. Enhorabuena, Rosalía.
Un abrazo y suerte.