58. Tributo (Juan Antonio Vázquez)
Los citaron la Noche de Difuntos junto al olmo del viejo cementerio; y aunque poco más se supo, en los corrillos se advertía: cualquiera podía haberlo hecho.
Las pesquisas del benemérito cuerpo no arrojaron luz al misterioso asesinato del grupo de soñadores que se reunían antaño para leer a voz en grito sus relatos; una blasfemia, según el párroco, que como casi todos estaba harto de que una tras otra detrás de cada punto final, aquella panda de majaderos rompiera en vítores y aplausos.
Restituido el orden, regocijado de que la única historia que se contara saliera de su boca los domingos en forma de salmo, el cura ordenó que se les diera sepultura en el más profundo de los agujeros del camposanto. Amontonó sus almas bajo una misma lápida en la que hizo escribir a modo de escarmiento: «Malditos escritores, nadie se acordará de vosotros una vez muertos».
Desde entonces, en la lápida y ante el estupor de todo aquel que visita el pueblo, para amargura del párroco, se puede leer en el fúnebre mármol en lugar del funesto epitafio la aserción: «Siempre estaremos»; y cada mañana de Todos los Santos cincelado a fuego, un nuevo cuento.
Mortales como nos sabemos,los que tratamos de escribir lo hacemos, entre otros motivos inconfesables, por un afán de perdurar, algo que a puede conseguirse, como muestra tu estupendo relato. «Cada mañana de todos los Santos cincelado a fuego, un nuevo cuento», por suerte, tú estás bien vivo y nos regalas unas composiciones a lo largo de todo el año que, seguro, no quedarán en el olvido, como la presente, con la que todos nos sentimos identificados.
Es un gusto leerte, Juan Antonio. Un abrazo
Hola Ángel. El gusto es tenerte en este casa y disfrutar de tus relatos y tu visión de la literatura. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo enorme 🙂
«¿No quieres caldo? ¡Dos tazas!», dice el refrán. Ese párroco empachado en sus propios salmos lo aprendió a la mala, jaja. Lo que más me gusta del final es ese «Siempre estaremos» precediendo cada nuevo cuento cincelado a fuego, detalle muy original que nos ha vuelto protagonistas a todos los que aquí «epitafeamos».
Me gustó mucho, JUAN ANTONIO, felicidades 🙂
Cariños,
Mariángeles
Hola Mariángeles. Pues muchas gracias por tu lectura y por tu comentario. Me alegra que te guste :). Un abrazo enorme 🙂
«Siempre estaremos», erre que erre… Pues sí señor. Es lo que tienen los escritores, los cuentista, los oradores, que son difíciles de acallar. Qué bonita imagen la de cincelar a fuego un cuento.
Un abrazoooo grande, escritor. Tú ya eres inmortal!!!
Amparo, por nosotros que no quede. Si no se puede cambiar el mundo, por lo menos reescribámoslo. Otro abrazo enorme para ti también 🙂
Los relatistas es que son muy pesaos, no se callan ni después de muertos, ahí siempre soltando la retahíla. Me gusta la idea de reivindicar la pervivencia de la literatura y que ese párroco, símbolo de represión y supuesto asesino, no consiga salirse con la suya. Besos y suerte.
Hola Ana. Gracias por pasarte y comentar. Como ya te dije, ya sea cabrona o no la musa, hay que seguir dándole patadas a la lata. Un abrazo 🙂
Tengo que decir y sin hacer comparaciones claro esta, cuando he ido leyendo los primeros párrafos me ha recordado un poco «Al club de los poetas muertos», por eso del grupo de soñadores que se reunían a leer.
Aunque no dices nada, para mi el principal sospechoso, es el cura, aunque bien pudo ser cualquiera, la verdad…
Por cierto el final sublime, muy bien rematado con esa frase ««Siempre estaremos»; y cada mañana de Todos los Santos cincelado a fuego, un nuevo cuento.»
Creo que te lo comentado más de una vez, ojala algún día escriba la mitad de la mitad de bien que lo haces tú… Chapo…
Mucha suerte y un abrazo.
Hola Nicolás. Muchas gracias por tus palabras y por tu comentario. Te lo acepto todo, menos eso que dices al final :). Vamos todos hombro con hombro, y eso es lo bonito de este sitio. La ayuda y el cariño constante. Así que ojalá escriba yo la mitad de la mitad de bien que lo hace Nicolás Megías. Un abrazo enorme 🙂
Un párroco ingenuo que no tuvo en cuenta la inmortalidad de la Literatura.
Un abrazo y suerte, compañero.
Muchas gracias Cristina. Un gran abrazo y que vivan todas las letras 🙂
Iglesia represora, benemérita incompetente, escritores inmortales… hummm, muchos estereotipos para un magnifico relato. Enhorabuena, Juan Antonio.
Rafa… muchas gracias por la corrección del «punto [y] final» y por los apuntes. La guinda hubiera sido poner un ciprés en vez de un olmo XD. Muchas gracias por tus lecturas constantes y por velar siempre por esas letras que tanto nos dan. Un abrazo grande 🙂
Los soñadores y majaderos de los relatos siempre estamos ahí, con nuestros escritos, buscando opiniones…
» Siempre estaremos»!
También un «tributo» a aquellos que perdieron la vida o sufrieron penurias por lo que escribieron.
Un saludo!
Carme.
Hola Carme. Tienes mucha razón al recordar al hilo del relato a todos los que por escribir en alguna ocasión han padecido represalias. Para ellos también, por supuesto, este homenaje. Un abrazo y gracias 🙂
Juan, ya te han dicho todo, nosotros nos sentimos parte de tu relato, nos reivindica sentir que siempre estaremos más allá del tiempo.
Muy bueno.
Un abrazo y suerte.
El Moli. Gracias por tu seguimiento, lecturas y comentarios. Todos estamos ahí, y además lo bueno es que poco importa de dónde somos, en qué cuna nacimos y por dónde la vida nos ha llevado. Las letras unen, y si este mundo tiene alguna solución, estoy seguro que pasa por ellas. Un abrazo amigo 🙂
Este relato es un poco como un jarabe para la tos del que les dan a los niños. Tiene una base amarga, pues ahí está el trasfondo de la España negra represora, pero su sabor acaba siendo dulce y así, cucharada a cucharada, te lo acabas tomando sin arrugar la nariz.
Y además, está el mérito de enlazar esa historia con la consigan de los epitafios y, de regalo, un homenaje a los escritores.
Bien hecho, Juan Antonio.
Saludos cordiales
Carles. Me alegra que el relato supera cualquier tipo de amargura y al final os deje buen sabor de boca. Gracias por tus amables palabras. Un abrazo enorme 🙂
Original relato con homenaje a los amantes de las letras, miy bien llevado, aunque eso no es raro llevando tu firma.
Suerte y un abrazo.
Hola Yolanda. Muchas gracias por tus palabras. Hablando de firmas, desde la tuya, no cabe otra que aprender. Enorme tu relato de esta consigna. Muchas gracias y un abrazo 🙂
No sé si siempre estaremos todos, pero sí siempre estarás tú bien arriba.
Hola Edita. Gracias por tu comentario. Si hay que estar y es con vosotros, da igual arriba que abajo. El caso es disfrutaros. Un abrazo grande 🙂
Felicidades, buen relato y buena prosa.
Abrazos.
Gracias María. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo 🙂
Tu relato es a la vez una reivindicación y una bengala de esperanza, Juan Antonio. El placer de leer un buen cuento no puede impedirse.
Mucha suerte con el tuyo. Un saludo.
Muchas gracias Manoli. Qué sería de nosotros sin cuentos que leer, ni cuentos que contar. Un abrazo 🙂
Un abrazo.
(joder, es que ya te han dicho todo)
Jajajaja. Muchas gracias Isidro. Otro abrazo enorme para ti siempre 🙂
Todos tus relatos son para quitarse el sombrero pero en éste, y en alguno más que recuerdo, te sales. No se puede escribir mejor.Felicidades.
Hola María. Más de uno para quitárselo y persiguirme a gorrazos XD. Muchas gracias por pasarte, leer y tus ánimos. Un abrazo enorme 🙂
Buen relato.
¿Dónde está el cementerio, que ya está aquí el día de los santos,
Noche mágica en la que parece que el tiempo transcurra de otra manera. Día de cementerios. Vale cualquiera Ezequiel. Un abrazo 🙂
jejeje, no imagino a nadie que escriba al que no le guste este micro. Al fin y al cabo, sobrevivir a la muerte mediante tus cuentos debe ser la ilusión más soñada por todos! Un abrazo.
Hola Luz. Muchas gracias por tu lectura y tu comentario. Un abrazo 🙂
Musas y personajes, con la fuerza de las emociones, hacen perdurar a golpe de cincel las historias inmortales de sus autores. Creo que tienes dos relatos ya seleccionados, ojalá este pudiera serlo también. Me ha encantado, Juan Antonio. Abrazos.
Hola Salvador. Sí, tienes razón. El relato está fuera de concurso. Pero Esta Noche Te Cuento es un sitio para no perdérselo, la excusa perfecta para escribir algo, así que aquí me tienes. Intentado aportar, y por supuesto, leyéndoos a tod@s que sois magníficos. Me alegra mucho que te haya gustado. Un abrazo enorme 🙂
Hola Ana. Estoy de acuerdo contigo en lo mucho que le debemos a todos los que han escrito. Impagable legado. Muchas gracias y un abrazo 🙂
JUAN ANTONIO, en tu original historia esta moraleja: genio y figura hasta la sepultura. Bien contada. Saludos
Muchas gracias Calamanda. Un abrazo grande que te envío de vuelta 🙂
Precioso, aunque lúgubre, homenaje a todos los escritores. Muy bien contado con tu cuidado estilo que te caracteriza.
Felicidades por ser tan incansable, escribiendo y animando a todos los que lo hacemos.
Besos
Muchas gracias Asunción. Me gusta mucho leeros, y aprendo mucho de todos vosotros. Así que mientras pueda, pienso seguir disfrutando de vuestras letras y de vuestra compañía en este sitio. Un abrazo enorme. 🙂
Fantástico relato. Consigues que veamos cada una de las escenas, que percibamos la rabia y la envidia, que oigamos esos aplausos y vítores de una reunión casi clandestina, que leamos ese cincelado a fuego y disfrutemos de los cuentos que las almas inmortales de los escritores crearan cada día para deleite de unos y cólera de otros.
Es un placer leerte y disfrutar, desgranar… cada una de las ideas y sentimiento que pones en tus letras.
Un abrazo al que le acompaña un beso Juan Antonio.:)
Para mí es un placer poder encontrarme con gente como vosotros. Vuestra atención y vuestro cariño no tiene precio. Sois todos grandes y me siento afortunado de haberos encontrando en este camino en el que tantas veces he encontrado una mano amiga que anima a seguir. Un abrazo grande y otro beso para ti 🙂
Bueno, Juan Antonio, ya está casi todo lo bueno dicho. Por eso no se que comentarte. Así que felicidades, enhorabuena y suerte (que sarta de tópicos, tú, jaja).
Hola José Ignacio. Muchas gracias por el tiempo que te has tomado en la lectura y en el comentario. Con tópicos o sin ellos, es un placer verte por aquí. Un abrazo 🙂
Enhorabuena amigo. Nada que decir que no este escrito más arriba.
Mucha suerte.
LuisCar
Muchas gracias LuisCar. Me alegra si te ha gustado. Un abrazo 🙂
No hay mucho que añadir a todo lo escrito más arriba, bueno, quizá que tus historias siempre me encantan.
Un abrazo, Juan Antonio.
Hola Ines. Pues esta noche me dejas con una sonrisa en la cara. De esas que se te quedan cuando te dicen algo que no te esperas, pero que te alegras de que suceda. Muchas gracias por valorar mis historias de ese pozo de cariño. Un abrazo 🙂
«Cincelar a fuego un cuento», me está quemando la imaginación.
Un buen acicate para seguir escribiendo.
Suerte, Juan Antonio.
Hola María Jesús. Muchas gracias por la lectura y el comentario. Un abrazo grande 🙂
Siempre estaremos, Juan Antonio. Muy original historia. Un abrazo
Muchas gracias Blanca. Yo al menos, lo que es por aquí disfrutando de vosotros, todo lo que me dejen . Un abrazo 🙂
La inmortalidad está en tu pluma hábil y nadie conseguirá callarla. Eres un excelente escritor y para mí es un placer leer tus relatos y aprender de ellos. Gracias por ofrecérnoslo y un gran abrazo.
Muchas gracias Belén por tan generosa valoración. Para mí es un placer poder disfrutar de compañeros de viaje como vosotros. Créeme que sois la mejor escuela, y muchas veces incluso mucho más que eso. Un abrazo enorme y gracias a ti por tu generosidad. 🙂
La palabra y la letra por encima de todo. Se oponga quien se oponga.
Homenaje a tantos poetas que fueron callados. Lástima que tu final REDONDO no salga plasmado en sus tumbas.
Un abrazo Campeón.
Hola Virtudes. Muchas gracias por pasarte por aquí y leerme. Me alegra si te ha gustado y que valores en el relato esa vertiente de pequeño homenaje. Mil gracias por pasar, como siempre. Un abrazo grande 🙂
Tengo unas ganas de que llegue ese 1 de noviembre para leer ese cuento cincelado. Qué grande tu tributo; te lo deberíamos hacer a ti; que nunca fallas; que siempre comentas intentando animar (que entiendo como la mejor receta para mejorar); así que bravo por ti y el mejor tributo que nos haces es meter dos relatos tuyos en ese libro tan especial.
Hola Lorenzo. Gracias por tu más que generosa valoración. Respecto a lo que dices, creo que todos los relatos tienen algo bueno; como poco el esfuerzo, el tiempo y la ilusión que su autor ha destilado al pensarlo y escribirlo. La vista se me va sola a buscar ese algo bueno que siempre está y comento a partir de ahí. Me fascina leeros a todos. Para mí sois la mejor escuela. Soy un poco marciano. Tú ya lo sabes. Un abrazo y muchas gracias por tu inagotable generosidad 🙂
Y siempre estarán, verdaderamente, Juan Antonio. Felizmente. A pesar de tantos curas y no curas, que en su afán de perpetuarse ellos, han tratado de acallar a quienes cuentan en sus cuentos, la vida tal como es. Muchas felicidades. Estoy encantada de haber vuelto y poder disfrutar de vuestros magníficos textos, como este tuyo. ¡Un abrazo!
Hola María. Encantando yo de que estés por aquí de nuevo y de poder disfrutar de tus textos y de tus comentarios. Muchas gracias por pasarte por aquí y por tus palabras. Un abrazo 🙂
Juan Antonio estás que te sales. Leo que te premian por todas partes, y no me extraña con el nivelazo que tienes. Este relato genial de principio a fin, del título al cierre. Bueno el tema, la forma de escribirlo y el estilo que le has dado. Felicidades.
Muchas gracias Reve Llyn. Por tu generosa valoración y por tus ánimos constantes en todo lo que escribo. Un abrazo muy grande 🙂
Letras y magia contra la censura y la intolerancia. Buena forma de combatir. Me ha encantado tu relato 🙂
Muchas gracias Álvarez. Un abrazo y mucha suerte con el tuyo 🙂
Qué maravilloso y mágico el giro final. Me gusta la imagen que proyectas del grupo de escritores, me ha recordado al «Club de los Poetas Muertos» y sus reuniones secretas. Y ese cura envidioso…mundial.
Muy bueno, como todas tus letras, maestro.
Abrazos
Muchas gracias Izaskun. Me alegra que te guste el relato y la manera de cerrarlo. Un placer que te hayas pasado por aquí a leerlo. Un abrazo muy grande, que últimamente os tengo un poco abandonados en los blogs por temas de tiempo. Besote 🙂
Es un relato que contiene una idea original, y una crítica a los intransigentes. Fantástico soñador ese final. Una nota de humor, ese aplauso final a cualquier lectura. Tu lo que me quieres contar es que estás en contra de los que han quitado la filosofía y han puesto tauromaquia. Creo que este relato dejado posar un tiempo y cincelado por tus revisiones, ganaría, es decir, sin la olla a presión, en puchero. Pero que me ha gustado, vamos.
Muchas gracias Javier. Me alegra que le hayas visto al relato cosas positivas, y tengo que decirte que en lo de la filosofía lo has clavado: me encantaba esa asignatura, y siempre he pensado que debería ser de obligada inclusión en cualquier plan académico que se precie de ser serio. Prometo ponerme con esas revisiones que me recomiendas. Un abrazo grande Javier.
Eso, eso, que aunque mueran los soñadores, los sueños permanezcan. Así ha sido siempre y así seguirá siendo, aunque a algunos no les agrade. Me ha gustado mucho este homenaje a los escritores, reivindicando la libertad de pensamiento. Saludos.
Pues muchas gracias Juana Mª. Para todos ellos ha ido, y todos ellos han sido musas de esta pequeña historia. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo 🙂
«…cincelado a fuego, un nuevo cuento». Parece que lo hayas escrito pensando en este grupo de soñadores que andamos aquí, rompiendo «en vítores y aplausos» tras cada nueva historia. Pues a eso voy, a aplaudirte, porque el relato me ha parecido redondo.
Suerte y besos
Lo has clavado Anna. El primer borrador era mucho más explícito respecto a eso, y luego fui cambiando cosas, pero cuando pensaba en ese grupo de locos soñadores, todos estábamos ahí. Tengo mucho que agradeceros, y este sitio me parece un lugar irrepetible. Muchas gracias y un abrazo 🙂