59. Reescritura pandémica (Josep Maria Arnau)
—¿Hay alguien en casa? —repitió desde el interfono ubicado al lado de la puerta blindada.
Volvía tras meses de penurias. Había malgastado la herencia que le avanzó su padre y regresaba porque conocía el relato bíblico. El viejo poco le importaba, pero confiaba en el desenlace. Solo tenía que seguir el guion, ya estaba escrito lo que diría suplicando la misericordia paterna: “Pequé contra el cielo y ante ti. Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros”.
Para su sorpresa, la voz que respondió por el interfono fue la de su hermano mayor.
—Veo que has vuelto. Nuestro padre lo celebraría con una fiesta. Pero hace tiempo que están prohibidas y él está enfermo por culpa de gente como tú.
Entonces la puerta se abrió y aparecieron dos guardias de seguridad. No pudo escapar, fue detenido por no llevar mascarilla.
Las cosas no siempre suceden como se esperan. La acción y la reacción puede estar sujetas a factores añadidos e imprevistos que a tu protagonista, o a cualquiera, se le escapan. Ahora que parece que salimos de ella, ya hemos visto que una pandemia lo puede trastocar todo, hasta lo que ya estaba escrito y parecía sagrado.
No quisiera equivocarme, pero creo que eres la misma persona y me alegra leerte de nuevo.
Un abrazo y suerte, Josep Maria
Hola, Josep María, celebro mucho leerte de nuevo. Al protagonista de tu relato le sale el tiro por la culata y lo tiene merecido. Son muchas las familias que sufren a estos caraduras y suele suceder a menudo que los padres se compadecen una y otra vez de ellos. La mirada de los hermanos, en general, es bien diferente y se suelen interponer entre ambas partes, saliendo a veces perdiendo en todos los sentidos. Un tema siempre de actualidad, en tiempos de mascarilla y sin ella. Lo mejor, que has vuelto. Suerte y un abrazo.
Dicen que todo está escrito, pero los nuevos protagonistas de las historias siempre tienen la última palabra.
Me alegra recibir de nuevo tus certeros comentarios, Ángel. Soy la misma persona y para mí es un placer reincorporarme a ENTC.
Un abrazo.
Muchas gracias por tus palabras, Juana Mª. Me fui pensando en volver y la temática de esta convocatoria ha sido una motivación adicional para no retrasarlo más. Me alegra comprobar que sigues en ENTC y te agradezco el comentario.
Como tú dices, al protagonista del relato le sale el tiro por la culata. Confiar en que una historia que se repite tendrá el mismo desenlace favorable al propio interés puede ser arriesgado. A veces no se es consciente del paso del tiempo y de la fuerza del presente.