68. CIRCUNSTANCIAS
En el barrio todos le esquivan. Malcarado, sucio y huraño, lleva siempre un gran perro que va dejando inmundicias por la calle.
Su amo, siempre conflictivo, se jacta de ello… Es un mal tipo, una mala bestia.
Bueno, así le veíamos antes de los rusos. Ahora va y viene a su libre albedrío, armado, fornido, barbudo.
Aparece por aquí los domingos y los jueves, el perro jadeando por la carga de sus alforjas y él silbando bajito, anunciando su presencia a los vecinos. Reparte víveres y medicinas. Hoy, a mi mujer por fin le ha conseguido insulina, y a mi hijo herido, antibióticos. Siempre llegan casi al amanecer y se vuelven rápido al frente. Lo veo andando contra los primeros rayos de sol, me parece un coloso…, casi un dios.
El peor de los escenarios posibles, el infierno de una guerra, pone a prueba a las personas. A unos les desarrolla el egoísmo, la capacidad de supervivencia, el odio, el instinto asesino, las dotes de mando, el compañerismo, o todo ello y algo más a un tiempo, pero a tu protagonista parece haberle sentado como un guante, le ha convertido en un individuo altruista, útil y cercano a los más necesitados en momentos tan graves.
Un relato que deja claro que para que alguien desarrolle su verdadera naturaleza, en la que se siente más cómodo, aquello para lo que puede haber nacido, han de darse unas determinadas «circunstancias». Nunca sabremos de qué somos capaces, qué haríamos o a dónde podemos llegar, hasta que el destino no nos sitúa en un lugar y tiempo concretos.
Un saludo y suerte, Manuel
Has creado un personaje muy interesante, Manuel. Controvertido y ambiguo, al mostrar dos conductas muy dispares a lo largo del relato. Una, al inicio, claramente reprobable, aunque tampoco demasiado, y otra cuando llega la hora de la verdad: la guerra, momento en el que más que estar a la altura de las circunstancias, se convierte en todo un héroe, de los de sin capa, que suelen tener más mérito. Bella y sugerente además la imagen con la que cierras la historia. Enhorabuena y mucha suerte con él. Saludos.
Muchas gracias, por sus palabras Ángel , por su tiempo y por ese análisis que me parece perfecto de la condición humana , en según qué circunstancias . Muchas gracias . Y un saludo
Gracias Enrique , desde la admiración y el afecto que te tengo , muchas gracias por tus palabras . Como siempre. Un saludo . Amigo .
Al leer tu microrrelato con su gran historia y los comentarios tan interesantes que han hecho Ángel y Enrique, quiero decirte que es una pena que el ser humano tenga que llegar a situaciones tan extremas para dar de sí lo mejor que tiene; así ocurre muy a menudo. Me ha gustado mucho el personaje bien creado, a veces Dios y a veces Bestia, siendo él mismo en cualquiera de los casos.
Nos leemos.
Por cierto, creo que el título lo explica todo. Ha sido un acierto.
Muchas gracias ,Cristina . Es verdad lo que dices ,tenemos en nuestro interior una bestia y un dios (con perdón ) lo bueno es que sabiéndolo ,mantenemos al malo a raya y procuramos ,y deseamos dar lo mejor de nosotros . Un saludo Cristina y gracias otra vez . Te leo . Te leo .
Cuántas veces lo que parece no es en realidad y detrás de la apareincia y los prejuicios hay mucho más. Pero estaos acostumbrados a verla sólo bajo según qué circunstancias como dejas muy claro en el relato. Suerte Manuel