619. LÁGRIMAS AMARGAS, de Lechuza 2
Era el anochecer, Elisa volvía de su trabajo hacia su pequeña morada, cercana a un bosque de pinos. De pronto sintió una mano sobre su hombro, —–No digas nada y seguí caminando—– escuchó. Una punta fría rozó su costado, la llevó hasta un lugar donde la espesura del bosque era más intensa. Sin dejar de amenazarla, la obligó a practicarle sexo oral. La desesperación producto del miedo y el asco, la llevó a apretar los dientes, clavándolos en el miembro del agresor.
Un alarido de dolor inundó sus oídos, sintió que las manos que la sostenían la liberaron.
Corrió y corrió entre las enredaderas y arbustos, tropezando, cayéndose, levantándose, lastimada y ensangrentada hasta que encontró a un guardabosque que salió a su encuentro atraído por el llanto de la joven.
En el lugar una mancha de sangre es el mudo testigo de un ultraje frustrado.
(Basado en un hecho real)
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Harry
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