627. EJÉRCITO DE PAZ, de Lince
El árbol de largas ramas, de pequeñas hojas y colores vivos, apaga el largo despertar nocturno de todo un mundo de pequeños seres vivos y enciende el de otro dando paso al ruido del día.
Con el árbol se esconde el suelo del cielo, guardando con sus caídas hojas tesoros vivos, tesoros muertos, sombra plácida que escapa de los rayos dorados del día abierto.
Y no está solo, está bien acompañado de los suyos, casi en formación vigilando el correr de los días, atentos pero indefensos frente a la barbarie de quienes otrora empezaran a desarrollar en ellos su futuro, de donde descabalgaron para continuarlo por si solos.
Verde sobre la faz de la tierra, pulmón lleno de vida, como espadas de la paz clavadas en el corazón del amor.
Debajo del árbol mis brazos abiertos enganchan sus ramas y la energía explota a raudales, atravesando un solo circuito de colores, tesoros, futuro, paz y amor.
Algún día, no cabe duda, al despertar se tendrán que levantar, en armas.
Con el árbol se esconde el suelo del cielo, guardando con sus caídas hojas tesoros vivos, tesoros muertos, sombra plácida que escapa de los rayos dorados del día abierto.
Y no está solo, está bien acompañado de los suyos, casi en formación vigilando el correr de los días, atentos pero indefensos frente a la barbarie de quienes otrora empezaran a desarrollar en ellos su futuro, de donde descabalgaron para continuarlo por si solos.
Verde sobre la faz de la tierra, pulmón lleno de vida, como espadas de la paz clavadas en el corazón del amor.
Debajo del árbol mis brazos abiertos enganchan sus ramas y la energía explota a raudales, atravesando un solo circuito de colores, tesoros, futuro, paz y amor.
Algún día, no cabe duda, al despertar se tendrán que levantar, en armas.