64 – Blanqueado (Patricia Collazo)
Quisieras colgarte de la soga entre sus dos camisas blancas. Esas que acabas de lavar con ahínco y que flamean brillantes al sol. Ya sabes cómo hacer para blanquearlas y que queden impecables, a su gusto. Muchas cosas has aprendido desde que has llegado al mundo de los adultos.
Quisieras colgarte con una pinza en la punta de cada pie, dejar que los miedos, las preguntas y el dolor chorreen formando un charco sobre la tierra apisonada del patio de atrás. Estirar los brazos imitando una uve. Flotar. Quisieras dejar que el aire te penetre, que circule ávido por tus vasos sanguíneos. Y te limpie.
Como cada noche, al terminar, has restregado tu cuerpo hasta no sentir la piel. Lo has sumergido en aceites y sales. En aromas y cremas. Pero el olor no desaparece. Ni la quemazón. Ni las huellas.
No soportas los espejos. Tampoco la condescendencia con que las otras mujeres pronuncian tu nombre y te tocan el hombro.
Quisieras colgarte de la soga. Y algún día lo harás, te dices para intentar reunir fuerzas. En el patio de atrás. Entre sus dos camisas blancas.
Patricia, percibo maltrato, la nostalgia de la infancia, ¡no sé, igual no he entendido lo que has querido transmitir! Pero sí que noto en tus letras mucha nostalgia, mucha tristeza y un despojo de mujer. A pesar de ello, me ha gustado mucho. Suerte.
Besicos muchos.
Patricia, qué bien se te da describir de forma hermosa los sentimientos y sitiaciones más duras… no es fácil ese «blanqueo» tuyo… Felicidades! Y suerte!
Muy bueno. Ese patio de atrás, tan borgiano.
Feliz fin de verano.
Patricia, me gusta tu historia y la forma de contarla. Rezuma poesía. Suerte y saludos
Escribes lo más duro de la forma más bella. Eso es arte.
Suerte y un abrazo.
No lo había leído. Estupendo, como siempre. Felicidades por la mención.