66. Ella y la bestia (Lorenzo Rubio)
Vestida de novia, cruza el umbral del laberinto en brazos de la bestia. Un hilo de miel los transporta a una velada bajo la luna. Cuando despierta, ella se pierde por los pasadizos.
Sigue el hilo, ahora de leche, hasta una puerta. Dentro, ella, sola, embarazada, con una escoba en una mano y una sartén en la otra.
Sale. Recorre los pasillos, que parecen infinitos. Desorientada, anda junto a un riachuelo de agua salada, que rastrea su desembocadura. En su reflejo ella arrulla a un bebé y lanza miradas al reloj.
Percibe el aroma de un sendero de colonia, que va mutando a un asfixiante olor a güisqui. Al final del camino, él, en un sofá, semiinconsciente; al lado, un niño manda mensajes con botellas vacías.
Un reguero de sangre la guía ante un espejo. Se mira y ve al monstruo, que amenaza con su puño. Apabullada, busca una vía de escape.
Corre. Asterión se desvela y, encolerizado, la persigue. Desesperada, encuentra un teléfono de solo tres teclas: 0, 1 y 6. Al fondo, él mueve su dedo índice por el cuello.
Acobardada, huye hasta toparse con las dos únicas salidas. Una lleva a la cárcel. La otra, al cementerio.
Muy contado vas leyendo y entrando en el laberinto de la vida rota que tiene que recorrer la mujer.
Me ha gustado mucho la manera de contarlo, tan bonita, para algo tan triste.
Besos
Uy me quedo con ese calificativo de vida rota, me ha gustado. Gracias por tu visita, Asun.
Un tremendo atolladero de caminos cerrados y con difícil escapatoria.
El mes pasado traté este tema en mi relato, sólo que sin laberinto.
Un texto muy bien estructurado, con personalidad.
Un saludo, Lorenzo
Sí, aún me acuerdo de esas oraciones del miedo. Tratar estos temas es difícil por lo manido, pero hay que buscar formas nuevas que compensen el fondo, aunque creo que hay que seguir denunciando hasta que se acabe por fin. Justo hace nada ha ocurrido otra de estas desgracias en un pueblo de mi isla. Gracias, Ángel, por dejar tu sello por aquí.
«Un niño manda mensajes con botellas vacías». Por favor, dame la dirección de tu club de fans…
Una admiradora
Jajaja qué maja. Mi club de fans se llama ‘Patricia Richmond Supporters’. Me acabo de apuntar y es muy selecto, solo pertenecen a él los sabios lectores que saben elegir los buenos microrrelatos. ¡Un besazo, guapa!
Tan triste y tan real para tantas mujeres mal viven en ese laberinto sin una salida aceptable.
Bien contado, engancha.
Saludos
Es todo un laberinto que, en muchas ocasiones, solo tiene dos salidas. Gracias, Virtudes, por tu comentario y lectura.
Pues si dices que ha sido bella la forma me alegro de haber podido combinar el terror y la belleza de manera que te haya gustado. Muchas gracias, Ana, por tu comentario.
Brutal Loren. Bien estructurado y narrado. Las palabras nos envuelven hasta el durisimo final. Lirica y preciosa imagen la del niño y sus «mensajes en botellas vacias. Veo una vuelta de tuerca en este micro, u guiño serio a tu Plan Renove que espero te lleve a la final de entc este mes. Te lo mereces. Un besote.
Izaskun, la verdad es que no pretendía hacer una versión de Plan Renove porque aquí más bien plasmo una situación agónica y el cambiar de pareja es lo último que se plantearía una víctima de este tipo en esos momentos. pero tienes toda la razón hasta yo lo he pensado que parece una secuela, o a lo que podría llegar esa misma pareja de Plan Renove, pues todo empieza con una situación de sumisión absoluta que, si no se controla, pues puede llevar a esta situación. Además, hay algunas imágenes que coinciden como la del sofá, la de la sartén en mano, o cómo los niños contemplan las situaciones sin remedio. te agradezco mucho tu siempre fiel comentario, que espolea las ganas de escribir mejor cada día a cualquiera. Un besote, campeona de Wonderland.
¡Qué honor que seas mi vecino!
De tu micro no voy a hablar, no quiero ser chismosa, pero lo que tengo clarísimo, es que si no quieres robarle el pódium a otro concursante, ya lo estás retirando…
Un abrazo.
(qué mala
es la
envidia)
No te preocupes jaja, Rosy, seguro que el podio estará muy bien copado y tú puedes ser una de ellas. Te imaginas… los dos ahí cogidos de la mano por los blogs y regalándonos mil micros en cada mención jajaja Un abrazo onírico, que soñar es gratis.
Maravilloso tu relato donde lo onírico va dando paso a una dramatica realidad que viven muchas mujeres, presas de todas esas incertidumbres que en el planteas. Felicidades y suerte
un beso.
Gracias, Esther, por tus maravillosas palabras.
Lorenzo, amo las mañanas en que me levanto y puedo leer relatos tan magníficos como el tuyo. Qué manera tan poética y singular, de contar algo que tanta gente ya ha contado. Quisiera ser más optimista y pensar que ya existen otras salidas, pero lamentablemente, todavía, para tantas mujeres no es así. Bueno, tal vez sí, la salida del silencio que es peor que la del cementerio… Muchas, muchas felicidades!!!
Uoh! qué rubor tengo en mis mejillas ante tu comentario. Ya estoy contento leyéndote. En este caso, el silencio la guía hacia la puerta del cementerio. Graciasss.
Lorenzo, no puedo dejar de decirte que sigo pensando que la tercera puerta es la del silencio mismo. Es que, en realidad, el maltrato no siempre implica violencia física. Mas bien, en la generalidad de los casos, el maltrato no es físico, ni lleva a la muerte de ninguno de los dos. Pero es terrible. Cientos de mujeres maltratadas sicológicamente, que todos los días callan. Esto las mantiene atrapadas y muertas en vida. Sigo pensando que el silencio es el enemigo, en todos los casos. Tu relato es una excelente denuncia y si me lo permites, lo voy a publicar. Un abrazo. Me encanta tu pluma, maestro!
Muy bien dicho, María, tienes toda la razón. Y claro que te lo permito, una vez compartidos aquí mis relatos son de todos! Muchas gracias.
Lorenzo D. me gusta la manera tan original que utilizas para contar la tragedia de esta familia, perdida en el laberinto del maltrato. Muy bueno, te deseo que el jurado lo note.
Saludos.
Si tú lo has notado, ya es una auténtica mención, Beto. Un saludo, máquina.
Lorenzo, me ha encantado. Has plasmado un laberinto de terror y desesperanza con frases creo que antológicas, «hilo de miel», «mensajes con botellas vacías», y el final, arrollador, aunque pienso que deberíamos entre todos abrir otra salida para ayudar a estas mujeres. Abrazos y mucha suerte.
Has dado en el clavo con lo de la tercera puerta, Salvador. Nosotros, a base de llenar internet de tinta digital, podemos poner el dintel de esa esperada puerta que acabaría con una real lacra de la sociedad. Gracias por pasarte por aquí.
Preciosa alegoría de una fea realidad.
Me gusta el contraste de tus palabras preciosa/fea, como el título ella/bestia. Gracias por pasarte, Edita.
Hola, Loren.
Si me pidiera a mí una opinión quizá la enviara un tiempo a la cárcel, pero me da igual parecer violenta. Es lo que siento, lo que me producen estas situaciones que no se controlan y que siempre las perdedoras son las mismas.
Me encanta, Loren. Me pone de mala leche, pero es esta temática social la que a mi me arrebata. Y cuando micros de este tipo los escribe un hombre, pues me emocionan aún más.
Un besazo, rebonito.
Hola, Towanda, sabía que la dos puertas finales deja un poco abierta la interpretación. Unos pensarán que la cárcel puede ser para ella, si ella lo mata para librarse, y el cementerio para él. Pero, en realidad, mi intención era marcar las dos únicas que él le obliga a seguir, esto es, ella solo puede denunciar a la bestia o seguir una inercia muy peligrosa que la puede llevar a residir en el cementerio. Me encanta leer tus comentarios, en los que muestras fuerzas de sobra para luchar contra las injusticias y los maltratos. La literatura comprometida, que tan bien dominas, es otra forma de abrir una tercera puerta, como ha apuntado Salvador. Muchas gracias, una vez más por tu visita, comentario y por lo de rebonito, reguapa.
Un relato secuencial sobre el maltrato muy logrado. Me quedo con la esperanza de que ella tenga la oportunidad de denunciarle y librarse de él. Enhorabuena, Lorenzo, por este micro-denuncia tan bien hecho. Suerte y saludos
Gracias, Juana, esa era la intención hacer literatura y a la vez denunciar y abrir los ojos a las bestias, viéndose reflejados.
Qué duro, Lorenzo, y qué bien contado. Nos haces caminar por el laberinto de angustia con tu protagonista, en una atmósfera de pesadilla. Y nos llevas hasta esa tremenda disyuntiva. Muy, muy bueno. Un placer leerte. Besos
Muchas gracias, Concha, por tus palabras, me has alegrado el día.
Lorenzo me gusta tu relato por varios motivos. Uno es por la original manera como abordas una temática ya tratada. Otra es por la estructura que le has dado. Otra porque he tenido la sensación de visitar dos planos diferentes que al final convergen y por último por ese ambiente de pesadilla desdibujada con lo que los has arropado todo.
El laberinto es su propia vida, la que le ha tocado vivir y de la que no puede escapar. Has plasmado uno de esos laberintos que mientras más caminas intentado salir más perdido te acabas por encontrar. Además de angustia a cada nueva idea que nos cuentas consigues trasmitir opresión.
El final es abierto pero estupendo. La dicotomía está realmente lograda para que te posiciones. De tu relato nadie se va sin escoger, y eso es mérito tuyo.
Te deseo toda la suerte del mundo. La merecen relato y autor. Un abrazo 🙂
Gracias, Juan Antonio, por tu análisis. Qué grande lo del biplano que converge y qué hayas visto tantas cosas en el relato.
Es cierto que es un auténtico laberinto; justo al poco de publicar el relato, hubo un caso de maltrato en Sóller, un pueblo de Mallorca, con víctima y suicidio del homicida, y unos niños de 7 y 8 años se quedan huérfanos. Por lo que sé esta bestia ya llevaba amenazando varias semanas desde que se separaron… a veces, no salen, hasta coger una de las dos puertas, aunque transiten por un pasillo en el que el mosntruo ya no vive al lado de ellas. Es muy triste esta realidad. Cuántos mensajes habrán enviado esos niños…
Un abrazo, Juan Antonio.
Joeee… Y ahora que digo yo?
He llegado tarde y el personal me ha robado todos los calificativos.
Espera, espera, que se me ocurre algo original…
Esto…Ummm…
LORENZO, ERES LA HOSTIA!!!!
Descomunal relato, mezclando mitología y realidad, y todo ello preñado de retazos de poesía de muchísimos quilates.
Flashes, destellos en la vida de nuestra protagonista, que crean un cuadro sobrecogedor.
Y es que, a veces, la historias más terroríficas comienzan cuando se cierra una puerta.
Comienzan cuando descubres que convives con la Bestia.
Demoledor.
Lo has dicho todo y !lo que faltaba! Muchísimas gracias, qué honor, leer esas palabras del grandioso ganador de 2013 con su ‘isla rodeada de muerte’ (este podría llamarse ‘La violencia es un laberinto rodeado de muerte’).
Me encanta eso de aunar mitología y realidad, y me apena tu verdad del final del comentario.
Un abrazo, Modes.
p.d.: hago captura al comentario y la guardo en la carpeta del orde Modes… quiero tener todas las pruebas para cuando tenga nietos y los lleve a la biblioteca y pasemos por el anaquel de tu obra se las pueda enseñar en el Samsung Galaxy 3278.068 :)p
Yo sí que me siento orgulloso de leer unas letras tuyas dedicadas a un escrito mío, Juan. A esta fiesta no te invito porque no va con tu honorabilidad como persona y porque la bestia se ha bebido toda la absenta. Un abrazo de gigante oropeliano.
Magnifico relato lorenzo. Cada secuencia es más dramática que la anterior. La felicidad acaba pronto y su realidad día a día se vuelve más y más cruda.
Suerte, un abrazo.
Hola, M. Belén, muy buena lectura por tu parte, me gusta mucho cómo has definido el relato. Muchas gracias por todo.
Hola Lorenzo. Reflejas muy bien la dura y triste realidad de muchas mujeres. El alcoholismo, al anular la personalidad de quien lo toma, convierte en auténticas bestias a muchos hombres, a ellas también, aunque esto suele ser menos frecuente. Buen relato. Saludos.
Hola, María, te agradezco tu comentario tan acertado y tu lectura. Saludos.
Un relato duro, inmerso en poesía. Los mensajes del niño en las botellas vacías, estremecen.
Abrazos.
He leído tu comentario y el énfasis en ese enunciado, que confeso que es el que más me gusta de este humilde relato, y lo he recibido con más sentimiento que le puse. Gracias por hacerme sentir más una pequeña creación. Un abrazo, María.
Lorenzo, sobrecogedor laberinto de una existencia cuya presentación me ha recordado, curiosamente, a un relato de ciencia-ficción de Stanilaw Lem: es como si ella asistiese en un mismo espacio a diferentes ‘tiempos’ de su vida.
Lo mejor, sin duda, las inapreciables e inteligentes transiciones entre momentos, y con ese ‘laberinto’ a mí me hubiera bastado. Sin embargo, la referencia ‘bestial’ al marido y, sobre todo, esa llamada telefónica, me sobran, me parecen tan evidentes que lastran el valor del resto, que es mucho.
Enhorabuena, y un saludo.
Hola, Eduardo, muchísimas gracias por tu aporte tan sabio, se nota que llevas muchos kilómetros de letras avanzados por muchos aspectos. Por tu referencia a ese autor del cual no he leído nada, creo recordar pero que ahora es un buen momento para ponerme a ello en estas vacaciones. Seguro que cualquier coincidencia con él es fruto de la casualidad.
Por otra lado, te agradezco la crítica constructiva porque me ha hecho ver el relato con otros ojos, y tienes toda la razón. Creo que con tus apreciaciones la historia hubiera cogido más fuerza e, incluso, más intriga. Supongo que me he ido demás con emular a Asterión y darle un título más o menos conocido con ese Ella y la bestia.
Gracias, maestro, por todo.
Bueno,muy bueno,engancha su lectura, es de rápida asimilación su contenido,bien descrita la escena y sus personajes,en fin que te mereces un diez,mejor un 20.
Un abrazo
Y a ti te doy un infinito de gracias.
El recorrido por esos pasillos de tu protagonista tiene un cierto carácter onírico, parece que todo fuera un sueño (una pesadilla) y que en cualquier momento va a despertar (quizás gracias a ese teléfono con sólo 3 teclas). Muy bien estructurado, con ritmo, se lee fácil y te deja deseando que haya otra salida a ese laberinto. Felicidades.
Un abrazo
Gracias, Anna, me gusta la interpretación que le has dado y que hayas visto en el teléfono una ruta hacia la libertad. Gracias por tu comentario y visita, es un honor que tanta gente lea tus humildes creaciones gracias a este fantástico blog, que vale millones de ilusiones.
La verdad es que estoy un poco harto de los relatos de violencia de género (y de sirenas, y de abuelos muertos que no terminan de irse), aunque tengo que reconocer que has conseguido una buena utilización de los fluidos en las diferentes etapas de la relación. Quizás lo que menos me guste es el título, quizás encuentres alguna idea con esos líquidos: miel, leche, agua salada,… ¿Cauces del laberinto? En fin, ya sabes, te podría haber puesto me gusta mucho.
Por otro lado te he contestado tu comentario en mi relato.
Hola, Ximens, sé que no te gustan estos relatos y tampoco los que los protagonizan niños que por aquí sale alguno también. Yo por preferir prefiero la literatura fantástica, no la épica fantástica concreto, pero reconozco que me es más fácil la tremendista. Me alegro de que, al menos, creas que he acertado connlos fluidos. Y el título que, pensé que podía ser original, ya sois unos cuantos que me habéis aconsejado no hablar de bestia. Ximens, gracias por tu crítica.
Yo también estoy harta de relatos de violencia de género, pero sinceramente, con el tuyo hago una excepción por la forma tan original en que presentas el recorrido por el laberinto brutal de la vida de la protagonista, y por esos hilos que en este caso no la guían, sino más bien la arrastran. Saludos y suerte.
Hola, Ana, creo que tu comentario da valor al relato y, por eso, te lo agradezco, bueno y tu visita y tu lectura… Abrazos.
Lorenzo, sensacional este microrrelato que yo bautizaría como condicional, pues si se adentra en ese matrimonio ya sabe lo que le espera y sus dos únicas salidas. Las imágenes que lanzas son muy potentes y ayudan a situarse en el texto. El título es simplemente magnifico.
¡Buen trabajo y suerte con el concurso!
Saludos.
Hola, Nicolás, qué alegría ver bajo mi relato tu firma. Ya he hecho una captura a tu comentario que las cosas bonitas me gusta guardarlas en el baúl de mis tesoros. Muchas gracias.
Por la forma, por el contenido, por la elección de palabras, por el final «a la carta»…hay muchas razones por las que puedo decirte que me gusta un montón tu relato… por las botellas vacías, los hilos, y por el terciopelo del guante de boxeo con el que me has dejado ko.
Mucha suerte, tu texto la merece.
Muchas gracias, Paloma, ruborizado me has dejado. Si pudiera votar, en el libro incluiría este coment tan bonito.
Lorenzo, hasta el número 66 del relato te acompaña, eh?
Inquietante por el argumento, exquisito en la forma (tiene mucha musicalidad y ritmo), impactante en el final… me ha gustado mucho!!!
Enhorabuena y suerte!
Un abrazo
Marta
Muchas gracias, Marta, sí el número de la bestia 🙂