66644. DÉSESPOIR, de Jesus Alfonso Redondo Lavín
Abrí la puerta; al cerrarla reparé en la rojiza yema de un huevo, resbalando pringosa por la jamba. Noté un tenso silencio solo roto por el raspar de los trozos de unos platos rotos sobre el suelo de la cocina al ser escobados al recogedor.
A mi padre, le habían negado el ascenso. El pasado político de la familia, pesó en el juicio del vesánico tribunal. Y salió la bestia de sus entrañas, aquella misma que tubo que contener cuando con 18 años cruzaba Irún con sus tres hermanos y recibió los golpes de la hebilla de las correas.
─Ahora vas a recibir aquello de lo que te libraste por irte de España en plena guerra.
Tardó mucho tiempo en llegar a mi casa la paz.
kistila?
Vaya, pues claro, con las referencias históricas no había duda!!.