66663. FLORES PARA MI DEMONIO AZUL, de Purificación Menaya
Al ocaso, el reloj marcó las seis tres veces. La campana tañó seis, seis, seis. Campanadas y campanadas.
La última fue un gong descuartizado, que se prolongó hasta el infinito de nuestro último orgasmo. Creí que se me abría la cabeza, desde dentro.
Los gusanos brotaban del vacío de tus cuencos orbitales. Deposité flores de borraja sobre la lápida de tu tumba. Allí dentro habíamos fornicado a sus espaldas, tus gritos le despertaron. El cielo rojo se abrió en dos, como mi cabeza. Y me dolía, no en el cráneo, sino en las falanges de los dedos meñiques, como si los retorcieran con alicates. Pensé que iba a perderte. Del universo acababa de borrarse la palabra paz.
¿Crítica sutil política? Qué imaginación tienes!!! Surrealismo más bien, ¿no?
Se borró la paz, pero me parece que para bien. Tanta calma chicha es un rollo. Buen micro.
Gracias Susana, aunque no entiendo lo de la calma chicha…
Relato GANADOR!! muy bueno, Puri!!!! Namber guán
Gracias Nieves, enhorabuena también, voy a ver el tuyo.
Primero, decirte que si estaba escondida tras el anónimo era por las bases del concurso. Es curioso lo que podéis interpretar los lectores… Ni se me pasó por la cabeza toda esa historia de la falange. Pero has construido una gran interpretación, desde luego, todo te cuadra. En cuanto a las borrajas, no sé si sabrás que las flores de borraja son azules y muy delicadas, y tampoco sabemos lo que quedaba en ese mundo y solo pudo coger unas menospreciadas borrajas. Gracias por lo de bonitamente escrito.