7. Escarmientos (Susana Revuelta)
-Usted me entiende, ¿verdad que sí, don Blas? Ella era lo que más quería, y después de tantos años juntos ¡ahora pretendía abandonarme! Yo siempre animándola, «veeenga, que ya falta poooco». Pero nada. Caminaba a su lado, tiraba de ella y todo eran protestas. Puede que la culpa fuese mía, no digo que no; tan liado andaba con mis cosas que quizás no presté suficiente atención a sus necesidades. Y de mientras, ella fue volviéndose cada vez más exigente y achacosa y vieja y fea…. Hasta que un día, harto de oír sus quejidos, me dije ¡basta! Y la empujé por aquel barranco.
Mientras pasa un trapo sucio por la barra, Blas escucha con aparente desinterés, como suele hacer con los parroquianos de ojos encharcados. Observa_ al pobre infeliz que ahoga sus penas en un vaso; una bicicleta despeñada no le parece mala idea. Ahora mismo está pensando en decirle un par de cosas a su Vespa, y esta vez va a ir muy en serio, qué se ha creído.
Je,je,je,je…
Me gusta lo de parroquanos de ojos encharcados.
Beso y suerte, Susana.
Mostrar antes que explicar es la primera regla del narrador.
Beso, Eva.
¡¡Jope, qué rápida, Eva!! Todavía estoy editando el texto, que se me han colado unas comillas del borrador. Un beso, guapa.
A mí también me gusta la expresión de los ojos encharcados… Mmm un móvil Alcatel despeñado tampoco me parece mala idea…
¡Tú ya urdiendo, Lorenzo! Aunque ya has demostrado que motivos no te faltan para ficcionar.
Beso.
No está mal.
Busca hasta el final un efecto sorpresa.
Dar vida a los objetos tiene sus riesgos y no siempre se logra el efecto deseado…
Nooo… Al revés. La sorpresa para mí fue encontrarme con ese final. Las bicis a veces no sabes adonde te llevan, jaja.
Beso, Modes.
Perdón por la repetición de la palabra «efecto».
Efecto, electo, erecto… ¿seguimos?
Ya si eso en un tablero de scrable, majete.
Al parecer tu protagonista de pocas pulgas no se conforma con nada, la pobre vieja compañera de años abandonada en el barranco, quien te dice que la Vespa no la ¿acompañe?
Muy bello relato.
Un abrazo y suerte.
Si no se espabila la Vespa le espera lo mismo.
Ñoñerías las justas. Ainsss.
Susana se te ha colado ahí un DE extraño con las prisas. A todos nos pasan factura las prisas de vez en cuando. Me refiero al DE MIENTRAS.
La historia es como dicen por ahi para aplicar a más de un objeto. Besos y suerte.
Mercedes, es cierto que, en puridad, es incorrecto ese «de mientras», pero en el texto no cabe señalar tal incorrección puesto que está poniendo esas palabras en boca de un tertuliano, de un personaje del pueblo que, con toda probabilidad, habla de esa forma. Así lo he entendido yo y, por tanto, lo encuentro adecuado.
Era intencionado, Mercedes. En el lenguaje coloquial date cuenta que vale tooodo. Es lo chulo de meter diálogos.
Beso.
Simpático relato, Susana. Y cobraría más valor si no tuviéramos en cuenta el tema de mes, ya que nos induce a pensar desde el principio quién es el personaje que atribula al tertuliano. Aún así, no le quita mérito a la historia.
Enhorabuena.
Totalmente de acuerdo, Rafa. ¿Qué más puedo decir? A mí me gusta el final mucho, a este micro le he cogido cariño.
Un beso, salao.
Ciertamente tienes razón Rafa. Disculparme pues con Susana. Besos a los dos.
Disculpada, reina.
Un beso, Mercedes.
Hola, Susana.
Estoy con Rafa. El primer párrafo (si no supiéramos que la protagonista es una bici) daría mucho juego a la imaginación.
Has conseguido una ambientación muy buena y las palabras del parroquiano suenan a verdad.
Saludos.
Sí, hija. El relato efectivamente pierde el factor sorpresa con la propuesta del mes. Gracias, Towanda.
Personalmente, hay tres objetos que me parecen especialmente hermosos: las radios antiguas, las máquinas de escribir y las bicicletas, quizá porque los tres son objetos que he utilizado mucho. Puedo comprender que un hombre personalice ese ingenio de metal y cuero que se adapta a su cuerpo, que se decepcione al ver cómo envejece, y que luego se arrepienta de haber terminado con ella. Vespa nunca he tenido, pero también la creo merecedora de cariño.
Un abrazo y suerte, Susana
Es que tuve una Vespa hasta lo del accidente, tibia y peroné. Vaya por ella esta dedicatoria. Yo también soy una nostálgica, Ángel.
Un beso.
Me ha encantado tu relato, Susana. Tierno y cruel al mismo tiempo y con muy buen ritmo coloquial. Un beso, amiga.
Exacto, Puri. En la delgada línea entre lo tierno y lo cruel es donde más me gusta moverme.
Hasta pronto, guapa.
Siempre manejas muy bien los diálogos (¿monólogo en este caso?) y esta vez también.
También yo te sigo, Edita. Leo tus micros y me gusta mucho tu voz, que pienso que es lo que nos define en el folio.
Un abrazo.
Buen relato, con dialogos cuidados que nos introducen en la historia perfectamente.
Un abrazo
Sé que es difícil esa voz en primera persona. Pero me gusta arriesgar.
Bien, al margen de que por el tema del mes se pierde la sorpresa el relato funciona. Me encanta que el narrador no asuma que son sus años y el vino y no la bici. Me ha gustado «los ojos encharcados». Pobre Vespa. Pobre vertederos.
Conduje una Vespa durante 16 años. Hasta el hostión. Los «ojos encharcados» veo que os ha gustado. Me alegro much,
Susana, sin decirlo trasmite el animo del protagonista dentro de ese ambiente donde se ve cómodo. bien contado. Suerte y saludos
Cómodo, cómodo, no es que se vea. Acaba de desprenderse de su bici roñosa. Yo le veo más bien desanimado, Calamanda.
Gracias por pararte aquí.
Estoy de acuerdo con la compañera Edita. Esos diálogos y monólogos son auténticos. Buen relato.
Feliz verano
Micro dedicado a los taberneros que aguantan detrás de la barra carros y carretas,
Por ellos va. Un ahorro para el sistema sanitario, rama salud mental.
Original relato. Y es que las bicis han formado parte de nuestra infancia y hemos crecido con vespas ( mala experiencia la mía también, a dos cm de una acequia.. Ufff… Zapato partido y al viento, pie rozando el movimiento de inercia)
Buen relato Susana.
Un beso, suerte.
Gracias por comentar, M Belen. La Vespa me dio muchas alegrías, pero una sorpresa final dolorosa. Todavía me duele la pierna en días de humedad.
Beso, guapa.
Jeje, menos mal que sabía de qué iba, porque cualquiera podría estar pensando en un disparate al ir leyendo. Muy bueno Susana y muy logrado ese lenguaje coloquial tan de pueblo. Ay qué malas ideas le has dado al de la Vespa. ¡Mucha suerte!
Sí que es una pena que se pierda el factor sorpresa en este micro, donde todo se aclara al final, con la Vespa. Un pueblo muy concienzado con sus herramientas de transporte, jeje.
Gracias, maja.
¡Como la vida misma!, que se lo pregunten a muchos de nuestros mayores despeñados en la soledad. Muy bueno, Susana, y además tengo un coche, ya madurito y que me ha dejado tirado en más de una ocasión, al que le voy a cantar las cuarenta, jajaja. Abrazos y feliz verano.
Mano dura, Esteve. Ponte serio ya que si no te vacilan. Ainsss, ¿dónde vamos a parar los sentimentales?
Relato dedicado a mi Vespa.
Qué bien escrito. Con mucha agilidad y ritmo. Me ha encantado, Susana.
Gracias, Belén. Disfruto poniendo voz a personajes que me encuentro por ahí. Suele ser un max-mix lo mío, de esto y aquello y lo de más allá, pero bueno… Lo importante es disfrutar escribiendo.
Un beso, reina.
Está muy bien, Susana, que ante tanta nostalgia tu relato no la lleve, más bien todo lo contrario. Si ya no vale, pues eso…
Abrazos
Es tan divertido ficcionar que se me va de las manos, Javier. La nostalgia y el cabreo del uno, las conclusiones a que llega el otro… ¡Y yo viéndolo todo desde mi atalaya…!
Abrazo, majo.
Muy bueno
Suerte
Aparte de lo bien que cuentas la historia, me gusta el tonillo parroquiano…
Un besote y suerte, guapa.
¡Hola, Anita! ¡Que bonito verte por aquí! Siempre los taberneros han ejercido en mi opinión un papel de aliviadores del dolor. Luego esto lo juntas con los vinitos o los gintonis y tal, y la cosa puede desmadrarse bastante más allá…
Las traiciones y malentendidos son, existen y están. Peero la actitud personal es lo que manda. Anoche mandé tres veces un plato de pescado de vuelta a la cocina. Poco hecho. Avisé desde el principio que lo quería tostadico. Ni puto caso. Vi y percibí miradass a mi alrededor, me dio igual. A la tercera conseguí la ventresca como yo la quería.
Si no digo nada, ¿me la tengo que comer cruda, o sea, «al punto»? Pues no.
Perdona por el rollo, era un ejemplo.
Beso, Ana.
A la vida, reina, buena cara.