70. EN UN BOSQUE DE HOJAS …, de Meigas
La caminata por los bosques cántabros nos había dejado exhaustos e impresionados por la belleza de aquellos parajes. Nos alojábamos en una casa rural, rodeada de paz, tranquilidad y naturaleza.
El entorno era propicio, así que me relajé y cogí un libro. Aquel libro narraba exactamente lo que había sucedido durante el día y lo que estaba haciendo en ese momento.
Aquello me asustó. Preferí leer otro relato.