75. LA MADAME (Rafa Olivares)
Carmeliña llegó a la posguerra sin familia, ni techo, ni trabajo, pero con diecinueve años y un cuerpo en el que Doña Patro descubrió cualidades para ejercer en su casa -de «modistilla», para curiosos indiscretos-. A partir de entonces pasó a ser La Carmela.
Sabía complacer a los clientes y recordaba sus gustos para dispensarles, la siguiente vez, un trato personalizado que cautivara su fidelidad comercial.
Cuando la edad empezó a matizarle encantos y reducir ingresos, compró un caserón en el Barrio de Salamanca y se convirtió en Doña Carmen. Llegó a tener una veintena de pupilas y por sus alcobas pasó lo mejor de la época: autoridades, banqueros, aristócratas, militares, clérigos… Duro a duro, fue reuniendo un importante capital de incierto destino.
Se entristecía Doña Carmen pensando que, cuando falleciera, nadie visitara su tumba y dedicó su fortuna a la construcción de un atractivo mausoleo en el que reposaran sus restos.
En sus enormes muros de mármol negro, hizo grabar a cincel los nombres de todos los clientes que, bien La Carmela, bien Doña Carmen, atendieron en vida.
En la lápida, tras el nombre, destaca su lema de siempre: «Memoria y discreción hasta la muerte».
Y nunca faltan visitas.
Buenísimo Rafael!! Una mujer de principios, hasta la muerte. Desde luego fue una forma de asegurarse las visitas (habría que custodiar esa lápida, porque tiene un peligro…)
Suerte con el certamen. Un saludo.
Más de finales que de principios.
Gracias, Manoli.
Besos.
Jajajajajaaaaaaa!! Qué fino eres, Rafa!!!!!
Beso.
Fino y borracho, como los de mi tierra.
Abrazos, Aurora.
No me extraña que no falten visitas jajajaja
Esos muros indiscretos…
Me ha gustado mucho, Rafa.
Un abrazo.
Es que la quería mucha gente, por eso…
Gracias, Inés.
Besos.
Muy bueno. No me extraña que tenga visitas…jejeje
Me ha gustado mucho, muy original Rafa.
La curiosidad, el morbo… Conocía bien Doña Carmen la condición humana.
Gracias, Blanca.
Un beso.
Dicen que en los pueblos no puede haber secretos, que todo se sabe, el problema es, cuando, además, se proclama, por lo que vaticino un éxodo vergonzante de personal masculino señalado públicamente y de mujeres despechadas y condenadas a habladurías. Lo mejor es el epitafio: «Memoria y discreción». Qué irónica Doña Carmen.
Un relato impregnado de la más pura esencia rural y de buen humor.
Un abrazo y suerte, Rafa
Nada de ironía de Doña Carmen porque ya lo decía «solo hasta la muerte», después…
Gracias, Ángel por tus siempre agudos comentarios.
Un abrazo.
Vaya, acabo de empezar a leer relatos, el tuyo es el segundo (he empezado por la tumba de arriba, la de Javier) y me llevo la sorpresa de que ambos son cómicos y buenísimos.
¡Qué nivel este mes!
Enhorabuena, maestro.
Pues sigue, Fernando, sigue, ya verás la de catedráticos, cum laude y honoris causa que te vas encontrando.
Gracias y abrazo.
Lo de «Y nunca faltan visitas «, se presta a un montón de intrerpretaciones, muy acorde con la historia que desarrollas, en vida y muerte de Carmeliña, Carmela y Doña Carmen.
Muy bueno.
A gusto del lector. Que cada cual escoja la que mejor le cuadre.
Gracias, María Jesús.
Besos.
“Hay un gallego en la luna”, rezaba la canción. Así que no me extraña que haya una gallega en Madrid. ¡Qué gracia me ha hecho tu relato!
Hay gallegos hasta en los relatos. Genial que te haya gustado.
Besos.
Buenísimo.
Quizás alguno de los señalados con memoria y discreción hayan visto escrito Juanillo, Juan y Don Juan, o Antoñete, Antonio y Don Antonio, por poner algún ejemplo de fidelidad.
Jajajaja, buena observación, Ezequiel, que una vez cautiva la fidelidad, lo es para toda la vida.
Abrazo.
Buena ocurrencia la de esta gallega tan puñetera que nos has retratado. Un diez como siempre para tu humor ácido, que me encanta y que es tu sello personal. Un abrazo y mucha suerte.
La buena mujer quiso seguir acompañada por todos los hombres de su vida y no se le ocurrió mejor manera.
Gracias, Belén.
Un abrazo.
Bueno si sólo puso los nombres… lo peor hubiera sido que los identificara con apodos, profesiones o como marido de… hermano de… padre de… o hijo de…
Discreta la señora na de na, además ya que cobraba por los servicios (no prestados) podía haber estado callada.
Yo creo, es mi opinión, que flores por parte de ellos: Ni una. Y por parte de las parientas: Cardos o a lo sumo ajos.
Un beso.
A lo mejor algún beneficiario indirecto -por divorcios, cambios de testamentos, etc.- sí que tuvo el detalle de llevarle espléndidas flores. Quién sabe.
Un beso, Virtudes.
Pues vaya con la Madamme, seguro que más de uno hubiese deseado que se cambiara una última vez el nombre y se hubiera puesto el de carmelita, pero bien recluida en un convento y con voto de silencio.
Como siempre, fiel a tu estilo, Rafa, es un placer leer tus historias.
Abrazos,
Se ve que le faltaron años para un nuevo cambio de nombre y de actividad. Mejor así porque si no me habría quedado sin relato para este mes.
Abraçada, Carles.
Las palabras se las lleva el viento, pero estas ni un huracán, jajaja. Genial, Rafa, cuántas historias vana a irradiar esos nombres cincelados. Abrazos.
¿Y las comidillas entre la gente? -Mira, mira quién aparece el tercero de la segunda fila…
Mucho más juego que la lista de los evasores de capitales.
Gracias, Salvador. Abrazo.
Rafa, que bueno. Es para mondarse de risa. Suerte y saludos
La risa es muy saludable, así que feliz por habértela provocado.
Gracias, Calamanda.
Un beso.
Supongo que, además de visitas, tampoco faltarán intentos de atentado : ). Tu relato es tan elegante y profesional como la gallega que lo protagoniza. Es que tenemos retranca hasta después de muertas. Me encantó, Rafa, se nota que hay mucho oficio por debajo de esa vis cómica. ¡Un abrazo!
Pues ahora que lo comentas me doy cuenta de que llevo dos relatos seguidos por aquí con personaje femenina, gallega y con el sexo como tema central. Me pido cita ya para el psicoanalista, esto empieza a preocuparme.
Gracias por tus comentarios, ReCampeona.
Un abrazo.
Enhorabuena por este relato, Rafa. Bien narrado y con un punto de humor que me ha arrancado una sonrisa.
Mucha suerte y un abrazo.
Gracias, Cristina. Una sonrisa ya es un premio excesivo.
Besos.
Enhorabuena a Doña Carmen por haber sido fiel a sus principios, por haber sabido asegurarse las visitas y por no haber permitido que Hacienda se zampase su fortuna tras su fallecimiento. Mucho mejor haberla empleado en ese monumento funerario, sin duda. Y enhorabuena a ti también por habérnoslo contado con tu sentido del humor y buenas letras habituales. Besos y suerte.
Gracias, cartagenera morena (no tanto) dorada con luz de luna (bastante). Son historias ficticias que a uno le gustaría que ocurrieran en la realidad.
Besos, Ana.
Bufff.. preguntas cuyas respuestas darían para varios voluminosos Tratados, o para miles de microrrelatos. En este, una mujer abocada a vender su cuerpo, sin más alternativas, toma cumplida revancha de la hipocresía con la que se ha visto obligada a convivir.
Gracias, Ana.
Abrazos.
Y cumplió su palabra!!! «Hasta la muerte» Una vez muerta… eso es otro cantar 🙂
Como siempre, Rafa, un micro con chispa, emotivo y algo de historia y dejes costumbristas.
Nada como terminar con una sonrisa.
Un abrazoooo
Una señora de principios, sin duda.
Gracias, Patro, digo Petra.
Buen epitafio para cerrar toda una vida de contactos. Una historia muy costumbrista y muy bien contada.
¡¡¡Eh!!! que lo dice una campeona 2014. ¡Cuidado!
Los gemelos tenemos eso, que miramos el uno por el otro.
Gracias, Paloma. Besos.
Rafa, las coincidencias no existen, así que, ajá, algo hay en eso de la telepatía…! Jaja! Pero mira, ocurrírsete semejante revancha. Que sí que lo es, Rafa. Me alegro por los sartenazos que estoy adivinando, y por a vergüenza generalizada en ese pueblo que, como todos los demás, y más como el que te conté…, auspician esa clase de trabajitos cuando no tiene nada más que ofrecerles a sus hijas… Otra vez, amigo, con esa chispa tuya tan genial, has dejado, con voz muy alta, una denuncia que todos deberíamos de hacer. Un abrazo grande! Felicidades!
¿Viste? Los dos a miles de kilómetros y escribiendo al mismo tiempo de Madames, de costureras ficticias, del oficio más viejo del mundo y de últimas voluntades. Telepatía, brujería, casualidad… quién sabe.
Besos para México.
Un gran relato RAfa. Me ha encantado. Habla de la hipocresía de la sociedad, como el mío, pero en la vertiente femenina. Una maestra es lo que has dibujado.
Mucha suerte, que la tendrás, con toda seguridad.
Un abrazo
Pretensión de retratar a una víctima de esa hipocresía social que mencionas y que al final, una vez muerta, logra tomar cumplida revancha.
Gracias por tus palabras, Elena.
Abrazos.
Fantástica y divertida historia. Donde la venganza esta servida en la tumba con su epitafio, y la lealtad antes de tomar morada en él.
Como siempre un gusto leerte.
un abrazo grande.
Gracias, Mª Belén. Encantado porque te haya gustado.
Beso grande.
Me ha gustado mucho Rafa. Se me agotan las palabras para decir lo mucho que me gusta tu escritura y sobre todo tu manera de enfocar las historias. Para mí eres uno de lo grandes. Otro relato más que se merece estar tan arriba como le dejen. Mucha, pero mucha suerte 🙂
No se es grande hasta que no se colocan dos relatos en la misma edición de ENTC y para eso aún me falta mucho, que solo está al alcance de unos pocos elegidos, como tú. De todas formas es reconfortante que te agraden mis historias.
Gracias y abrazo fuerte.
Siempre tan original, Rafa, eres un crack.
Siempre intentándolo.
Gracias, Lorenzo.
Cuánta modistilla «reuniendo un importante capital de incierto destino» habrá existido…
Buen micro, Rafa, da gusto leerte.
Un abrazo
Sí, la actividad textil debe haber enriquecido a muchas familias.
Gracias, Rosy.
Besos.
El secreto de una concesión a perpetuidad es la garantía de la honra, maestro. Muy bueno.
Un saludo
JM
Sé que todo lo que huele a francés te place y una Madame no podía ser la excepción.
Abrazos.
Buenísima la filosofía de La Carmela. Cumplidora y profesional hasta la muerte, más allá, que cada uno aguante su vela. Y que mejor destino que ilustrar al pueblo con arte funerario y texto releíble una y otra vez …¡andevasaparar!…mejor que en las arcas de Hacienda.
Un relatazo Rafa.
Gracias, Evelyn, por el calificativo. Celebro que te guste.
Abrazo.
Ya te lo dije en el blog, Rafa, pero te lo repito. Eres BUENO, Rafa, MUY bueno.
Un besote grande.
jajaja, te expresas como Robert de Niro en no recuerdo qué película, en la que hace de ganster. En cualquier caso, reitero aquí que te veo reincidente en el podio de esta casa.
Besotes.
Un micro que se disfruta según se lee, describes un personaje tan real y cotidiano, que parece que la conociéramos de toda la vida.
Muy buen relato.
Abrazos
Pues fíjate que el nombre de La Carmela está tomado de una persona real que, justamente, se dedicaba a la profesión más vieja del mundo. De niños nos quedábamos bobos viéndola pasar hacia su trabajo.
Celebro que te haya gustado.
Abrazos, Asunción.
Genial Rafa, me encanta tu sentido del humor: «memoria y discreción hasta la muerte», después ya…
Suerte y abrazos
Todo tiene su límite ¿verdad?
Gracias, Anna.
Besos.
No se le puede reprochar nada a la mujer. Hasta la muerte, es hasta la muerte. Una lógica aplastante que le da mucha gracia y cinismo al relato. Mucha suerte!
¡Wonderwoman por aquí! Gran honor.
Gracias, Patricia.
Besos.