65. 8 días, 7 noches
-Bienvenida al «Príncipe de los mares» – me dijo una valquiria rubia que me sacaba una cabeza. Avancé por un dédalo de pasillos interminables camino del camarote. Por una puerta entreabierta ví a Albano
y Romina Power, las estrellas de la naviera, discutiendo agriamente en el idioma universal del desamor.
«Mal presagio para un crucero de singles», pensé.
En aquel barco no había clase media. O adonis tatuados que se miraban al espejo hasta para cambiar de postura en la tumbona, o indigentes sentimentales buscando comer caliente.
Le conocí en cubierta. Hablamos de la vida y de los miedos, los ya superados y los que se insinuaban en el horizonte de nuestros cincuenta y pocos. El barco se convirtió en góndola veneciana con sólo dos pasajeros. La Tramontana y el Levante bendecían lo nuestro revolviéndonos el pelo. Hasta el escurridizo Mistral bajó de las montañas regalándonos lejanos aromas de pino y Romero. Por megafonía anunciaron la avería del barco.
– La pieza puede tardar semanas- anunció sombrío el capitán.
Albano y Romina se habían reconciliado, estaban cantando «felicidad». Entonces me recosté en la tumbona y comprendí que en el mar, como en la vida, el secreto está en dejarse llevar.


Una incidencia puede perturbar la normal existencia diaria, o ser el principio de una vida renovada y más prometedora. Si Albano y Romina son capaces de reconciliarse en una situación así, es que todo es posible, como todo lo es en la literatura, y en tu relato, que deja un mensaje positivo
Un abrazo y suerte, Lucas
Gracias Angel. Creo que a Albano y Romina se les rompió el amor de tanto usarlo, pero como bien dices en la literatura todo es posible. Abrazo
Lucas, me gusta todo de tu micro: desde la valkiria hasta la conclusión final de dejarse llevar, pasando por Romina y Albano. La alusión a los vientos es muy chula, y los adonis mirándose al espejo para cambiar de postura en la tumbona me ha hecho sonreír. Ah, y el barco convertido en góndola veneciana está genial también. ç
Un placer leerte, te deseo mucha suerte.
Rosalía, encantado de que te guste. Gracias por leerlo y por comentar, espero conocerte pronto y dártelas en persona. Abrazo