9. SED DE BRUMA (Marcos Santander)
Tras el sonido azul y esquivo de todos los apocalipsis de tu cuerpo hospitalario y valiente, vagué buscando hacerte gozar como antaño, sobre miríadas de fonemas errantes, linguales, húmedos y movedizos. Y construí con tu piel un santuario. Tus axilas, recodos sin fin hacia el amanecer, detuvieron mi sed de bruma y adornaron mi desvarío. Tus hombros, setos que me anunciaban tu espalda, me llevaron a cascadas de gotas de agua, que brillantes se perdían por el cauce de los ríos. Y mi cuerpo inflamado se topó con el tuyo, perdido y hambriento como estaba ante tanta resolución. ¿De quién son estos pezones? Exclamamos al unísono, y el planeta se hizo polvo y fue barrido por el viento, mientras nuestras bocas se buscaban exhaustas para espirar el alma y poco a poco morir. Ni sé cuántos caminos ensayé, ni sé si eran puertas o pantanos, pero no recuerdo en cuántos de ellos, no encontrando el final, retrocedía y volvíamos a intentarlo. El Sol dejó de mimarnos y el atardecer nos sorprendió con un renovado frescor haciendo que nuestra distraída piel de nuevo se enardeciese. Miles de posibilidades se reabrieron a nuestro amor. Llegamos al carrejo llamado doscientos.
Marcos, seguramente obtendría su premio a fuerza de intentarlo; relato minucioso y bien contado. Suerte y saludos
Gracias por tus palabras. Salud.
Poético, bien narrado y con mucho gusto tu laberinto de pieles.
Suerte
Agradecido, Manuel. Tienen mucho de laberinto las pieles y los cariños. Abrazo.
Curioso, una vez más el uso de adjetivaciones dobles que te caracterizan y ya son marca. Refuerzan y aportan pasión a tus relatos:
– azul y esquivo
– hospitalario y valiente
– errantes, linguales…..
– ( también los verbos, en moléculas de a dos: «detuvieron y adornaron»)
– cascadas de gotas de agua, que ( y se nos dice de ellas otro epíteto:
» brillantes»
– perdido y hambriento.
– se hizo polvo Y fue barrido
– Y las «i» griegas ( y) ,a las cuáles les asignas la tarea concreta de
acrecentar el climax.
Con un recorrido calculado, ese recurso abandona con recato su actividad hasta llegar a un final donde se posa. El resultado: un ritmo trepidante y onomatopéyico. El título, la guinda. Fantástico relato
Muchas gracias, Nieves, por esos análisis que engrandecen mis humildes intentos de relato. Abrazos.
Narración que atrapa desde el principio.
Llena, por lo suculenta de verbos, y trepidante por las secuencias tan rápidas.
Cada acción es una puerta que se abre para llegar al final del laberinto.
Saludos.
Gracias, Virtudes. Abrir y cerrar puertas, siempre buscando, siempre anhelando, siempre gozando. Salud.
Un placer para los sentidos leer tu relato. Poético y minuciosamente trabajado. Mucha suerte 🙂
Gracias, Juan Antonio. Este año estoy monotemático. . .! Salud.
Marcos, tu tampoco te libras, esta primavera vas un poco despendolado, eso si, más poético.
Un abrazo
Gracias por asomarte, Epi. Efectivamente, tendré que ir cambiando de chip. Abrazo.
Como pasa con algunos autores entecianos, como Epi, por poner un ejemplo vas marcando tu estilo personal adornando la web con tu prosa poética. Entran pocos relatos en el libro, casi es misión imposible, pero debería haber uno de cada autor enteciano tan reconocible. Suerte y saludos, Marcos.
Muchas gracias, Lorenzo, por tus palabras. Realmente, creo que hay muchas literaturas, pero, desgraciadamente, algunos estamos incapacitados para algunas de ellas. Saludos, sí, y salud.
Marcos, un laberinto de sensaciones adornado con preciosas palabras. Me ha gustado mucho. Abrazos.
Gracias por leerme, por tus palabras, por estar ahí. Abrazo.
¡Guaooo!¡¡Qué prosa!!No se leen todos los días textos como este. Me encanta tu trabajado estilo.
Abrazos
Gracias Montse por tus elogios. Gracias por pararte en esta zona. Abrazos.
Un placer leer tu relato, como siempre haces tan buen uso de las palabras. Muchas felicidades .
Un beso
Un placer tus amables palabras. Gracias por asomarte. Un abrazo.
Tu lírica erótica revitaliza.
Eres un genio.
Me sumo.
Será dime de qué presumes y te diré de qué careces? Gracias, Ricardo, abrazo.
Marcos, laberinto de pieles, de sentidos y sensaciones nuevas. Para querer perderse. Erótico, poético y muy personal. Enhorabuena.
Gracias, Concha, por tus palabras y tu presencia. Salud.
Marcos, preciosa mezcla de prosa y verso. También tiendo de vez en cuando a mezclarlos, creo que les da un toque de melodía a los relatos. un «placer» leerte.
Suerte, un abrazo
El placer es mío, Belén, por tus palabras y asomarte a la ventana de mi patio. Salud.
Gracias, Ana. Es la primavera. Salud.
Que bonito lo haces. Entretejer pieles, sudores, vueltas, revueltas, éxtasis y sutilezas. Bien dicho. Maestro.
Eso sí, me has tenido buscando, como un analfabeto, eso de «Llegamos al carrejo llamado doscientos».
Gracias, Miguel. Pues mira, voy a rebelarte un secreto a ti solo. Pssst, no se lo digas a nadie, que además todos habrán pensado lo mismo y sólo tú has tenido el coraje de plantearlo.
Todo lo que escribo quiero que también tenga su parte de humor y de desmitificación para pensar que por muy serios que nos pongamos al hacer algo, seguimos siendo seres indefensos, inexpertos e iletrados, y necesitamos la risa.
El tema era el laberinto y yo intenté inventarme uno sobre el cuerpo de la persona amada. Por sí no estaba clara la analogía a través del relato, quise explicar que ya habíamos recorrido el último de los caminos, pasillos, carrejos del laberinto descrito. Pero como era la palabra número doscientos del micro……
Qué complicado puedo llegar a ser, no?
Abrazos varios.
Un laberinto barroco que nos lleva a un maravilloso relato.
Felicidades.
Gracias, María, por tus palabras. Un abrazo.