85. CERCANÍAS
Se acerca la próxima estación y el tren no reduce lo más mínimo la velocidad. La gente comienza a inquietarse y manifiesta su descontento con un murmullo ensordecedor. Por el pasillo, con paso ágil, se ve al interventor sortear vagones para alcanzar el vagón principal. Algunos pasajeros, al notar que la velocidad va en aumento, intentan acercarse a él para pedir explicaciones, pero a la velocidad del convoy les es imposible mantener, a duras penas, el equilibrio. De la indignación se pasa al miedo y acto seguido al pánico. Las lágrimas y los abrazos entre perfectos desconocidos, el chirrido de las ruedas volando sobre los raíles y las chispas, que saltan de la catenaria, crean un escenario dantesco…
Mientras, en la cabina del maquinista, dos hombres celebran haber pulverizado todas las marcas y el tren comienza a perder velocidad. Saben, también, que no les darán ninguna medalla pero, con la carta de despido en el bolsillo por ese injusto recorte en la plantilla, pasan olímpicamente de las consecuencias.
Hay, por desgracia, demasiadas personas dispuestas a anteponer sus intereses a los de el resto de la gente. Como sucede en esta historia que nos recuerda, a todos, a otra acontecida hace pocos años, a tus protagonistas no les importa la suerte del pasaje sino resarcirse logrando sus espurios objetivos, pero pasando olimpicamente de lo que les ocurra a los demás. Suerte y un saludo.
En este caso Jesús , cualquier parecido con la realidad es pura y triste coincidencia. Gracias por tu comentario.
Un saludo también para ti
Hola, Yoya. No sé de donde viene lo de pasar olimpicamente, pero desde luego viene muy bien para el tema de una manera original.
A mí, aunque tenga su drama la cosa, pues me ha resultado divertida la manera de llevarlo.
Abrazos
Hola Javier, lo de olímpicamente es una alusión al tema que nos proponen, me alegra que te resultase divertido, muchas gracias y un abrazo
Han llegado muy lejos para ser un tren de cercanías. Eso de pasar olímpicamente es un deporte en alza, ¡y hay gente realmente buena!
Un saludo, Yoya, y suerte.
Muchas gracias Margarita, me quedo con la gente buena.
Un saludo
Yoya, dejas caer con habilidad una situacion cada vez mas cotidiana. Suerte y saludos
Pues sí, desgraciadamente cada vez más predecible.
Un saludo Calamanda.
Lo habitual en cercanías son los retrasos y las averías, pero me ha gustado la forma en que le has dado la vuelta al tema del olimpismo. Es un relato un poco gamberro (que ya ha generado alguna réplica), escrito con un ritmo trepidante y que te atrapa hasta el final. Objetivo conseguido 😉
Suerte y saludos,
Estas réplicas entraban dentro de los daños colaterales, pero insisto….el final siempre es el que nos atrapa.
Un saludo Anna ?
A mí el relato me parece muy bueno Yoya. Es cierto que nos recuerda, en cierta manera, la tragedia ocurrida hace poco, pero a veces la ficción puede recordar a la realidad sin tener nada que ver. El final me gusta, es el que le da la vuelta al relato y juega muy bien con el tema y las palabras. (Además éste sólo se queda en el susto).
Mucha suerte ! espero que los jueces sepan valorarlo como se merece.
🙂
A mi me pareces tú muy buena, por lo tanto esa opinión me agranda..pero para luego hacerme pequeñiiiisima.
Muchas gracias Sandra ?
Hola Ana, gracias por tu comentario. Me gusta que veas bien el comienzo y toma nota de que el final podría ser mejorable, pero ya no sería mi relato. Aunque las catástrofes recientes lo hacen oportunista no tiene nada que ver con eso, simple venganza , no hay intencion de recolectar víctimas. Un abrazo para ti