85. Sincronías
A Martina la primera sangre le vino el día en que se produjo el terremoto. Como siempre había sido una niña especial e hipersensible sus padres comentaron esa coincidencia sin prestarle mayor atención. Sin embargo, cuando a partir de entonces empezó a sangrar con puntualidad invariable y al mismo tiempo que sucesivamente tuvieron lugar, mes tras mes, la erupción del volcán, las inundaciones, el incendio, el huracán y el impacto del asteroide, se sintieron más inquietos. Consultaron al pediatra, que restó importancia a sus temores y alivió la conciencia de una compungida Martina. Dijo que esas sincronías eran algo habitual, propio de su naturaleza femenina, que si contase las que había visto en la sanidad privada nunca lo creerían, que se tranquilizasen y dejaran de preocuparse.
Aunque… quizá no sean capaces ni puedan evitar un creciente desasosiego cuando:
Cinco días antes de que llegue su siguiente periodo un compañero de clase le tire de las trenzas y la llame «Fea».
Cuatro días antes llore sin consuelo durante toda la noche.
Tres días antes le sacuda un fortísimo dolor en el vientre.
Dos días antes la fiebre le suba a 40º.
Un día antes su cuerpo comience a sufrir convulsiones. Incontrolables.
Esa muchacha, si no fuera porque con su hipersensibilidad sufre en extremo, podría ganarse la vida prediciendo desdichas de todo tipo, a las que sería posible anticiparse e intentar paliar sus efectos. Seguro que se rifarían sus servicios. Todo un personaje, con un poder que, posiblemente, no quisiera tener, pues solo parece causarle sufrimiento.
Suerte y un abrazo, Rafa