87. CALLES DEL OLVIDO ( Sergi Cambrils )
Para llegar al corazón del pueblo había que recorrer un laberinto de callejuelas que tenían vida propia. En unas llovía a cántaros, en otras arreciaba el viento, en las empedradas lucía el sol y en las empinadas -la mayoría-, además de una fina bruma con aroma a sal, se oían ruidos de voces que no permitían escuchar las mejores, las que guiaban. Reconocí la casa de mi infancia, la que me vio nacer, y estaba intacta, seguía recubierta con miles de conchas de la playa que yo mismo coloqué de pequeño. Era mi lugar, pero no lograba alcanzar la plaza donde confluían todas las arterias, donde latían mis recuerdos. En ese centro vivía la gente que salía en las postales, la que vestía de negro riguroso y siempre sonreía. Los más campechanos inventaban historias, dormían a la sombra de una parra y nunca bebían agua, siempre vino, y del porrón. Las del club del abanico, las chismosas, nunca se pinchaban los dedos porque llevaban dedal y tenían facilidad para arreglar el mundo. Me dejé guiar por una de aquellas voces y caminé con optimismo por una bonita calle que iba de bajada, pero empezó a granizar con furia. Estaba perdido.
Hermoso pueblecito español, con trazo árabe, como casi todos los pueblos de España. Lindo, lástima que te pescó el granizo! Abrazo!
Bello como los recuerdos de la infancia. Suerte. Gloria
Sergi, buen ritmo y bellas imagenes en estos recuerdos de otro tiempo. Suerte y saludos
Muy bonito.
Recuerdo ir a un pueblo donde viví de pequeña. No me pasó como a ti, yo estuve todo el rato perdida.
Un saludo
Evocador relato en el que describes los personajes que dan vida al paisaje. Fue por escuchar a las chismosas que te perdiste ?
Reyes
Precioso tu laberinto de voces y la forma de contarlo.
Un abrazo
Me gusta la idea, su originalidad y como la desarrollas junto a bellas imágenes que nos transportan a lugares comunes.
Me gustó mucho tu laberinto, tanto que me gustaría caminarlo. delicado y musical, suerte
Preciosa secuencia de imágenes. Buena descripción de los personajes, de todo ello me quedo con «Una fina bruma con aroma a sal…» la casita de conchas me recuerda a mis veranos en Peñiscola.
Suerte, un abrazo
Evocadora y original manera de empujarnos a la lectura para que nos perdamos en ese laberinto que tan bien has ido construyendo a medida que avanzaba el relato. Mucha suerte 🙂
Gracias a todos por vuestros comentarios. Hacía bastante que no colgaba nada, siempre es un placer participar en ENTC y descubrir lo buenos que sois en todos los aspectos. Gracias.
Ahh, Mª Belen, tengo que decirte que soy de Peñiscola, jeje. De ahí la casa de las conchas y el aroma a sal.
De nuevo gracias a todos. Un abrazo.
Gracias a todos por los comentarios. Hacía bastante que no participa y como siempre es todo un placer.
Ahh,Mª Belen, queria decirte que soy de Peñíscola,jeje, igual esa fina bruma con aroma a sal y la casa de las conchas tienen algo que ver.
Un saludo a todos.
Sergi, un microrrelato de regreso, muy nostálgico y, sin embargo, con ciertos toques de humor que saben equilibrarlo.
Un buen recorrido con metáforas muy bien colocadas.
¡Suerte!
Saludos.
Buena descripción de un pueblo, con sus «luces y sombras» de tormenta
Suerte