87. SILENCIOS (Rafa Olivares)
Temiendo las represalias de los vencedores, Anselmo se echó al monte con su máuser. Conocía la montaña como su propia mano. No había quebrada, peñasco, collado, senda o ribazo que no hubiera pateado de joven cuando, de pastor, buscaba algún cordero extraviado.
Conseguía sustento con trampas para liebres o pájaros y, de vez en vez, bajaba a los huertos de Benixell en busca de verduras, hortalizas o frutas. Los agricultores atendían sus tareas mientras Anselmo, procurando no ser visto, llenaba su zurrón con lo que podía. También se llevó alguna vez una botella de vino, una hogaza de pan o una ristra de chorizos, olvidadas junto al aljibe o a la sombra de una higuera.
Los labriegos nunca comentaron entre ellos nada sobre el del maquis. Tampoco cuando el Jefe Local, acompañado de un Guardia Civil, les visitó preguntando por Anselmo.
En una fría mañana de otoño, su cuerpo inerte llegó a Benixell sobre la grupa de un mulo escoltado. Huellas de disparos se repartían por cara y pecho.
Desde entonces, ningún agricultor volvió a dejar olvidada una botella de vino, una hogaza de pan o una ristra de chorizos junto al aljibe o a la sombra de una higuera.
Menudo cortometraje que acabas de mandarnos, Rafis!! Goya al mejor guión ¡ya!
Abrazo.
Bueno, un Goya de la Academia de Aurora no está nada mal. Lo incorporo a mi palmarés.
Gracias resalá.
Un beso.
Magnífico. Me llegó al corazón.
¡Qué bien! Nada menos que al corazón.
Gracias Mari Carmen.
Abrazos.
Magnífico, Rafa, magnífico. Estoy de acuerdo con Aurora: un auténtico cortometraje en la estela de un neorrealismo poético, cuyo final, aparte de sorprendente, nos da una medida de la talla que podemos alcanzar los seres humanos. Gracias por salvarnos.
Saludos.
Las grandezas y miserias humanas dan para mucho en literatura, y siempre la realidad supera a la ficción.
Gracias a ti, Eduardo.
Un abrazo.
Una joya, maestro. ¿Quién la cagó? ¿Quién, por negligencia o colaboracion, le puso ese cebo?
A tus pies.
Un saludo
JM
¡A ver si fue Jaramillo, que anda por todas partes!
Agradecido profesor Juan M.
Saludos,
Cuando un relato parece un cortometraje, es que resulta muy visual, por estar lleno de imágenes.
Saludos
Y nuestra imaginación pone el resto, desde los colores hasta la música.
Besos Maria Jesús.
Silencios..pòrque no hace falta añadir nada más. Un corto dicen pior ahí arriba, pues si, eso mismo. Genial, Rafa. Un abrazo y suerte.
«Las palabras son necesarias cuando el amor ha muerto», así que mejor sin palabras. Gracias Salamandra.
Un abrazo.
Bien Rafa
Te hiciste esperar y es que necesitaba su tiempo. Como toda buena cochura.
Te ha salido redondo. Y como bien decías este puede ser la secuela del mío.
Besos.
Pues hasta minutos antes de enviarlo he estado corrigiendo frases y cambiando palabras. Si te parece redondo es que he acertado con los últimos cambios.
Gracias Virtudes.
Besos.
La discreta colaboración de los campesinos con «los del monte». Buen recurso narrativo el uso del «olvido» para recordarnos aquella historia.
Detalles de humanidad entre la barbarie siempre llegan a conmover.
Gracias por comentar, Daniel.
Un abrazo.
Felicidades, Rafa. Es estupendo.
Gracias Luís, celebro que te guste.
Abrazos.
Rafa, buena historia y mejor final. suerte y saludos
Alegría que me das.
Besos Calamanda.
Suena muy real, nunca olvidaremos esa parte de nuestra historia. En los pueblos se suceden historias como estas, algunos se vieron divididos en dos bandos sin saberlo siquiera.
Muy bien contado.
Abrazos.
Pues la inspiración de esta historia viene del hallazgo casual de las armas de alguien del maquis, sin duda, en una cueva escondida en la montaña. Luego la imaginación hizo el resto.
Gracias Asun.
Besos.
Gracias Ana. Probablemente le querían todos menos uno, de ahí su final.
Besos.
Conmovedora historia de solidaridad, respeto y valentía. Un canto a la libertad digno de Labordeta, si me permites (soy aragonesa).
¡Bravo!
¡Claro que sí, mañica! Honor que me haces en la comparación.
Un abrazo, Pati.
Relato muy visual y entrañable con esos chorizos y hogazas de pan olvidados.
Precioso.
Y no te olvides del vino, con que lo olvidaran los agricultores ya va bien.
Gracias Blanca.
Un beso.
Y si normalmente suele ser la frase final la que da sentido o cierra el microrrelato, hete aquí que en este caso -más allá de los reveladores «Silencios» del título-, es en la primera frase dónde se halla la intención y el propio final del cuento.
Felicidades.
Sí, hay dos historias entrelazadas, la de Anselmo y la de los labriegos; la primera sigue el esquema que acertadamente apuntas y la segunda el otro, más frecuente.
Gracias por comentar, Carles.
Un abrazo.
Ta muy bien. Despide un dura ternura, una tristeza encantadora. El título dice mucho. Buen trabajo. Mucha suerte.
Abracísimos.
Gracias Juan.
Abrazos superlativos.
Un relato que podría ser cierto, ya que historias muy parecidas las hay por cientos. Has logrado representar en Anselmo a todos aquellos guerrilleros antifranquistas que se echaron al monte, y que aguantaron tiempo gracias a la colaboración de algunas personas que compartían con ellos el anhelo de libertad. Me ha gustado mucho. Felicidades y suerte, Rafa.
Sí, Almudena Grandes, en El Lector de Julio Verne, novela hechos reales sobre gente que se echó al monte en la posguerra. Muchas historias aún por contar sobre este tema.
Gracias Juana. Un beso.
Una guerra que terminó oficialmente, pero no para todos. Unos hombres con unos creencias inquebrantables, que siguieron luchando en solitario con la esperanza de que los aliados que combatían a Hitler vendrían a liberar a España del fascismo que asolaba Europa, unos idealistas que en muchos casos terminaron cayendo, silenciados y con cuentagotas.
Muy bien traído este relato al tema del mes.
Un abrazo, y suerte, Rafa.
Gracias Ángel. Junto a Virtudes y algún otro hemos coincidido en escenas distintas de nuestra posguerra y todas con ese punto de drama -inevitable- junto a un hilo de esperanza.
Un abrazo.
Rafa, esta historia es de las que podría haber escrito yo, con menos arte, claro, referente a los maquis de los Montes de Toledo. Mira que al leer me dije qué error, decir que se han olvidado una ristra de chorizos, eso no se lo cree ningún lector. Pero, claro, esos chorizos son la clave del relato. Mis aplausos.
Maestro Ximens, ¿te querrás creer que cuando lo escribía pensaba que al menos a tí te iba a gustar?. Quizás porque somos de la misma quinta, quizás porque te he leído alguna cosa próxima, no sé pero tenía esa certeza. Si desarrollas tú esta idea le sacas mucho más jugo. Seguro.
Abrazos.
Hay tantas detalles que no vemos u olvidamos por… simpatía, cariño, amistad. Como los de este relato.
Una historia de hermandad que nos trae el lado bueno de los hombres, no de las guerras (que no tienen ninguno se mire como se mire). Me gusta!!!
Un abrazo, Rafa.
He buscado el contraste entre lo peor y lo mejor de la condición humana. Celebro que te guste, Petra.
Un Abrazo.
Primero agradecer que hayas escogido este tema para tu relato de batallas porque me viene de perlas obligarme a abrir la wiki e informarme de los maquis. Que un relato me haga aprender ya es muy valorado por mí. Además, creo que se corresponde bastante lo que he leído en internet con tu personaje. Y después que es un gran relato con la sorpresa de que no son descuidos y con una muerte realista. Que tengas micha suerte porque se lo merece tu relato.
Siempre tuve atracción por el tema de los maquis, una mezcla de idealistas y supervivientes, pero no encontré mucho escrito. Sin embargo aún perduran las leyendas que se transmiten de boca en boca. La obra de Almudena Grandes que he citado por ahí, tiene ese origen.
Celebro que haya despertado tu inquietud Lorenzo.
Un abrazo.
Relato redondo desde el titulo. Ese silencio entre los campesinos,aldeanos…es pieza clave de la historia.
Por lo menos durante un tiempo comió y bebió estupendamente, eso que se llevo al cuerpo.
Palabras muy visuales que te hacen parecer cercana la historia.
un abrazo Rafa
Gracias María Belén. Me agrada que hayas sentido próxima la historia.
Un abrazo.
Rafa, esos silencios significan camaradería, gratitud, orgullo por la gente que luchaba por la libertad. Entrañables esos olvidos en época de penurias. Estupendo relato. Abrazos.
Sí, es solidaridad, es complicidad, es humanidad, que se manifiestan con los silencios y con los olvidos.
Gracias por tus palabras, Salvador.
Abrazos.
¡Me encanta el relato de principio a fin!
Abrazos.
Genial María.
Abrazos.
Joder, como echaba de menos este registro tuyo, Rafa.
Es Cela, con gotas de Delibes, y, macho, ahí eres imbatible.
Detalles, detalles, que hacen de tu relato un regalo visual.
VISUAL.
Y además la historia y su final me parecen un hallazgo absoluto.
En serio, REDONDO.
ENHORABUENA.
¡Jo, Modes, lo has clavao! Cela y Delibes están entre mis autores preferidos. Cada idea o cada historia parece llevarte a un tipo de registro determinado y, bueno, tampoco está mal la diversidad. La uniformidad de estilo, aunque te pueda dejar más satisfecho, también te puede llevar a la rigidez o al hastío. No lo sé. Lo que me vale es tu opinión que valoro en lo máximo.
Un abrazo campeón.
¡¡¡¡Queeeee boniiiitoooo!!!
Cómo me gusta ese cierre circular.
Ese cierre explica mucho.
Gracias Evelyn. Un abrazo.
Hola Rafa, muy descriptivo visualmente, realista y con todos los ingredientes para realizar ese corto que dicen otros comentaristas.Poco puedo aportar, ya lo han dicho todo.
El título me encanta, muy acorde, evocador.
Un abrazo
Rosa
Gracias Rosa. A ver si encotramos un productor y nos metemos en rodaje.
Un beso.
Por añadir algo distinto, tu relato para mi es muy sensorial, sin que sea evidente: hay aromas mediterráneos no descritos (el pan, el vino, los higos), el fresco del aljibe, la sombra de la higuera…todo esto está también por detrás de la magnífica historia
¡BINGO! Solo te habrías aproximado más si hubieras dicho que te recordaba a algún lugar de La Marina Baixa, comarca de la montaña alicantina en la que pensaba cuando lo escribía. Pero ya sería mucho pedir. Buen análisis sensorial, Reyes.
Un abrazo.
Lo más terrible de la historia es que el silencio tiene matices y el que queda es un silencio ensordecedor y triste. Me ha gustado mucho, Rafa. Saludos.
Tantos matices como motivaciones. Gracias por comentar Ana.
Un abrazo.
Rafa, me has dejado fascinada. Qué historia, maestro. Conseguiste lo impensable, me gusta, pero no me gusta… terrible. No hay espacio para la sonrisa esta vez. En la guerra nunca lo hay. Un abrazo mi amigo entrañable. Con mi admiración constante! Gracias!! Hoy entrego lo mío…
Ya comenté tu relato, mucho más emotivo por cuanto lo inspiran hechos reales y recientes mientras mi historia es ficticia aunque posible y creíble.
Gracias María por tus generosos y siempre excesivos comentarios.
Besos.
Qué bonito!
Qué ternura!
Qué final tan precioso.
¡Qué comentarios tan halagadores!
Gracias Isabel.
Querido Rafa, en tu línea de saber contar las cosas sencillas y darnos con generosidad una historia llevadera, fugaz, con duende… Memoria histórica cercana y un montón de compinches que merecen la pena.
No estaba solo, como tú, al que siempre acompañaremos en tus micros.
Abrazos y suerte
El saberse leído por personas como tú, Manuel, estimula de sobra para seguir en el tajo.
Abrazos Maestro.
Bien contado y cerrado, y con dominio de los ambientes narrados, la naturaleza, las labores de la gente. Recuerda narraciones de época y te atrapa por eso sobre todo. Suerte y abrazo, siempre es un gusto leerte.
Antonia, no podía tener mejor cierre de comentarios del mes que tus palabras tan amables y cariñosas.
Un beso fuerte.