87. Una visita inesperada
Compré el conjunto de ropa interior más sexy de toda la ciudad. Últimamente sentía que habíamos caído en la mayor de las rutinas y quería darle una sorpresa. Se había marchado fuera de la ciudad unos días, a un congreso de no sé qué, y le dije que en esta ocasión no iba a poder acompañarle. Se lamentó por ir solo, pero lo comprendió. Ya en el hotel, no me resultó difícil conseguir la llave de su habitación. Subí en el ascensor junto a una pareja de recién casados. Ella me miraba con desdén, mascullando algo entre dientes, él se relamía recorriendo mi cuerpo con la mirada desde mis tacones de vértigo hasta el cuello levantado de mi gabardina. Eso me puso a cien. Abrí la puerta de la habitación con decisión, encendí las luces y, desabrochando mi gabardina dejando a la vista todo mi esplendor, grité un aquí está tu cachorrita, que sonó muy guarro. Pero la sorpresa me la llevé yo al descubrir que no estaba solo; que esta vez en la cama del hotel, quién lo iba a imaginar, estaba con su mujer.
Vaya giro de tuerca final, cuando la acompañante no es la amante que podemos imaginar, sino que los papeles están cambiados!
Buena sorpresa y bien ambientada la narración.
Un petó.
Carme.
Carmeeee, mil perdones por no pasarme antes por aquí y devolverte el besazo de la publicación. Muchas gracias por pasarte y comentar 🙂 Me alegra saber que te gustara 🙂
La visita resultó inesperada, sin duda, pero quien la realizó se llevó también una enorme sorpresa. Sería un espectáculo haber podido ser testigo, en directo, de la expresión de cada uno de los tres rostros, seguido de las palabras posteriores de este trío, aunque la magia de la literatura hace que nos lo imaginemos.
Este hombre, que tan infiel parece, pecador, por tanto, en realidad sigue a rajatabla una de las primeras fases del Génesis: «No es bueno que el hombre esté solo», aunque cada cosa en su tiempo y lugar, se podría añadir, los matices y los detalles son importantes.
A partir de ahora, puede que se quede solo, justificado estaría, o, como dice Aute: «Entre los tres nos organizamos, si puede ser».
Siempre es un placer leerte, Bea
Un abrazo y suerte
Qué bueno, Ángel, tu comentario siempre redondea la historia 🙂 Perdona que no pasara antes por aquí a darte las gracias, de verdad que se agradece siempre tu dedicación. El placer es mío 🙂 Besazos.
Bea, tu micro es magnifico porque mantiene la atención con una construcción inteligente y al final te da una sorpresa inesperada, elegante y divertida. Además, sin que el lector se sienta «engañado», como ocurre a veces.
Tienes un talento especial para encontrarla chispa en lo cotidiano.
¡Mucha suerte! Besoooos!!!
Salvaaaa, discúlpame también tú por no haberme pasado antes por aquí y agradecerte el comentario. Me alegra mucho saber que el micro creó ese efecto en ti. A pesar de que no tuviera suerte en la ronda, que os guste, ya es un premio importante 🙂 Un abrazo enormeeeee.