94. VIDA, de Búho7
Caminaba descalzo de esperanza, por un sendero arbolado, su perfectiva infinita abrazada mi cuerpo con sus robustas ramas, y las sombras de los árboles reflejaban rostros de enfado que perseguían mi paciencia. Era de noche y estaba perdido.
Sus ojos penetrantes me invitaron a salir, el búho mágico estaba allí esperándome, me guió a la salida de aquel laberinto y sin apenas ser consciente, regrese a la realidad de mi equilibrio.
Los malos momentos habían desaparecido y ahora debía de aprender a caminar en soledad, con la alegría de la luz del sol, con la enrome ilusión de cada amanecer.
Deje de vivir en futuro y comencé a sobrevivir en presente, y de esta manera el susurro del viento calido, acaricio mi mejilla, una suave lagrima recorrió mi rostro, al contemplar tanta belleza.
Abrace a mi madre, naturaleza, observe su plenitud, sentí su aroma, y dibuje sueños en las nubes. Tras dejar atrás, la cárcel de asfalto que me había mantenido prisionero en su
Maquina del tiempo inventada por el hombre.
Temí que aquella felicidad, la enorme sensación de libertad que manaba desde mi interior, tan solo fuera un espejismo. El baile de los árboles y la música del viento… me enseñaron a vivir.