95. Estribillo (Patricia Collazo)
Este tipo es imbécil. Mamá quiero pis.
Lleva el intermitente de adorno. Mamá quiero pis.
Que te den, subnormal. Mamá quiero pis.
Ahora no, cariño. En la próxima gasolinera. Mamá quiero pis.
¿De qué vas, gilipollas? Mamá quiero pis.
Claro que te pito, ¿no ves lo que has hecho? Mamá quiero pis.
¿Cómo te detienes ahí? Mamá quiero pis.
¿No ves la caravana que hay? Mamá quiero pis.
Claro que bajo la ventanilla. Mamá quiero pis.
¡Mujer tenías que ser! Mamá quiero pis.
¡Machista pleistocénico! Mamá quiero pis.
No deberían daros el carné. Mamá quiero pis.
¡Deberían colgaros a todos! Mamá quiero pis.
¿Ah, sí? A ver qué dices ahora, puta. Mamá quiero pis.
No me asustan tus amenazas, cabrón. Mamá quiero pis.
Ese hombre me da miedo. Mamá quiero pis.
¿Estás loco? ¡Guarda eso! Mamá quiero pis.
Quiero llegar a casa. Mamá quiero pis.
¡Socorro! ¡No dispares! Mamá quiero pis.
… ¡Mamá!…. ¡Mamá! …. ¡Mamá, despierta! ….No te enfades. Me hice pis
Chocante y sobrecogedera, por lo creíble, escena la que nos muestras en tu relato. No sé conducir, pero no me hace falta hacerlo para darme cuenta de que guiar un coche puede trastocar a la persona más templada. Lo que no parece alterarse es la inocencia de la criatura. Suerte, Paloma. Saludos.
Muchas gracias, Jesús. Por pasarte por aquí y por tu comentario.Un abrazo.
Genial y duro este «estribillo» tuyo, Patricia. Está dotado de tu genialidad al escribir y de la originalidad en el tratamiento de los temas. Te felicito pues me has hecho pasar de la sonrisa al gesto circunspecto y duro, en tan solo unas pocas palabras.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias, María José. A veces somos capaces de pasar de la ternura a la dureza en un instante cuando estamos tras un volante.
Un abrazo
Un relato arriesgado, compi, me gusta, sobretodo la evolución de la acción.
Un beso y mucha suerte!
¡Gracias, Asier! Me gusta arriesgar. No siempre sale bien. Pero creo que es una buena forma de aprender.
Y a mí, por eso lo valoro mucho. Hay que buscar los límites, y luego cruzarlos 😉
Impresionante tu relato. Suerte.
Besicos muchos.
¡Muchas gracias, Nani! Un abrazo
Ese estribillo marca la alarma que se enciende, intermitentemente, en la mente del lector, que se pregunta si de hacer caso a esa llamada infantil, las tornas cambiarían o no.
Buena apuesta, Patricia.
Muchas gracias, Manoli. A veces por repetido, no escuchamos los estribillos. Quien sabe, tal vez podrían haber cambiado, sí.
Un abrazo.
Patricia, este trágico viaje cargado de suspense y bien contado es muy original. Suerte y saludos
¡Muchas gracias, Calamanda!