96. Diario de un reo (Juan Antonio Vázquez)
Agazapado en la trinchera, con el corazón arrugado entre explosiones, intuía pasar las balas por encima de mi cabeza camino del muro de tierra que nos protegía las espaldas. Agarré tan fuerte mi escopeta que escuché crujir la madera del guardamonte. Nunca antes había disparado contra nadie; cuando se lo dije al retén que nos entregaba los fusiles se limitó a decir que siempre hay una primera vez y me exhortó para que dejara pasar al siguiente.
Vi al coronel acercarse. Al advertir mi presencia se quitó el puro de la boca y me llamó cobarde con la mirada. Sacó la pistola de bengalas y encañonó al cielo: era la señal para salir del agujero y comenzar la carga. En cuanto el firmamento se iluminara debíamos correr como gallinas sin cabeza hasta llegar a la línea enemiga. Muchos moriríamos allí; esa noche.
Apunté a la cabeza del coronel y apreté el gatillo. Después cogí la pistola de bengalas y la arrojé a la lejana oscuridad del campo de batalla. Me volví a agazapar y esperé. No sabía bien a qué.
Ignoro cuánta gente salvé ni los años que me restan de condena. Ya no los cuento.
Pero una bala se escapó y me hirió en el corazón…
Extraordinario, Juan Antonio! El mensaje, la trama, el estilo, todo!
Enhorabuena!
Muchas gracias Patricia. Me alegra que te haya gustado 🙂
Impresionante forma de ver el asunto y un magnífico relato.
Ojalá las guerras solo pudieran ficcionarse. Muchas gracias M Carmen.
Un relato maravillosamente contado. Todo un salvador de almas, aunque sabia que no le esperab nada bueno.
Felicidades
Héroe, villano, valiente, cobarde… ¿quién lo sabe?. Muchas gracias María. 🙂
Difícil decisión de alguien que sólo busca salvar su vida, que no entiende que otro hombre, perfectamente resguardado, le envíe al matadero. De su fusil salió un disparo que provocó una baja, no menos absurda que las demás.
Fantástico, Juan Antonio. Aprovecho, además, para felicitarte por tus éxitos recientes, cuánto vales.
Un abrazo y suerte
Muy bueno el apunte que haces. Sea como sea en una guerra no hay baja que no sea absurda. Muchas gracias Ángel 🙂
Bueno, bueno, Juan Antonio, vaya sorpresa de relato que te has marcado en todos los sentidos. Veo que te sienta bien el podio y cada día subes un peldaño. El título perfecto dando sentido al final del relato, el comienzo pone los pelos de punta, sientes las balas y explosiones pasar cerca de ti; después la lógica cobardía ante una guerra y como le das la vuelta con ese certero disparo al coronel. El estilo final es la guinda para un pastel que te explota en la cara. Enhorabuena otra vez.
Gracias Lorenzo. Siempre estás ahí y te lo agradezco. Estoy seguro que tus letras volverán a llegar lejos. Verás como no me equivoco. Y lo verán todos, como tiene que Ser. 🙂
Lo importante es que su conciencia quedó tranquila. Si todos los soldados hicieran lo mismo, no habría guerras. Este es mi chico, siempre apuntando a lo más alto y disparando con puntería. Solo hay una cosa que me ha desconcertado un poquito, pero esa te la diré cuando recojas la medalla que mereces 😛 .
¡Enhorabuena!
Gracias por los apuntes que me has dado y gracias por los ánimos. Este mes hay un relato que me encanta. Ya lo sabes. Ese sí que merece medalla. Un abrazo 🙂
Que te voy a decir. Buena historia, buena trama, buen desarrollo, buenos recursos…
Muchas gracias por pasarte y comentar José Ignacio. Un abrazo 🙂
Historia de guerra y sin embargo pacifista. Perfecta ambientación y transmisión de los sentimientos del personaje.
Suerte Juan Antonio.
Me gusta que hayas sacado esa doble lectura. Muchas gracias y suerte para ti también 🙂
Hola, Toni, és un relat molt atrevit, trencadori molt ben escrit.
L’enhorabona una vegada més.
Gràcies Ramon. M’agrada molt veure’t per aquests indrets. Reb una cordial abraçada. 🙂
Gracias Ramon. Me gusta mucho verte por aquí. Recibe un cordial abrazo. 🙂
El enfoque distinto, heroico… de un reo.
La cobardía depende del color del cristal con el que se mira.
Juan Antonio, has creado un personaje principal profundo, humano, complejo, tan real que trasciende la lectura.
Me has dejado preocupada por su futuro…
Un abrazo!
Hola Amparo. Tienes mucha razón en que las cosas son depende de quien las mire. Como siempre gracias por tu visita y por tus amables palabras. Me las guardo. Un abrazo y gracias 🙂
Yo bajé al fondo de esa trinchera. Era muy fría. Tuve miedo. ¡Y tú has sido el culpable!
Si tengo que ser el culpable de algo que sea de daros buenos ratos, que no merecéis menos. Muchas gracias Edita 🙂
Una pena que haya servido de poco, pues otro mandamás, bien resguardado en la retaguardia, dispararía esa pistola de bengalas. El relato bien llevado, con la habitual calidad, y la historia, a pesar de ese puntito utópico, tiene mucho encanto, a pesar de la crudeza de la ambientación. Me ha gustado. Mucha suerte, tocayo.
Abracísimos.
Muchas gracias Barlon. Quiero pensar que solo tenían una pistola y que nadie se atrevió a salir a buscarla. Un abrazo amigo 🙂
Pues al final se decidió a disparar, y de que manra se estrenó.
Maestría de principio a fin, como es habitual en tus relatos.
Mi enhorabuena y un abrazo fuerte, amigo.
Gracias Yolanda. Me veis con buenos ojos. Como siempre digo la mejor recompensa es que os guste y hagáis vuestro el relato. Enhorabuena también a ti por lo bien que escribes y por tu manera de ser. Un abrazo amiga 🙂
Todo un placer leer un relato tan bien pensado y escrito.Un saludo.
El placer es recibir tu visita y tu comentario. Muchas gracias 🙂
Como siempre un relato bueno en fondo y en forma. Muy valiente el protagonista, quizá las guerras se pueden cambiar así con decisiones individuales.
Me ha encantado.
Besos
Hola Asunción. Supongo que cambiar las guerras es cosa de todos, pero mientras tanto, no perdamos la esperanza. Gracias y un abrazo 🙂
Juan Antonio, en una situacion límite nunca se sabe como podemos responder; tu protagonista eligio esta. Buen relato y de nuevo felicidades por los exitos. Suerte y saludos
Gracias Calamanda. En realidad si tengo que celebrar algún éxito es todo el cariño y los ánimos que me dais. Un abrazo 🙂
Muy buen relato Juan Antonio. Las palabras exactas, el ritmo adecuado, el tema contado desde un punto de vista muy original y transmitiendo las emociones de ese hombre cómo si le hubiésemos acompañado durante ese momento en la trinchera y en los años posteriores.
Hola Reve Llyn. Celebro que veas tantas cosas buenas en el relato. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Esta muy muy bien, tanto el fondo como la forma.
Siempre hay una primera vez, y una última.
Enhorabuena, Juan Antonio.
Un saludo! 😉
Totalmente de acuerdo contigo. Aunque no sé cual cuesta más… si la primera o la que decide un final. Difíciles las dos, sin duda. Gracias y un abrazo 🙂
Tremenda decisión la de tu personaje , pero no puedo evitar ponerme de su parte.
Un relato excelente, Juan Antonio. Una manera estremecedora de gritar no a la guerra,
Felicidades.
Hola María José. Lamentablemente las guerras ya son un negocio más. Ojalá algo cambie. Muchas gracias por pasarte y comentar 🙂
NO a la guerra, pero admiro al protagonista sin conocerlo. Me ha encantado! 🙂
No sabe el «pieza» ese la suerte que tiene contigo. Cuídamelo y muchas gracias por pasarte por aquí. Un abrazo enorme 🙂
Ha sido fácil meterse en la piel del soldado, enfrentándose a varias alternativas, todas dramáticas, entre las que hay que decidir. Son historias en las que se difumina lo que está bien o está mal…pero me alegro que el protagonista tomara esa decisión. Necesitaríamos muchos así…Me ha gustado mucho, me ha movido dentro y me ha hecho posicionarme…Suerte!
Pues me alegra un montón que lo hayas visto y vivido de esa manera. Pero mucho mucho. Gracias y un saludo 🙂
Un héroe que asume las consecuencias de sus actos es de veras eso. No lo verán así muchos, pero es un gesto de dignidad.
Un saludo
JM
Hola Juan. Muchas gracias por pasarte por aquí. Me quedo con tu premisa indispensable para todo héroe. Un saludo 🙂
Extraordinario relato, Juan Antonio. Aprovecho también para felicitarte por todos tus merecidos éxitos. Suerte también con éste. Saludos
Hola Juana. Te doy las gracias. Aquí, gente que escribe bien hay a patadas. Es cuestión de suerte, y yo últimamente la he tenido de cara. Un saludo 🙂
Juan Antonio, agazapado tras mi ordenador esquivo las balas de tu relato. Tenemos la certeza de que el protagonista ha cometido un acto ilícito, pero no podemos evitar empatizar con él. Me ha recordado un interesante debate que escuché con la premisa de la pregunta ¿matarías a un niño para salvar a un millón? Lo que no tiene debate es la calidad de tu relato. Me ha encantado. Abrazos.
Hola Salvador. Pues ya que lo mencionas es un debate (el matar uno por otros tantos) que creo que daría bastante que hablar. Seguro que estuvo interesante. Te agradezco mucho la visita y que me alegra que te haya gustado. Un abrazo 🙂
Muchas gracias Ana. Mucha suerte para ti también. Beso 🙂
Precioso Juan Antonio, me ha encantado.
Hay momentos en la vida que un impulso vale por mil segundos indeciso. Ese disparó cambió el rumbo de una vida (o varias mejor dicho).
Felicidades.
Hola Blanca. Me lleváis arriba con vuestras palabras. Muchas gracias por los ánimos. Un abrazo 🙂
Descriptivo relato desde la primera línea. Te ves en el campo de batalla, tanto, que haces mención tu también de agachar la cabeza y salir y tras la bengala. Suerte que no nos ha hecho falta, tu héroe, para unos cuantos compañeros, nos ha facilitado el alejarnos de la muerte.
Como siempre fantástico.
un beso Juan Antonio.
Hola Mª Belén. Si he conseguido que os guste y que además os metáis en la historia doble sonrisa. Muchas gracias por pasarte y comentar. Otro beso para ti 🙂
Me metes en la historia, me haces tomar partido, y me demuestras que las palabras también sirven para ganar batallas. Me ha gustado mucho Juan Antonio.
Hola Paloma. Qué bonito eso de que las palabras también sirven para ganar batallas. Ojalá ganaran más cada día. Muchas gracias y un abrazo 🙂
Es un relato de intenciones, las del autor. Se dibuja una escena que justifica, a ojos de su creador, la acción del personaje. Se elude el juicio razonado, ya que las valoraciones morales se dan por supuestas en las simpatías que provocará el discurso en los lectores. Es un texto de máximos, de creencias absolutas; sólo la ofuscación explica que el soldado actúe como un héroe que, como casi todos, pretende disimular sus propias necesidades mediante un comportamiento, puede que loable pero también egoísta, que funciona para el resto de los ocupantes de la trinchera por consecuencia, pero no como intención primera.
Saludos.
Hola Danniel. De antemano te pido disculpas si no he interpretado bien tu comentario. Creo entender que en algún momento juzgas al escritor y no al escrito. Y bueno, creo que si es así te has equivocado.
Creo entender que sacas conclusiones acerca de mi posicionamiento hacia la acción del protagonista solo por haberlo escrito. ¿Puede ser?. Si yo lo he entendido mal pedirte disculpas una vez más, pero si es así, decirte que de lo que escribo a lo que pienso hay un mundo. Creo historias con personajes y situaciones que nada tienen que ver conmigo ni mis principios. Son solo eso, historias.
Tampoco estoy de acuerdo en que las valoraciones morales vayan condicionadas por las simpatías o antipatías que provoque el personaje. La intención de la historia es crear una figura que tanto pueda ser héroe como villano. Y eso lo decide el lector en última instancia, al que por cierto, le otorgo bastante más criterio del que un personaje simpático le pueda desviar de los principios que ya tenga formados acerca de un tema concreto.
Insisto en pedirte disculpas si lo he entendido mal. Y si lo he entendido bien, la intención de mi respuesta no es otra que intentar explicarte que en mi caso hay una línea muy clara que me separa lo que pienso de lo que escribo. Cuando es el caso y quiero denunciar algo, te aseguro que los relatos suelen ser mucho más inequívocos.
Por supuesto, respeto tu opinión y tu criterio y te doy las gracias por pasar y comentar. Mucha suerte con tu propuesta y un saludo 🙂
Pues creo que diciéndote que no has dado ni una y aceptando tus disculpas, que son inmerecidas, queda casi todo dicho. Ahora acepta las mías por no haberme hecho entender.
No juzgo al autor, yo no juzgo a nadie, planteaba en mi comentario que la figura del soldado despierta simpatías porque mucha gente, entre la que me incluyo, detesta las guerras. Pero que su acción, la de disparar al coronel, no la veo loable. Pienso que el soldado no contempla los futuros beneficios que su acto pueda aportar al resto del género humano. Pienso que dispara en un acto de ofuscación, producto de las circunstancias bélicas, que se parece mucho a la huida sin editar rumbo de un cobarde.
Claro está que el escritor no es su personaje, ni siquiera en una biografía, sin embargo reconocerás conmigo, tú que sabes escribir, que el planteamiento del discurso de un relato condiciona la percepción del lector. Por esta razón considero que tu texto es de máximos y que tu intención, literaria por supuesto, en el discurso es que este discurra tal que provoque una aceptación aun cuando, sea esa tu intención o no lo sea, el soldado no manifieste otros argumentos que el dominio del miedo.
Añado que cuando escribimos, si somos libres de expresarnos, tu, yo y los demás, elegimos tanto el tema como la forma de presentarlo; es inevitable, entra dentro del proceso literario.
Tu relato es bueno, provoca sentimientos, tiene sentido…y, a consecuencia, opiniones.
Reitero mis disculpas. Un abrazo.
Aclarado danniel. No me puedo poner a comentar a depende qué horas que el cerebro lo llevo ya en reserva XD. Entendí que decías que yo justificaba el tiro en la cabeza al coronel. Te vuelvo a pedir excusas y te envío un abrazo. Gracias por aclarármelo :).
Relato que nos habla de la valentía de los cobardes, si todos actuaran así ni guerras ni leches. En fin, muy bien narrado.
Señor Ximens. Un placer verte por aquí. Este mes te ha quedado un relato magnífico. Respecto al reo de marras, celebro que lo encuentres bien narrado. Muchas gracias y un saludo 🙂
Me ha venido a la cabeza una foto de un soldado en una trinchera durante la IGM. Los pelos de punta imaginando la escena embarrada, tanto en tierra como en su cabeza.
Muy buena la historia, podría servir de argumento para una película antibélica.
Enhorabuena.
En la IGM anda pensando Esperanza. Esa línea Maginot tuvo que ser un verdadero infierno. Muchas gracias por pasar y comentar. Un abrazo 🙂
Pues me imagino en la piel de este hombre, en un instante la cantidad de imágenes que le tuvieron que venir a la cabeza para al fin decidir exterminar al origen de la catástrofe. Dos vidas, la del superior y la de él a cambio de cientos. Sin duda un valiente.
Muy bueno Juan Antonio.
Muchas gracias Isabel. Un abrazo 🙂
MEDALLA de HONOR para ese soldado.
Bien por él, aunque tenga que pagar cara su decisión.
Saludos.
Medalla de honor para todos los que hacéis esta página y la llenáis de color y vida con vuestros relatos y comentarios. Muchas gracias Virtudes 🙂
Me ha encantado, yo habría hecho lo mismo si tuviera el valor necesario. Muy bueno.
Muchas gracias Esther. Me alegro que te guste. Un abrazo 🙂
Sorprendente, impactante, estupendo relato. Una prosa de lujo la tuya. Un abrazo
Muchas gracias Concha. El lujo es recibir vuestras visitas y poder leer vuestros relatos. Un abrazo 🙂
Hola Juan Antonio, muy buena la historia, se siente la tensión de la batalla y el miedo del protagonista. Me gusta el desenlace: la prisión es preferible, si con ella se logra salvar vidas. ¡Suerte!
Saludos.
Hola Beto. Disculpad el retraso en contestar y comentar que he tenido un mes un poco complicado. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo 🙂
Buen ritmo y mucha acción. Muy visual, y con el tono del diario, con expresiones muy logradas y dnado el tono requerido . Das vida al personaje, como si fuera comic o película. Suerte y abrazo.
Muchas gracias Antonia. Un abrazo 🙂
Juan Antonio, como siempre, me dejas impresionada. Ahora, la del corazón arrugado soy yo. ¿Te imaginas la vida si todos fuesen como tu héroe? La lucha había de ser en contra de quienes propician y sostienen las guerras, y no en contra del enemigo inventado, que es como tú y como yo… Felicidades. Me encantó.