Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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99. Desiertos

dedicado a La España vacía, de Sergio del Molino

 

Con la certeza de tener que enfrentarse a otro larguísimo y triste invierno, y antes de que el tedio, el desencanto o el aislamiento acabase por sepultarlos, los vecinos —apenas quedaba ya una veintena de familias empadronadas— decidieron trasladar su pueblo, enclavado en el corazón de la meseta castellana, hasta una comarca cercana a la costa. Aunque nadie quería reconocerlo, más que pretender los beneficios del clima o el fin de la soledad, buscaban sobre todo evitar su desaparición, que en dos o tres generaciones parecía inevitable.

Empaquetaron sus raíces, tradiciones, recuerdos, nostalgias, fiestas y mitos. Cargaron con la plaza, la iglesia, el ayuntamiento, el bar, la fuente; con la carretera que les servía de calle; con sus casas y las eras que las rodeaban; con la ermita, el cementerio, los cipreses, los olmos, las encinas. Y dibujaron contra el azul del cielo diferente en su nuevo emplazamiento el mismo horizonte que veían desde su lugar de origen, para engañar a la melancolía que adivinaban incurable.

La mudanza de estos pioneros, narrada en periódicos y en reportajes emitidos por televisión, inspiró a otros pueblos que también se resignaban a quedar abandonados. Así fue como empezó el último éxodo. El definitivo.

23 Responses

  1. Perdón por adelantado. Como me gusta tanto tu relato, no me aguanto sin comentarte una duda; para quedarme yo tranquila así que me la resuelvas, o para que lo revises si procediera o procediese. 😉
    Va: “inspiró a otros pueblos que también se resignaban a quedar abandonados” No entiendo ese “también”, a mi me pide el cuerpo un “tampoco”. 🙂

    1. Rafa Heredero

      No hay nada que perdonar, Edita. Una de las mejoras cosas de esta página es que podemos hablar entre nosotros y plantearnos las dudas que nos surjan respecto a los relatos, para tratar de mejorarlos o corregir cualquier defecto, y eso a pesar de que “competimos” entre nosotros. Yo he hecho lo mismo a veces, y agradezco que se haga lo mismo con mis relatos.
      Respecto al “también” y “tampoco” la verdad no sé si sabré explicarme, y aún así me has dejado con la duda (ahora cuanto más lo leo, a veces me suena bien y otras mal), y es posible que esté equivocado, pero voy a tratar de justificar por qué utilicé el “también”. Creo sobre todo que es una cuestión de matiz. Si escribo «…otros pueblos que tampoco se resignaban…» hablaría de esos pueblos, por así decir, en futuro, cuando han conocido la historia de los pioneros, y es entonces cuando no quieren resignarse a quedar abandonados, aunque antes no hayan hecho nada para solucionarlo. Al decir «…otros pueblos que también se resignaban…» me estoy refiriendo a la actitud de ellos, de todos (o eso pretendía), antes de conocer la iniciativa del pueblo que ha decidido mudarse. Quería recalcar que todos los pueblos estaban resignados a desaparecer porque no encontraban una solución a su problema. El sentido de la frase con el “también” sería el de que “todos los pueblos estaban resignados a quedar abandonados”; el “también” sería dar un mayor énfasis a esa actitud. No sé si será muy correcta mi explicación, el uso que he hecho del “también” o lo he liado más. En todo caso, muchas gracias por tu comentario, por compartir tus dudas, por hacerme reflexionar.
      Un abrazo y felices fiestas.

      1. Aunque me sigue gustando más el “tampoco” porque el “también” parece que incluyese a todos los pueblos (al pueblo pionero también, que no se resignó), entiendo perfectamente tu explicación razonada y ya me quedo tranquila. 😀 Muchas gracias.

  2. Ángel Saiz Mora

    Una emigración en el sentido más integral del término, persona a persona, piedra a piedra, sin dejarse un grano de tierra. Si trasladar una carretera ya tiene que ser difícil, no quiero ni pensar los problemas que pueden surgir con un cementerio.
    Quién sabe si con este movimiento colectivo, que tendrá como consecuencia que el interior pueda quedar vacío de civilización, en realidad se fomenta que el lugar de partida vuelva a ser repoblado libremente por la naturaleza, creando paisajes de antaño que adquirirán un nuevo brillo.
    Otra buena historia de las tuyas, en la que la inventiva se sitúa entre la realidad y un ocurrente surrealismo, en este caso, para dar a conocer una idiosincrasia propia de este país en el que vivimos. No he leído el libro, al que haces referencia en la dedicatoria, pero en su momento recuerdo una entrevista que le hicieron en la radio, y me pareció muy interesante, aunque no más que tu relato.
    Un abrazo fuerte, Rafa. Felices fiestas

    1. Rafa Heredero

      No sabemos qué resultará de nuestra idiosincracia y de los lugares que vayan quedados vacíos. A lo mejor, como dices, resultan unos parajes nuevos que tendremos (que tendrán las nuevas generaciones) que redescubrir.
      Ángel, muchas gracias como siempre por tus elaborados comentarios y por la generosidad que me demuestras. Otro fuerte abrazo para ti.
      Felices fiestas.

  3. Jesús Garabato Rodríguez

    Esto me recuerda aquellos tiempos de la pertinaz sequía y la construcción masiva de pantanos erradicando a muchos pueblos de sus poblados. Creo que, en ocasiones, iglesias, puentes o monumentos fueron traladados, piedra a piedra, hasta el lugar asignado. Esas piedras iban marcadas, como también lo iban los obligados colonos. Aunque llevaran consigo sus tradiciones, vecinos y unos cuantos enseres, muchas otras cosas, irrecuperables, quedaban atrás. Me gusta tu relato y me hace pensar. Suerte, Rafa, y saludos.

    1. Rafa Heredero

      Hola, Jesús. Hay algunos documentales sobre las tragedias de estos pueblos a los que haces referencia que te ponen un nudo en la garganta. Yo mismo fui a Riaño de acampada con un amigo el año que iba a quedar inundado, para ver cómo era el paisaje que iba a desaparecer y quedé sobrecogido.
      Muchas gracias por tu comentario.
      Un abrazo y felices fiestas.

  4. Grandísimo relato, tocayo. Me ha traído al recuerdo un relato, no sé si de Mihura o de Poncela, en el que discutían en un pueblo castellano sobre si poner o no un puerto de mar. Solo a los grandes se os ocurren ideas tan brillantes.
    Como Edita, yo también me he atascado con tu «también».
    Mis pronósticos están contigo. Suerte.

    1. Rafa Heredero

      Tocayo, grandísimo exagerado, te debo un abrazo inmenso, que te lo doy virtual. Muchas gracias por tu comentario. La explicación del «también», en la medida de lo posible, está en la respuesta a Edita.
      Y por una vez vas a fallar en los pronósticos, con toda seguridad.
      Un abrazo más, y felices fiestas.

      1. Entiendo tu explicación del «también» pero quizás quedaría más claro así «…que ya se habían resignado a quedar abandonados…».
        De exagerado nada, no suelo hacer muchos pronósticos de este tipo, pero cuando los hago casi siempre acierto. No digo más.
        Abrazo fuerte.

  5. Martín Zurita

    Hola, Rafa.
    Me encanta el dinamismo que imprimes al texto con tu lenguaje: es como si quisieran realizar la emigración al mar al mar ya, como en una filmación acelerada. El éxodo definitivo está por ver, aunque quizá nosotros no lleguemos a contemplarlo o a formar parte de él. Está poco a poco fabricándose la horma y se desea poder atarse los cordones. Así y todo me encanta el juego de palabras «último» «definitivo». Me da que has utilizado el «también» en lugar del «tampoco» por razones de eufonía, porque suena mejor. Una solución sería suprimirlo o escribir » a otros pueblos que no se resignaban tampoco a quedar abandonados». A mí me suena genial. Tú verás. Me gusta mucho tu relato. Enhorabuena, un abrazote y eterna felicidad. Ah, y gracias, repito, por ser tan cuidadoso con mi perfil. Un abrazote.

    1. Rafa Heredero

      Querido Eduardo, lo de tu perfil fue pan comido. En la máquina automática seleccioné «retratos-interior-perfil griego» y tu fotografía salió sola.
      Muchas gracias por tu colorido comentario y por tus apreciaciones y por la pasión que pones en todo lo que escribes. Como le comentaba a mi tocayo, lo del «también» he tratado de explicarlo en la respuesta a la pregunta de Edita.
      Un abrazo y felices fiestas.

    1. Rafa Heredero

      Pues creo que has hecho una buena compra. A Sergio del Molino lo he descubierto este mismo año a través de una novela publicada antes de este ensayo, y quedé prendado.
      Espero que lo disfrutes como yo.
      Un abrazo y felices fiestas.

  6. Ana Fúster

    Un texto que parece sacado del mejor realismo mágico -con un segundo párrafo precioso y un final escalofriante por lo categórico- enmarcado por una realidad que no tiene nada de magia.
    A mí no me ha rechinado el «también», y al releerlo tras ver los comentarios me sigue pareciendo más lógico que «tampoco».
    Besos y suerte.

    1. Rafa Heredero

      Lo que parece escalofriante es lo que dices, que esa realidad es «real», que parece ser que no hay vuelta atrás, y al indagar un poco por internet y ver diferentes mapas de la distribución de la población en España, te das cuenta de cómo será dentro de varias generaciones, tan diferente a otros países europeos.
      Muchas gracias, Ana, por la comparación tan sugestiva que haces en tu comentario. Mi expicación del «también» y «tampoco» la he dejado en el comentario hecho a Edita.
      Un abrazo y felices fiestas.

  7. Qué propuesta más encantadora Rafa, imagino esos pocos habitantes trabajando lo indecible para trasladarse a mejor lugar, si un traslado ya es costoso cuando se trata de la vivienda, imagino lo descomunal de trasladar todo un pueblo, te aseguro que lo he visto como en una película y bueno, jaja, podrías escribir el guión. Me ha gustado mucho y espero que tengas suerte con él, porque la merece, por cierto, el «también» lo entiendo perfectamente y me gusta tal cual.

    Saludos y ¡Felices Fiestas! Que aún nos quedan.

    1. Rafa Heredero

      Muchas gracias por tu comentario, Maribel. Me gusta que mis relatos puedan ser leídos de una manera tan visual. Es una manera de hacerlos llegar a más lectores. Como he dicho en otras respuestas, lo del «también» he tratado de explicarlo más arriba, en la respuesta a Edita.
      Un abrazo y felices fiestas.

  8. Rafa Heredero

    Juan Pérez, además de compartir anaqueles también comparto contigo el hecho de que me parezca fabuloso haberte conocido y haber podido charlar un poquito en cuanto llegué a la Casa de las Fieras.
    Gracias por comentario. Y para ti, además de un abrazo enorme, los deseos de un año gótico-literario y un máster en la Miskatonic University, impartido por ti. Los alumnos saldrían más que sabios: encantados.

  9. Olé, Rafa. No se me ocurre otra expresión que plasme la impresión primera que causa tu relato. Después ya, se me viene el cine de Berlanga a la cabeza y veo lo que hubiera hecho él con un guión inspirado en tu relato. Uno de mis candidatos de esta convocatoria, sin discusión, por original y bien narrado.
    Un abrazo y muchas gracias por el magnifico cartel de cine que me traje del encuentro «breve» en Madrid (sé que provenía de tus manos y eso lo hace doblemente valioso).
    Un abrazo,

    1. Rafa Heredero

      Muchas gracias, Anna. Después de «Plácido», una de mis películas favoritas de siempre (tan actual en estas fiestas, además), a Berlanga le hubiera cedido encantado cualquier idea para que hiciese el guion. Vaya lujazo. Y gracias por tu candidatura, pero como tu relato este mes, no va a ser posible, aunque se agradece la intención.
      En cuanto a tu cartel de cine, te lo merecías, fuese cual fuese. Te lo habías ganado. Y espero que haya más concursos, ocasiones, premios o lo que sea.
      Un abrazo y felices fiestas.

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