Vendimiar en Mayo
http://youtu.be/iFBoRFkTJBI
“Suponte que tú ofreces un empleo y sólo hay un tío que quiera trabajar. Tienes que pagarle lo que pida. Pero pon que haya cien hombres (…). Supón que haya cien hombres interesados en el empleo; que tengan hijos y estén hambrientos. Que por diez miserables centavos se pueda comprar una caja de gachas para los niños. Imagínate que con cinco centavos, al menos, se pueda comprar algo para los críos. Y tienes cien hombres. Ofréceles cinco centavos y se matarán unos a otros por el trabajo”.
«Uno diciendo que era su árbol, el otro que quería coger de él. Han traído gente de muy lejos. Hambrientos como lobos. Trabajan todo el día por un pedazo de pan. Le dije al que anota: No podemos trabajar por dos cincuenta la caja, y me dijo: Váyase entonces. Estos sí pueden. Yo dije: sólo hasta que se harten. Y él dijo: Pero los melocotones estarán recogidos antes de que se harten- Padre calló.»
Dos fragmentos de un libro de dura lectura, porque por desgracia, es un libro de plena actualidad, refleja una historia que podría compararse con la de cualquiera de las cientos de miles de familias españolas que ansían encontrar un lugar en el que vivir y un trabajo, una cruda novela que nos muestra muy bien el pasado pero también el presente y, posiblemente , el futuro al que nos dirigimos; pero que a su vez nos revela la solidaridad entre los que no tienen nada que compartir y están sumidos en un rosario de penalidades.
Ante las medidas anticrisis, que no son sino una agresión directa y calculada contra los trabajadores, pagando única y eclusivamente los damnificados y no los promotores; ante el expolio de los derechos sociales, deberíamos recordar en esta semana de euforia europeísta que , parafraseando a Steinbeck, las uvas de la ira están engordando en las almas de las personas y se vuelven cada día más pesadas, listas para la vendimia. Para terminar, no puedo reprimirme a traer aquí las palabras de nuestra querida María Dolores de Cospedal: «… si hicieran una encuesta entre las personas que están en el paro, yo creo que la mayoría querría cualquier vía para acceder a un empleo.» Sigamos dejando que hagan y veremos qué pasa.
Bueno me dejo de mítines y os comento que en la canción de Bruce la última estrofa reformula el célebre discurso final de Tom Joad en ellibro, poniéndonos los vellos como escarpias de Campanilla, jajajaja, pido perdón por la licencia; al comprobar que la historia parece condenada a repetirse y el “nuevo orden mundial” parece una reencarnación del pasado. Solo han cambiado los protagonistas.
PD: Iba a poner Sorrow de Pink Floyd pero creo que esta del Boss es más reconocible para el libro, también recomiendo como música de fondo para acompañar la lectura el disco Dust and Dreams de mis admirados Camel, salud.