96. Herencia (Anna Lopez / Relatos de Arena)
Aprendí de madre a detener las horas. Sentadas frente a la casa escuchábamos hablar a los árboles mientras la tarde se deslizaba calle abajo. Ella entonces sembraba una idea nueva y si brotaba, sonreía mientras plantaba ilusiones que darían fruto cuando yo creciese.
Mi abuela fue quien me enseñó a coser almas rotas. Sus brazos acogían niños de rodillas peladas, jovencitas que aterrizaban cómo pajarillos caídos del nido, o alguna vecina con heridas invisibles. Estas últimas eran tan frágiles que la abuela me mandaba a jugar a la calle, pues cualquier ruido podía romperlas en pedazos.
De mi bisabuela, hija y esposa de pescadores, cuentan que podía hablar con el viento y siempre sabía cuan preñadas se izarían las redes. Yo hace años que abandoné la isla, pero siempre preparo una gran cafetera cuando el garbino anuncia trabajo extra. El lebeche me susurra las historias que escribo y puedo pasar días sin comer ni dormir, hasta que cambia el viento.
Ahora que ha germinado todo lo que mi madre sembró en mí, dibujo estrellas en mi vientre convencida de que serás niña y añadirás al legado otra brizna de esa sabiduría antigua que siempre nos ha acompañado a todas.
Precioso relato sobre esa sabiduría profunda transmitida de generación en generación. Excelente.
Abraçada.
Gracias por tu comentario Rafa. Ese tipo de sabiduría se llamó en otros tiempos brujería, ahora la llaman intuición, y durante mucho tiempo fue la única a la que tuvieron acceso las mujeres, aisladas del mundo. Esa ha sido mi particular visión de la isla. Celebro que te haya gustado.
Petons.
Pues felices sueños Juan. Un placer haber recibido tu visita. Lo de majestuoso y soberbio me queda un poco grande, creo que exageras, pero te lo agradezco por el subidón de autoestima que me embarga ahora mismo.
Muchísimas gracias y buenas noches.
Qué buena herencia. Y qué bonito relato. La parte de la abuela me ha dejado impresionada. Por sí sola ya es de premio.
No sabía lo que era ni garbino ni lebeche. Nunca te acostarás sin saber una cosa más gracias a san google 🙂
Me ha encantado.
Enhorabuena.
Mucha Suerte.
Gracias Esperanza. Yo también tuve que rezar a San Google, pues solo conocía los nombres de esos vientos en catalán («garbí» y «llebeig»). El primer borrador de este relato lo escribí en catalán para un taller de escritura, después lo rehíce y adapté para el tema de este mes.
Suerte a ti también. Abrazos.
Anna, me sumo a los comentarios que te han hecho de tu precioso relato. Casi diría que se quedan cortos. Dan ganas de conocer a esas mujeres. Aunque la verdad, sabemos que todas sois mágicas. Solo que a veces nos cuesta reconocerlo.
Bellísimo relato con un título magnífico.
Suerte y saludos.
Muchísimas gracias Rafa, eres muy amable. Si que hay algo de magia en esa estirpe de mujeres, pero la magia se hereda y nadie ha dicho que los hombres no la puedan heredar también. Tu podrías ser heredero, tu apellido nos da la pista 😉 Investiga en tu familia y ya me contarás. Bromas aparte, muchas gracias por leerme y por comentar con tanta generosidad.
Abrazos.
Magnífico relato. Escrito de una forma muy bella, casi danzas por su escritura y nos haces danzar al leerlo, es perfecto, una buena historia contada de una bella manera.
Enhorabuena Anna
Muchísimas gracias Begoña, celebro que te haya gustado. Eso que dices de danzar con la lectura es muy bonito y te lo agradezco mucho.
Abrazos
Qué hermoso relato, Ana. Muy, muy lindo. Algunos pueblos reconocen su estirpe sólo en la vía materna. Hacen bien. Felicidades.
Muchas gracias María por pasarte a leer y comentar. Celebro que te haya gustado y, al hilo de tu comentario estaba yo pensando que esa conexión entre mujeres va incluso más allá del lazo sanguíneo, ¿no te parece?
Abrazos
Así esa Anna, a las mujeres nos une un hilo dorado aunque invisible… un hilo sagrado que no necesita de consanguinidad para mantenerse y fortalecese. Con tu lindo relato, he tomado la punta de la hebra que de él has hecho desprender…!
Hola Anna.
Este no es solo un relato bonito y tierno, es una historia bien contada que exuda poesía. Enhorabuena.
Saludos.
Muchas gracias Beto. Quería darle un tono lírico que sugiriese cierta magia en todo lo que rodea a estas mujeres. me alegro pues de que resaltes precisamente la poesía del relato.
Un abrazo
Anna, ¡MAGNÍFICO!
Y con eso lo digo todo, porque todo ya está dicho.
Un abrazo.
Patricia guapa, que exagerada eres, pero como te agradezco esa efusividad. Os estoy muy agradecida a todos por estos comentarios tan amables y tan cariñosos.
Muchas gracias.
Besos
Bueno, elegante, muy bien escrito. Con un ritmo suave, que acuna y adormece.
Muchísimas felicidades. Tienes, y debes, estar muy contenta.
Muchas gracias Luisa. Me encanta eso que dices del ritmo porque la imagen que yo tengo de esta historia es la esa mujer acariciando su barriga mientras va desgranando la historia de sus predecesoras, cómo si le explicase un cuento o le cantase una nana a esa niña que aún no ha nacido. Y estoy contenta, sí, porque me estáis dejando todos unos comentarios muy bonitos y cariñosos.
Muchas gracias. Un abrazo
Otro relato que no se deja comentar. Solo cabe levantarse y aplaudirlo. Enhorabuena. Seguro que vuela alto este mes. Mucha suerte 🙂
Caramba Juan Antonio, ya veo que te ha gustado , pero ¿no te has pasado un poquito? jajaja. Ya me gustaría que volase, aunque fuera a media altura. En fin, muchísimas gracias por la lectura y este comentario tan impetuoso.
Abrazos
Precioso.
Un abrazo.
Gracias Yolanda. Me alegro de que te haya gustado.
Abrazos
Anna, me uno a los comentarios; bonito relato. Suerte y saludos
Calamanda, que alegría veros a todos por aquí y que alegría que os haya gustado mi relato. Muchas gracias.
Suerte a ti también. Un abrazo
Sabias mujeres que transmiten sus muy útiles conocimientos a la descendencia, como coser almas rotas, que también plantan ilusiones que darán fruto cuando las niñas crezcan.
Un relato de muy bella factura que habla del respeto y la necesaria transmisión entre generaciones.
Suerte y un saludo
Ángel, estas son mujeres duras y tiernas a la vez, capaces de trabajar en el campo y sembrar ideas nuevas en sus hijas, con la esperanza de que ellas puedan escapar de la isla. Muchas gracias por tu lectura y comentario.
Suerte y un abrazo
Anna, precioso relato. De lo mejorcito que he leido este mes. Me encanta la factura que le has dado, eltoque generacional y la lirica con que has bañado toda la nnarración. Sencillo, emotivo, bien narrado…Suerte, me da en la nariz que lo veremos al menos entre los finalistas.
Un besote, preciosa.
Muchas gracias Izaskun. Se nota el cariño en tus palabras. Espero poder ponerme a leeros a todos en breve y devolveros visitas y comentarios. Un beso y un abrazo guapísima
Hola, Anna.
Precioso, precioso de verdad.
Una tradidición transmitida que has narrado de manera espectacular.
Me uno a todos los aplausos que merece tu relato.
Un abrazo muy grande y espero que tengas tu sitio de honor.
Towanda, no me quedan ya palabras para responder a tu cumplido. Solo me queda darte un abrazo muy fuerte. Muchas, muchas gracias.
Abrazos
Anna, una isla no, nos has traído un archipiélago de sensaciones y conocimientos en unas mujeres tiernas y genuinas. Un texto precioso, de mis preferidos este mes. Abrazos y suerte.
Gracias Salvador. Me ha gustado mucho eso del archipiélago, como si cada mujer fuera una isla en si misma.
Un abrazo y suerte para ti también.
Anna, un microrrelato precioso por lo que cuenta y cómo se cuenta. La prosa poética utilizada se degusta a cada frase leída y el final, que no parecía sencillo, redondea un buen trabajo.
¡Enhorabuena!
¡Suerte con el concurso!
Abrazos.
Gracias Nicolás. Es cierto que buscaba un final que redondease el relato y le diese un sentido, y éste final vino cómo algo natural: hablando de esta estirpe de mujeres que mejor que pasar el testigo a la próxima generación.
Muchas gracias por pasar a leerme Nicolás.
Hola, Anna, no conozco tu bibliografía, si la tienes, pero sí he advertido dotes de gran novelista en estas líneas. Incorporas una prosa poética digna de aparecer en la hermana mayor de la narrativa. Relato de los que, si pasan el siempre duro corte del mes, sería una maravilla verlo en un vídeorrelato.
Gracias Lorenzo, eres muy amable. He participado en los últimos meses en ENTC, pero si aún no me habías leído te invito a dar una vueltecita por mi blog: es una colección de micro-relatos, que es lo que escribo mayoritariamente. Verás que son bastante irregulares, pero estoy aprendiendo mucho en ENTC y también leyendoos a muchos de vosotros a los que sigo asíduamente.
Muchas gracias. Saludos,
Anna maravilloso relato que te va llevando de generación en generación y que esta cargado de profundidad y sabiduria, como las mujeres que en el describes. Fantastico!!.
Un beso y mucha suerte
Gracias Esther, celebro que te haya gustado, eso es porque seguro que conoces a algunas mujeres como las de mi historia.
Gracias y mucha suerte a ti también
Exquisito cuento preñado de vientos sabios y felicidad. Me ha encantado. Le he encontrado un aire a lo «Isabel Allende» muy, muy fresco. De lo mejor del mes.
Fernando gracias por leerme con tanto cariño: que hayas encontrado un aire a lo Isabel Allende no puede tener otra explicación que la de que lo has leído con mucho cariño. Te lo agradezco muchísimo.
Un abrazo.
Es un muy bonito relato, querida, de magnífico estilo. Aunque confieso que no me quedo bien claro de que iba. Al leer los comentarios ya todo cobra sentido. Te deseo lo mejos para fin de mes.
Besísimos.
Gracias Barlon por tu sinceridad. A veces este tipo de historias que una tiene muy claras en la mente son difíciles de plasmar y que se entiendan al cien por cien, pero todas las lecturas son válidas.
Gracias. Un abrazo
Preciosa historia Anna,
Me ha encantado todo, en su forma y en su fondo. Una delicia para los sentidos.
Un saludo
Muchísimas gracias Blanca. Estoy tan contenta con los comentarios que me estáis dejando este mes, me animan mucho a seguir escribiendo y seguir aprendiendo.
Muchas gracias. Abrazos
Un relato que cautiva por TODO. Por dentro y por fuera. Engancha la forma, cada palabra, cada imagen dibujada. Atrae la narración, la historia, lo que fue, el futuro, la incógnita de lo que vendrá…
Muy bueno, Anna.
Un abrazo
Muchísimas gracias Amparo, eres muy amable. Esa unión entre pasado y futuro, unidos por línea materna es justamente lo que quería reflejar en el relato, que bien que lo hayas percibido así.
Abrazos y suerte a ti también
Gracias Ana, celebro que te haya gustado. Tu apuesta también me ha parecido muy interesante.
Que tengas suerte tu tambien. Un beso
Anna, tu relato es original, emotivo, tierno y repleto de una prosa poética bellísima. Me ha encantado. Un beso
Hola Concha, muchas gracias por leerme y comentar. me alegro de que te haya gustado el relato.
Besos
Muy poética tu prosa, dulce, con esa saga de mujeres sabias. Y me ha gusta esos vientos que traen la inspiración. Suerte a fin de mes.
Javier, muchas gracias por tu comentario. Espero que los vientos soplen favorables para ti también a final de mes.
Un abrazo
Además de una preciosa historia, creo que destaca el lenguaje que me parece magistralmente empleado y resulta de una belleza enorme.
Felicidades es para mi de lo mejor que he leído.
Besos
Muchísimas gracias Asun. Quería usar un lenguaje poético en este caso porque me pareció que el tema lo requería. Celebro que te haya gustado.
Abrazos y suerte a ti también.
Que bonito, Anna, que imágenes y frases más lindas. Yo también acabo de aprender lo de esos vientos, así que me puedo acostar hoy. Mucha suerte y un beso.
Buenas noches Eva. Cada viento tiene su propia personalidad: unos son suaves y atraen rumores lejanos, otros son borrascosos y pueden barrer hasta los recuerdos. Muchísimas gracias por pasarte a leer y comentar.
Un abrazo y mucha suerte a final de mes para ti también