106. Generación perdida
Los desconcertados marineros se reencuentran en la plaza tras su alocada carrera por las calles del puerto. Se preguntan, jadeantes, dónde estarán las mujeres prometidas por Ulises después de tantos años de travesía. De penurias. Y ellas, las viejas con las cuales han ido tropezando aquí y allá, en las esquinas, en los soportales, sentadas a la puerta de las casas de paredes encaladas, apartan por un instante la vista de las muñecas de madera y cabellos de alga que tienen en sus regazos y cesan de acariciarlas y peinarlas, de jugar con ellas, y fijan sus ojos hundidos en esos hombres esqueléticos de piel de cuero moreno que tanto les recuerdan a quien, décadas atrás, llegara a la isla de las mujeres diciendo ser el rey de Ítaca. Y suspiran. Nostálgicas.
Que buen giro a la historia original.
De la narración no digo nada; perfecta.
Un saludo.
Todo pasa y todo queda, aunque sea en la memoria. Muy bueno. Un abrazo
Hola David, me ha encantado tu relato. Vuelta de tuerca a Ulises y el paso del tiempo. Un abrazo.
David, ese ambiente marinero, bien descrito, en tu relato recuerda tantas de esas peliculas…suerte y saludos
Qué bonito relato y qué bien creado ese ambiente marinero y de nostalgia.
Me ha gustado mucho.
Un abrazo
Muy bueno y muy completo: por historia, por redactado… atesora mucha calidad el relato. No me extrañaría volver para felicitarlo de aquí unos días. Mucha suerte 🙂
Unas imágenes muy potentes ejecutadas con maestría. Gracias por tus relatos. Suerte, mucha.
Besos desde el aire
Gracias, como de costumbre, por vuestras amables palabras. Ya de chico le daba yo vueltas a en qué podían derivar todas esas fantásticas civilizaciones exclusivamente femeninas y, mirad por dónde, ENTC me ha dado la posibilidad de fabular sobre ello.
Saludo, abrazo, abrazo, saludos, abrazo y besos terrícolas y suerte a tutti,
D.
Genial, muy bien narrado. Me gusta casi por igual lo que cuentas que lo que no cuentas; ese bucle temporal aún me tiene atrapada.
Suerte y saludos
Gracias, Anna, ahí es donde quería llevaros. Celebro que te haya gustado.
Saludos y suerte a ti también,
D.
Precioso, David, los cabellos de algas, lo mejor. Suerte.
Y los ojos también pudieron ser de coral… pero no. Con esos cabellos era suficiente. Gracias por tu comentario, Lorenzo. Suerte a ti también.
Muy bueno David, suerte. me gusta el relato y como describes el resultado final de una vejez que ya ha llegado y las ilusiones perdidas.
Nostálgico, muy literario y lleno de sensibilidad. Abrazos ya pasé por tu casa.
Gracias, crack. Y como te comenté antes… ¡shhhh, no le digas a nadie que me pongo sensiblero! 😉
Abrazos y suerte,
D.