117. El Purgatorio
Allí sentada mira los fantasmas de su pasado y recuerda sin recordar. Busca en su memoria y tras saltar las lagunas que no son más que un borrón en su pasado, busca la felicidad en un album de fotos relleno a la mitad. Cada día, la isla de su cautiverio se hace un poco más pequeña y sucesivamente ve retornar sin respuesta, aquella botella que muchas veces lanzó al mar con sus sueños de libertad. Día tras día sus labios palidecen en la sequía de un desierto cuando oye el sonido de sus propios lamentos. Hasta que llega el momento en el que sin querer recordar, comienza a recordar.
Allí sentada mira los fantasmas de su pasado y recuerda sin recordar…Hasta que llega el momento en el que sin querer recordar, comienza a recordar.
Allí sentada mira los fantasmas de su pasado y recuerda sin recordar…Hasta que llega el momento en el que sin querer recordar, comienza a recordar.
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Allí sentada mira los fantasmas de su pasado y recuerda sin recordar…Hasta que llega el momento en el que no necesita recordar.
Una historia angustiosa que te obliga a leer y leer para encontrar la paz, la de la protagonista y el lector que vive lo que lee…
Me gusta este relato en espiral, Alberto.
Suerte.
Un abrazo.
Todo orquestado para hacernos participar de la angustia del personaje. Lo has clavado. Mucha suerte 😉
Creo que el ‘estribillo’ nos quiere transmitir la amnesia de esa señora ¿fantasma? que evoca su cruel pasado de maltrato.
Buenas, lo primero gracias por vuestros comentarios. Como comentáis, la angustia de no conocer, como de conocer está presente en todo el relato.
Aún así, me gustaría cambiar el título. Espero que no cause ningún problema. La Isla Fantasma -> El Purgatorio
Saludos,
Alberto.