122. Pescado
Raspa las escamas con el borde de un cuchillo, con movimientos cortos, dejando en cada tajo una mueca de esfuerzo. Con un corte superficial en la parte inferior de las branquias retira las vísceras mientras escucha los gritos eufóricos del resto de las mujeres en la playa.
– ¡Ya están aquí, ya han vuelto!
El golpe seco del barco atracando en la arena le asusta. Aprieta los puños con fuerza, olvidando que aún tiene las entrañas del pez en sus manos y las de él en su mente. El tacto viscoso de sus manos se mezcla con el viento de júbilo con que las demás golpean la brisa.
Enjuaga a fondo la cavidad del animal con agua fría, para esconder allí su miedo, el temor de que esta guerra se lo haya arrebatado.
Escucha cómo la puerta se entorna. No quiere girarse, no se atreve. Espera ansiosa un abrazo por la espalda, el beso en el cuello que no llega. Al fondo de la sala el sollozo contenido de su hija estalla al fin en un bronco desgarro que inunda todo.
¡Enhorabuena Raquel!. Un gran relato. Buenas descripciones para crear un ambiente sobrecogedor de ansiedad y esperanza. Magnífico el cierre. Gracias por deleitarnos y mucha suerte.
Raquel un escenario lleno de inquietud desde la primera frase, de acuerdo con Rafa. Me gusta tu texto intrigante, a la espera de la pero de las noticias y el paralelismo entre el pescado y lo que uno debe imaginar para sentir cómo fue la muerte de él.
Un abrazo.
Hola preciosa, que bueno tu relato y que buenas esas entrañas viscosas en la mano imaginando las de él, qué imagen más fuerte. Me alegra leerte por aquí también. Mucha suerte y un beso enorme.
Estupendo relato. Estupenda tensión resulta al final con esa explosión en llanto. Estupendo. Enhorabuena y suerte 🙂
Trabajo manual que acompaña al miedo a perder lo que más se quiere, aferrada a un pez lleno de símbolos que no parecen presagiar nada bueno, como sus entrañas o esas oscuras cavidades, frío vacío que las alberga. Dos mundo, el temido y el real, que confluyen al final en una fusión inevitable.
Muy buen texto, te felicito.
Suerte.
Una atmósfera, un tono, un ritmo y una protagonista que son un todo. Un relato redondo que transmite todo lo que no dice, arañando, colgándose de las emociones más profundas.
Un buen relato, Raquel.
Abrazoooo
Magnifico relato.
Felicidades.
Shshshshshhhhh, ay!. Qué fuerte. Qué fuerte y qué bien contada tragedia. Tengo todavía el sonido del desgarro aquel en mis oídos… Felicidades María!
Raquel,coincido con los demás comentarios. Buen relato envuelto en una atmosfera inquietante. Suerte y saludos
Muy bueno tu relato, me ha gustado mucho y esa forma de esconder el miedo tan especial. Felicidades y suerte.
Besicos muchos.
Magnífica la angustia y el dolor que consigues transmitirnos, y la tensión que se va acumulando, a partir de la descripción de un hecho cotidiano, con unas excelentes imágenes.
Suerte y saludos.
Me ha gustado mucho Pescado, el título le va muy bien, y la escena, tan visual, de ella limpiando el pescado, le da sentido a todo el texto. Precioso y angustioso a la vez. Un abrazo.
Que sonido tiene tu historia Raquel! en segundos nos introduce en aquel escenario casero, y nos contagiamos de esa gran tensión… Debo reconocer que eso se debe a que ustedes «las de la isla», tienen un parte cerebral más desarrollada que nosotros, hijos, que no podemos heredar todas sus virtudes.
Suerte!
Me ha gustado cómo has sabido asociar la limpieza del pescado y la triste realidad de ella y de la guerra que le ha arrebatado a su esposo. Esa es mi interpretación. Suerte, Raquel.
Magnífico, como siempre.
Hola, Raquel.
Vengo a felicitarte y, de paso (ya que no lo hice en su momento) a leer tu micro en el que la angustia es relatada perfectamente.
Enhorabuena y bien merecido ese puesto.
Un beso muy grande.
Felicidades Raquel! No había leído tu micro hasta hoy, y me alegro de que esté entre los ganadores porque así he tenido oportunidad de «repescarlo». Extraordinario, muy buen trabajo.
Enhorabuena
Felicidades Raquel, gran texto, gana en cada lectura.
Así que aunque lo haya leído tropecientas mil veces…lo voy a volver a hacer.
Un saludo, Evelyn.
Enhorabuena, Raquel, por la selección. Personalmente no llego a entender qué ocurre. No entiendo el significado de » para esconder allí su miedo, el temor de que esta guerra se lo haya arrebatado». Da a entender que teme que su marido muera en la guerra, pero no ha salido a recibirle, no sé. Luego parece que entra y no la besa, y la niña llora. ¿Qué pasa, que llega cadáver? ¿Que realmente era un maltratador? En fin, problema mío sin duda.
Agradezco toda vuestras palabras, sin duda más que generosas. Nunca pensé en alcanzar la cima de este concurso y menos en esta ocasión en la que la participación fue más numerosa de lo habitual y el nivel como siempre, a la altura de este concurso. Que sepáis que sigo sin creérmelo.
Pensé que mi relato era sencillo de entender, pero la belleza de escribir radica en generar opiniones y veo que entre otros al gran Ximens le genera dudas que intentaré despejar.
Ante la posibilidad de que la guerra no le devuelva a la persona amada, la protagonista esconde su miedo en la cotidianidad y sigue con su rutina, limpiando el pescado sin desear salir a su encuentro ni siquiera mirar hacia atrás cuando la puerta se abre. Teme que en el barco no vuelva él como así sucede. No hay más tela que cortar ni más que imaginar.
El título es un guiño. «Pescado», haciendo un símil con capturado.
Lo dicho, gracias a todos. Besos.
Gracias, es que esa reacción inversa en la que no detecté.
¡felicidades Raquel! Es muy bueno el relato, tan desgarrador como el grito final. Y se entiende todo, no hacen falta explicaciones. Besotes
Hola Raquel, sí que leí en su momento este estupendo micro, pero no puse comentario; o sea que ahora aprovecho para enviarte mi felicitación, primero por escribir un relato con tanta fuerza, en el que has sabido plasmar en cada secuencia de la limpieza de ese pescado, la angustia de esa mujer que intuye que la guerra le ha arrebatado a su marido. La escena final es estremecedora. Segundo, te refelicito por haber sido seleccionada. Un abrazo