AGO64. EL RELOJ, de Patricia Richmond
Adelina tenía una pasión: la restauración. Encontró un reloj de pared precioso con un marco de madera tallado pero muy estropeado.
Se lo llevó al taller y lo contempló. La maquinaria parecía estar en buen estado. La limpió y engrasó y lo puso en hora. A la una vio fascinada que sonaba una campanada y que se abría un cajón disimulado en la parte inferior. De él salió una mosca enorme. Intentó abrirlo de nuevo y no pudo. Por más que buscó resortes ocultos, no encontró ninguna rendija ni botón que accionar.
A las dos sonaron dos campanadas, se abrió el cajón y salieron volando dos moscones. Agitó el reloj pero no parecía haber nada en su interior. Olvidó ir a comer y siguió dándole vueltas. Pasaron las horas y siguió repitiéndose el ritual: campanadas y mismo número de moscas que se quedaban revoloteando sobre ella.
La trabajadora social estaba preocupada. Hacía dos días que Adelina no había aparecido por el centro ni a la hora de comer. Fue a su casa y empujó la puerta. Ahí estaba, rodeada de los montones de cachivaches que recogía en la basura, muerta y con un velo negro que, zumbando, flotaba sobre ella.
Curiosa la historia, con un aire de fantasía que me ha gustado.
Enhorabuena y abrazos
Gracias, Javier. Me alegra que aprecies mi fantasía.
Un abrazo.
Muy, muy buena.
Ay, Pepe. Me has alegrado la vida para todo lo que queda de año.
Un besazo.
¡¡espeluznante!!… relato muy bien llevado no decae la atención ni un solo momento…
Gracias, Christine. No podía esperar ningún comentario mejor.
Montones de besos.
Ohhhhhh!!!!!, qué chulada!! Pero qué penita!! Un abrazo.
Gracias, Aurora. Da penita pero cuántas historias así se dan en la realidad…
Otro abrazo para ti.
Bien contado, con un final que, a pesar de ser triste, me ha gustado. ¡Suerte!
Saludos.
Gracias, Beto. Me gustaría que el final, aunque sea triste, nos haga reflexionar sobre la soledad.
Nos leemos. 🙂
Patricia, fantasía y suspense hasta el final. Suerte y saludos
Gracias, Cala. No puedo estar más contenta si del relato se desprenden fantasía y suspense, como quería.
Abrazos.
Misterioso tu micro. Me ha gustado. Suerte.
Besicos muchos.
Muchas gracias, Casa Encendida.
Besicos también para ti.
Muy bueno el relato, intrigante, paranoico. Me gusta. Suerte y saludos.
Gracias, Ana. La paranoia está muy cerca de la realidad.
Un saludo grande.
Hola, Patricia. Me gusta de tu relato el contraste entre esa vida soñada que parece desprenderse de la primera parte con la cruda realidad con el que cierras el relato. Y de fondo el paso del tiempo, con las moscas anunciando la muerte. Menos mal que por Adelina se preocupaba alguien, porque son desasosegantes esas noticias que de vez en cuando escuchamos de ancianos que han encontrado en sus casas con la televisión encendida y que llevan muertos meses.
Suerte y saludos.
Gracias, Rafa. ¿Qué es real? ¿Cuándo cruzamos la fina barrera hacia la locura? Es lo que he intentado plasmar.
Un abrazo.
Gracias, Ana. Aprecio mucho tu comentario.
Un abrazo.
Es cierto que hay muchos casos tristes, como el de Adelina. Pero queda la esperanza, Ana. Todavía hay personas que se preocupan de los demás y que tienen los ojos abiertos para ayudar en lo que pueden. Ahora más que nunca, la solidaridad está siendo la tabla de salvación de este país. Al menos, yo quiero creer que es así.
Me ha gustado mucho tu historia, derrochas imaginación. Nuria
Gracias, Nuria.
Un derroche de abrazos.
Me encantan las buenas historias, y esta es una buenísima historia. Tiene tensión tiene misterio se hace muy espeluznante y vívido y palpita ahí un transfondo que tiene que ver con lo terrible del paso del tiempo y la soledad, pero lo mejor para mi gusto es que, aunque está muy bien escrito no perdería interés si yo o cualquiera lo contara en una noche de campamento, lo que me remonta a mi frase inicial: pedazo historia.
Abrazos!
Alba, no tengo palabras. ¡Gracias!
Si no fuera porque encierra una realidad presente en la soledad de las personas mayores…
Bien relatado, creando un clima inquietante.
Suerte
Gracias, Anna. Precisamente quería transmitir esa preocupación.
Un abrazo.
Patricia, tu relato me recordó el famoso libro de Laura Gallego con los relojes(no recuerdo el titulo) Lo más que me ha gustado la narración y la intriga. Mucha suerte, Sotirios.
Gracias, Sotirios. No he leído nada de Laura Gallego y ya no tengo excusa.
Abrazos.
«El coleccionista de relojes extraordinarios·
Muchísimas gracias, Antonia. Me has ahorrado el tener que buscarlo.
Saludos.
Patricia, es el mejor libro de Laura gallego y para mí uno de los mejores libros vale la pena leerlo. Un fuerte abrazo, Sotirios. (Muchas gracias Antonia)
Gracias a los dos. Vengo de comprar el libro y esta tarde lo empiezo.
Abrazos.
Me gusta mucho la delicadeza con la que has tratado un tema tan dramático.
¡Mucha suerte! un besazo
Gracias, Bea. Estoy impaciente por participar en tu Mar de Peces.
Un abrazo.
Muy buena la historia de los moscones Patricia.
Mucha suerte!
Gracias, Tindaro. Me emocionan todos vuestros comentarios.
Un beso
Me encantan las historias con relojes, un artefacto que se jazta de detener, medir y controlar el tiempo da para mucho. En la tuya encima encierra un enjambre de moscardones que anuncian la hora de la muerte. Me encanta tu idea. Enhorabuena. Raquel Ferrero
Gracias, Raquel. Me fascinan los relojes de pared, verdad que parece que midan el tiempo de otra forma? Encierran muchos misterios…
Muchos abrazos
Un relato que hila muy bien un tema tan dramático.
Abrazos.
Gracias, María. He querido exponerlo con mucho respeto.
Abrazo grande.
Patricia, gracias a estos trabajadores sociales se evitan situaciones límites. Nosotros descubrimos la muerte de un vecino anciano, de nuestra planta, por el olor; en un apartamento en vacaciones, llevaba semanas fallecido. Bien contado. Suerte y saludos
Gracias, Calamanda. Y que poco reconocida suele estar la labor de los trabajadores sociales. Mi homenaje a ellos también en mi relato.
Un abrazo.
Para mí una historia de obsesión y locura su máxima expresión. Me ha gustado mucho Patricia, ¡ Saludos!, Felicidades.
Me fascina ese velo negro zumbando. Genial la imagen.
Saludos
Gracias, Leonardo. Estoy muy contenta porque veo por vuestros comentarios que se han entendido todos los matices que quería transmitir.
Un saludo grande.