AGO42. LA PRUEBA FINAL, de Raquel Ruiz-Moreno
El momento había llegado y con él, el útimo tormento. Sin vuelta atrás, sólo quedaba proseguir con aquella sádica prueba. Mi sudor estaba a punto de delatar mi terror, pero mi verdugo no podía saberlo. Fingí calma cuando se acercó hacia mí con una caja en sus manos y una sonrisa sardónica en sus labios. “Cerdo perturbado”, pensé, pues conocía bien su contenido. En ella, miles de insectos se amontonaban con el fin de torturarme. Y aquél psicópata sería el encargado de procurarme tal dolor.
“Adelante”, ordenó. Obedecí, introduciendo la mano en la caja. Aun sintiéndome desfallecer, agarré el primer bicho que encontré y lo saqué. Miré su caparazón negro y las patitas que, con ansia, querían liberarse de mi mano. “Es una Blatta orientalis”, dije, con el rostro pálido y controlando una arcada. “Correcto, hijo!” dijo el depravado, sonriendo con júbilo. Y con tal rapidez finalizó mi suplicio y la demostración de que era un hombre digno de hija. Pues mi torturador no era más que mi futuro suegro, un fetichista de los insectos incapaz de aceptar como yerno a alguien que no apreciara a tales criaturas. Y esos seres eran mi máxima fobia. ¡Qué bonita relación nos esperaba!
Raquel, me sucede como al protagonista de su relato y es que tengo fobia hacia los insectos. Entiendo la relación que le espera al pobre enamorado con un suegro de esa calaña.
Buen texto y bien narrado. No dejo de maravillarme de todos cuantos escriben en este blog y es la capacidad de sintetizar historias en tan pocas palabras.
Saludos.
Hismael.
A mí también me horrorizan los bichejos aun sabiendo que son cuasi inofensivos pero es que ¡dan tanta grima!
Muchas gracias por tu comentario, Ismael 🙂
Hola, Raquel.
Imagino la situación y me entran calores. No soporto los insectos y más si debiera meter la mano en una caja y coger uno… Ese chico tendría que buscarse otra novia porque imagino sorpresas de este tipo cada dos por tres.
Genial tu aportación al tema de este mes.
Un abrazo muy grande.
Muy enamorado tiene que estar para soportar a un suegro así, ¿eh? ¡Jaja!
¡Muchas gracias, Towanda! 🙂
Horrible futuro que le aguarda a ese pobre enamorado. Debe quererla mucho para soportar esa tortura. Buen texto. Un abrazo. Gloria
¡Gracia, Gloria! 🙂
me maravillo de tu imaginación… muy convincente por su escritura rápida sin palabras demás…
Muchas gracias por tu comentario, Christine 🙂
¡Jaja! ¡Sí! Lo mejor será que se fugue con ella porque soportar esas pruebas a menudo tiene que ser un suplicio terrible.
Muchas gracia por comentar, Ana 🙂
JA ,JA JA , pobre Sotirios, no me extraña que no como ni una rosca en este concurso. ¡Dios santo qué nivel! Leo uno detrás de otro cuentos y todos son bonísimos. ¡Vaya nivel creo que voy a retirarme este mes por inútil! Raquel, me quedé sin palabras. Enhorabuena, Sotirios.
Muchísimas gracias, Sotirios 🙂
Desde aquí te animo a que escribas tú también uno y que compartas con nosotros tus palabras, tal vez te sale mejor de lo que crees. ¡No te desanimes y ánimo!
¿En realidad a qué teme más este muchacho, a su suegro o a los bichos? Buen relato. Un saludo.
Yo creo que a todos por igual,pobre hombre…
¡Muchas gracias por tu comentario, Ana!
Que terrible vida le espera a tu protagonista, pero por amor todo se puede llegar a hacer, hasta superar las fobias m´s grandes que tenemos. Suerte.
Besicos muchos.
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Sí, tiene que estar enamorado hasta las trancas para soportar algo así, ¡qué tío!
Un besito para ti también!
Supongo que la hija merecería la pena si el protagonista se somete a sufrir sus mayores fobias. Reconozco que con lo de «Cerdo perturbado» no sabía por dónde ibas a salir.
Suerte para este mes.
Yo tampoco sabía qué haría ese perturbado, me pilló de sorpresa igual que a ti, jaja
¡Un saludo, Rafa!
A veces dicen de las suegras, pero…este suegro es de órdago. En psicología se definiría como una manera de afrontar las fobias adentrando en ellas. Una tortura a superar.
Suerte
Sí, este suegro supera el terror a todas las suegras con creces! Gracias por tu comentario, Anna. Un saludo!
Raquel, si yo hubiera tenido un futuro suegro como ese, estaría libre y soltero como una mariposa y zas, me han atrapado. ja ja.
Un beso
¡Jajaja! Sí, la verdad es que un suegro así te hace replantearte muchas cosas pero bueno, parece que este chico tiene valor. Un beso pa’ ti también!
¡Qué miedo de suegro! Yo me habría ido corriendo, jaja
Raquel, dicen que las fobias se curan si las enfrentas; ahí tiene su oportunidas. Original y bien descrito tu cuento, suerte y saludos