Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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AGO40. LOS AMOS DEL CLIMA, de Gloria Arcos

El breve aletear de sus frágiles alas era el anuncio de la llegada de la primavera. Su presencia siempre bella, con su cuerpo encarnado, adornado con sus curiosos lunares negros, alegraba cada año nuestras largas tardes, mientras jugábamos en las frías aguas del río. Cada niño que lograba atrapar a una de las bellas mariquitas adquiría entonces un lugar predominante en el grupo, ya que se suponía que, con ella, se convertía en el poderoso dueño del clima, y tenía desde entonces la capacidad para cambiarlo a su antojo.

37 Responses

  1. Gloria, las mariquitas siempre fueron, imagino que esto continuará, un talisman para los jovenes y niños; bonitas descripciones y rica fantasía eb sus imagenes. Suerte y saludos.

    1. Sí para mi también. Cuándo las cogíamos siempre cantábamos :»Mariquita de Dios dime si mañana hace frío o sol» y considerábamos que si volaba al día siguiente habría un sol radiante.Gracias por leerme y comentar, Cala. Un beso. Gloria

  2. Gloria, un relato evocador. De niña cuando nos encontrábamos mariquitas, hecho bastante frecuente, no se ahora, las cogíamos entre las manos, pedíamos un deseo y las soltábamos. Entonces era un símbolo de buena suerte. A mi me gustan mucho.
    Aprovecho para felicitarte por tu premio en Ser Castellón.
    Un abrazo y suerte.
    Elena

  3. Pues yo recuerdo que puestas en la mano, con la promesa de que se cumpliera un deseo, se paseaban uno a uno por nuestros cinco dedos hasta que aburridas de dar vueltas, abrían sus élitros, sacaban sus alitas de seda marrón y salían volando. Más tarde aprendí que eran fenómenas para comesrse los asquerosos pulgones que tanto daño hacen a los brotes tiernos de las plantas.
    Muy bonito tu relato.

  4. Hola, Gloria.

    También recuerdo esas sensaciones con las mariquitas… Y la magia que le otorgábamos dependiendo del dedo que utilizara para lanzarse a volar. ¡Qué bonito, hija!

    Un abrazo.

  5. Gloria : Has escrito poesia en prosa. Precioso tu relato y delicado, me encanta.
    Tengo en mi blog un cuento «la cosecha de cerezas» en el que las mariquitas juegan un papel primordial.
    Saludos y hasta otro momento.

  6. Las mariquitas eran las reinas del campo cuando éramos pequeños, que bellos recuerdos me trae a la memoria este relato, yo ahora vivo tambien en el campo y no logro ver ni una,alguien sabe si aún existen, o la contaminacion se las comió. Eran tan graciosas con aquella caparazón y cuando desplegaban sus alitas y emprendían un vuelo de corta duración ,,, que teimpos…..
    Un abrazo lleno de recuerdos.
    Puri

  7. Me gustan esos relatos que recuperan tradiciones de la infancia o que evocan ese tiempo que siempre se nos queda marcado de alguna forma, aunque sean las vivencias de otros. Yo casi ni me acuerdo de haber jugado con ellas, y ahora, supongo que será porque no me fijo, cada vez veo menos, pero cuando encuentre una voy a hacer esa prueba climática y como no resulte ya te pediré cuentas.
    Saludos y suerte.

  8. Gloria, ya lo has conseguido, lloro, en Extremadura se cantaba diferente era «mariquita por Dios, cuéntame los dedos y vete con Dios».
    Cuando se echaba a volar era fácil seguirla durante un rato.
    Un beso

  9. Tiene este relato tuyo el encanto de la rememoración. Se traslada a la infancia y a su mundo mágico, con unos códigos propios que nada tienen que ver con los absurdos que luego adquirimos.
    Me ha gustado mucho, Gloria. Es dulce y delicado.
    Un abrazo y mucha suerte.

  10. Muchas gracias Isabel. Eso al menos es lo que he pretendido expresar. Ese mundo mágico de la infancia donde todo parece posible y que por desgracia enseguida olvidamos al hacernos adultos. Muchísimas gracias por leerme y comentar. Gloria

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