99. Ni un dios
El Minotauro camina cabizbajo. Lleva en las manos papiro, pluma y tinta. Busca un sitio tranquilo dentro del laberinto antes de que todo comience otra vez. No piensa en escribir un nuevo testamento. Esta vez va a reescribir la historia. Su historia.
Ha leído e interpretado tantas versiones de sí mismo que está cansado de su propia muerte. Encuentra un lugar que le brinda apoyo para escribir y una piedra fría donde aposentarse. Empieza a narrar, rompe finales que no cuadran. Cuando termina, se sorprende. No puede ser, se dice. Malditos escritores, si encuentran un buen final no hay un dios que lo cambie. Más furioso que nunca camina a enfrentarse con su destino, escrito esta vez por su propia mano.
Lo peor de los laberintos es cuando tienen una única salida. Me solidarizo con tu Minotauro.
Besos al Aire Rosa. Suerte con la convocatoria.
Gracias, Miguel. Y gracias por la ilustración que me sirvió de inspiración.
Besazo
Cuando el destino está escrito no hay quien lo cambie, ni el mismo que tiene que sufrirlo.
Original idea.
Suerte
Muchas gracias, Belén. No, no hay quién cambie nada y el final por mucho que nos neguemos a verlo ya sabemos todos cual es…
Un beso
Rosa, encontrar la salida perfecta, es todo un tesoro. Ojalá todos pudiéramos escribir la nuestra… Felicidades!
Nacemos con ella escrita, María. Muchas Gracias.
Beso
Me gustó mucho tu relato y he visualizado perfectamente a un minotauro esperando a su Teseo, un minotauro beckettiano (perdón por la expresión). Si has leído la versión de Cortázar, el Minotauro es el héroe, de manera que vamos a ver si cambiamos el destino de la bestia. Suerte y saludos.
Es aburrido y cansado perder siempre, Miguel. Pero el destino está escrito y no hay forma de cambiarlo. A cada uno nos tiene reservado el final perfecto, aunque no nos guste e intentemos reescribirlo. Muchas gracias y besos.
A mi me ha gustado ese punto de rebeldía de tu Minotauro, intentando reescribir su final, buscando otras salidas. Es un poco lo que hacemos todos frente a una situación de crisis (Negación, negociación, aceptación), pero escrito por ti resulta mucho más bello.
Suerte y saludos
Gracias, Ana. Minotauro es un rebelde. Tiene causa, no quiere morir…
Besos
Otro punto de vista y creo que nunca se había visto así, luego ya tienes el triunfo de la originalidad.
A mi me ha gustado mucho.
Un abrazo y suerte.
Gracias Asun. Está difícil viendo todo lo que se ha escrito ser original. Me alegro de que te lo parezca.
Besos
Magnífica esa imagen del Minotauro intentado cambiar su propio destino. No solo está atrapado por las paredes, sino también por su propia historia. Subes el nivel para los que pretendan llegar arriba, sin duda. Mucha suerte 🙂
Muchas gracias, Juan. Me gustan este tipo de personajes rebeldes y peleones…
Besos
Me encanta tu Minotauro, es imposible no sentir cierta empatía por él. No se resigna, lucha por cambiar su futuro. Enhorabuena por ese personaje tan especial y por el final tan acertado.
Abrazos
Muchas gracias, Ana.
Besos
Muchísimas gracias, Izaskun. Me alegra que sientas empatía por este rebelde.
Besos
¡Qué original! Tantas y tantas versiones con el minotauro y, en casi todas, sale mal parado. Pobret! Al menos, por una vez ha elegido su propio destino.
En las que yo conozco, siempre muere. Y es cansado saber el final, Lorenzo. Muchas gracias y besos.
Yo siempre deseé que el coyote atrapará al correcaminos (habrá quebrado Acme?), o que Silvestre se zampara a Piolin (y a la abuela, de paso).
Con estos precedentes es fácil adivinar que me encantaría que el Minotauro le metiera 6 cornadas 6, al meapilas de Teseo, y que Ariadna se convirtiera en la viuda de España.
Y ojalá se enamore de una preciosa vaquita cántabra (o astur), con sus buenas ubres, y sean felices hasta el fin de los tiempos.
Y que le den por ahí a todos los Dioses…
A mí también me cabrea que siempre ganen los mismos, Modes. Y que menos que intentar cabiarlo. Y claro, que le den a los Dioses…
Besos