DIC125. INOCENTE, de Elisa de Armas
La mujer oyó algo sobre unos mensajeros alados y se acercó al portal por curiosidad, porque iban todos. Allí, al calor de las bestias, estaban el hombre, la recién parida y el chiquillo, que lloraba con desconsuelo. Sintió lástima y, viendo que a la muchacha no le había subido la leche, se abrió la túnica y lo amamantó.
Días después la mujer está sentada en el sardinel mientras su hijo succiona, goloso, de su pecho. El soldado aparece de repente, agarra al niño del brazo y lo levanta en el aire como quien sacude una estera. Ella intenta gritar que ha cumplido dos años, que le cuente los dientecillos afilados, pero la voz se desgarra en un aullido. El relámpago de la espada la ciega un instante y la cabecita rueda por el suelo.
Ya no tiene quien alivie sus pechos y se acuerda del recién nacido, quizás los soldados no encontraron aquel portal retirado. No lo encuentra. Dicen que un mensajero los alertó y huyeron en secreto, sin compartir con nadie la noticia.
Ahora, junto al pesebre, solo es llanto. Por el hijo muerto. Por esa leche que no puede ofrecer y se le va convirtiendo en veneno.
Fantático relato navideño de alegría y amistad. Ya serios en un buen relato, como no podía ser menos, que nos transporta al principio de todo esto. Muy bien, muy bien.
Abracísimos y Feliz Vanidad.
Barlon, qué ganas de darte ese abrazo en vivo y en directo, a ver si hay quedada microjustera y puede ser.
Feliz Vanidad a ti también, la mía ha engordado un poco con tu comentario.
Ana, muchas felicidades también para ti y gracias por tus palabras.
Hola, Elisa.
La primera gran historia narrada con maestría, con pena, con veneno… como esa leche que ya no tiene a quién nutrir.
Precioso, perfecto cuento que, a mí, me ha encantado.
Un abrazo muy grande.
Muchas gracias, Towanda, feliz año y un abrazo.
Durísimo en contenido pero perfecto en ejecución y forma, tu relato impacta en la primera lectura y te obliga a leer dos veces.
Es bueno.
Un abrazo.
Gracias, eso de la relectura es un estupendo piropo. Un abrazo, Belén, feliz año.
Coincido en los comentarios. Muy bien escrito. La historia es conocida pero el punto de vista cuenta mucho y tu has dado en el clavo.
Un abrazo y Felices Fiestas.
Gracias, eso de buscar otros puntos de vista para las historias conocidas da mucho juego, a mí me gusta hacerlo. Otro abrazo, felices fiestas, que todavía nos quedan algunas, y felices no fiestas también.
Elisa, sin compartir la noticia con nadie y la leche convertida en veneno, me ha impactado. El relato me ha encantado, seguro que el jurado te lo valorará. Abrazos y feliz Navidad.
Gracias, Salvador, por la elección de las frases, una lectura como la tuya es lo que más desea quien escriba. La Navidad pasó (y fue feliz) así que te deseo un buen 2014.
Uff muy de aguar la fiesta ¿no? Al final yo seré navideños y todo. Un texto demoledor y crudo.
Bueno, la ficción no agua las fiestas, sino la realidad. Un abrazo, Miguel Ángel.
Elisa, que forma más bonita de representar un pasaje de la historia y el dolor de esa madre, de esos pechos doloridos y esa cruedad. Suerte.
Besicos muchos.
Un extracto desgarrador del día de hoy. Impacta la crudeza con que esta narrada la escena del niño asesinado y esa leche que se va convirtiendo en veneno expresa muy bien el dolor de la madre. Besos, Elisa, un gran relato.
Ahí estamos, dando voz a los inocentes. Me gustó mucho ese cambio de cámara Elisa, gracias por esa visión.
Un besazo enorme, suerte, con la propuesta y con el año que se nos viene sin remedio. Besos.
Desgarradora y a la vez, tierna historia Navideña. Un besito Elisa.
Duro cuento que no lo es. Me llevas a Saramago. Son de esos misterios que no nos cuentan el motivo de la cobardía. En fin, lo has contado muy bien, y como esa madre nodriza se retuerce de dolor. Enhorabuena por estar en el libro.